Entrevista | Francisco Luis Jiménez Valverde Pregonero de la Semana Santa de Málaga 2023

"La Semana Santa reclama un pregón de cofrade, de pellizco, de sentimiento, de alabanza y de levantarles del asiento"

"Me piden que dé el pregón de pregones, el del cofrade que habla de cofradías, de Semana Santa, de imágenes, de sentimientos. Y mi objetivo es que quede algo en todos los que lo escuchen", señala Francisco Jiménez Valverde en las vísperas de subirse este próximo sábado a las tablas del Teatro Cervantes para exaltar la Semana Santa de Málaga

Francisco Jiménez Valverde se subirá este sábado a las tablas del Cervantes para pregonar la Semana Santa de Málaga de 2023.

Francisco Jiménez Valverde se subirá este sábado a las tablas del Cervantes para pregonar la Semana Santa de Málaga de 2023. / Álex Zea

Ignacio A. Castillo

Ignacio A. Castillo

"Los tangaos no entran por la Puerta de los Cielos". Este histórico colofón del primer pregón de los hombres de trono que Francisco Luis Jiménez Valderde pronunció hace ya 27 años, el 8 de marzo de 1996, forma parte del imaginerio colectivo de una generación cofrade que, además, supo utilizar la frase para renovar la actitud y el compromiso de quienes ofrecen su hombro bajo el varal. Mucho ha cambiado la Semana Santa desde entonces. Paquito puede que ya solo sea Paquito para quienes le conocen desde la juventud. Ahora ya es don Francisco, hermano de la Esperanza, el Rocío, Salutación y Viñeros. Y este sábado se subirá al Cervantes una vez más, pero en esta ocasión, para exaltar la Semana Santa de Málaga de 2023. Le llega la encomienda en su momento preciso de maduración vital y nazarena, con 50 años recién cumplidos, "una fecha redonda", dice, aunque haga años que su nombre se colaba en las quinielas. Y confía en que su pregón sea intemporal. Aspira a que se recuerde. Y espera decir lo que los cofrades quieren escuchar.

¿Quedan aún cosas por decir de la Semana Santa?

Sí, siempre quedan, aunque parezca que todos los años es lo mismo. ¿Quedan cosas por pedir a una Virgen o a un Cristo? ¿Quedan cosas por hacer en mi cofradía? Quedan muchas cosas y todos los años se le pueden decir cosas nuevas. Por eso todos los años hay pregoneros. En realidad, los sentimientos siempre tienen cosas nuevas que decir.

¿Cómo concibe el pregón como género literario?

Muy definido, marcado por las pautas de cómo tiene que ser. Uno sigue un camino determinado, que puede haber escuchado o leído. Tiene unos referentes, pero también una idiosincrasia propia, tanto a la hora de escribirlo como de pronunciarlo, entonarlo y exaltarlo. Como todo género, ha habido incursiones dentro su propia parafernalia. Connotaciones escenográficas, artificios, empleo de recursos audiovisuales... que ayudan a que la palabra no se quede corta. Pero esto no debería alterar el género. En todo caso, complementarlo. Me gusta que la palabra sea la principal protagonista, que no haya nada que la altere. Un pregón no es un teatro. La principal novedad del pregón está en la persona que se sube al atril y lo peor que puede pasar es que se le recuerde por los efectos que introdujo, pero no por lo que dijo.

¿Va a emplear entonces algún tipo de recurso en su pregón?

La escenografía será en todo momento la misma que aparezca al principio cuando se abra el telón. No va a haber ni siquiera alteraciones o cambios lumínicos. Ni diseños determinados. En mi pregón, sólo haré uso de la palabra, aunque habrá dos incursiones musicales que servirán para acompañar parte del texto y que van en consonancia.

Lo que espero es que esos sentimientos, lo que voy a poner de manifiesto, perduren desde el día del pregón y se recuerden siempre

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¿Qué misión asume como pregonero?

Creo que la parte que me toca asumir es la que me están demandando. Creo que la Semana Santa y los cofrades, desde hace ya muchos años, reclaman un pregón de cofrade, de pellizco, de sentimiento, de alabanza, de exaltarles, de levantarles del asiento, para proclamar lo que somos, de dónde venimos, lo que hacemos, de cómo vivimos como nazarenos, hombres de trono o músicos, de la familia y cómo nos presentamos al mundo. Mucha gente me dice que en mí está ese momento y me requieren que sea su altavoz. Que sea el cofrade que le habla al cofrade. Pero también a Málaga. Y a quienes vengan a visitarnos en Semana Santa. Que le hable de lo nuestro, de nuestra manera de ser, de la herencia de los siglos, de la ciudad. Lo que espero es que esos sentimientos, lo que voy a poner de manifiesto, perduren desde el día del pregón y se recuerden siempre. Así que va a ser el pregón del cofrade que va a hablarnos de lo nuestro, y eso es lo más complicado a veces, pero eso es lo que me vienen a reclamar y es lo que voy a dar.

El pregonero, sentado en los escalones de acceso al Teatro Cervantes.

El pregonero, sentado en los escalones de acceso al Teatro Cervantes.

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¿Su pregón de 2023 es muy distinto al primero que pudo imaginar cuando se comenzó a barajar su nombre para este cometido hace ya por lo menos 20 años?

Completamente diferente. Y cuando en este caso, Pablo Atencia me lo pidió, me di cuenta de que me ha llegado en el momento preciso. Si me lo hubieran pedido hace 20 años hubiera dado otro pregón, porque tenía otro momento, otra edad, otra vivencia... Lógicamente algunas connotaciones quedan, pero creo que también daría un pregón diferente si lo tuviera que pronunciar una semana después. Es decir, que este va a ser el pregón del 25 de marzo de 2023, aunque confío en que tenga mucho recorrido y mucha vida. Que pueda valer para cualquier época. Para cualquier tiempo. Va a ser un pregón que nos define y nos va a hablar más allá de circunstancias de cambios, estructuras, nuevas formas, nuevos tiempos. Va a ser un pregón atemporal.

Va a ser un pregón que nos define y nos va a hablar más allá de circunstancias de cambios, estructuras, nuevas formas, nuevos tiempos. Va a ser un pregón atemporal

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Quienes le conocemos sabemos que usted tampoco es ya el mismo.

Yo he cambiado mucho. La juventud te da el ímpetu de reaccionar sin pensar muchas veces. La edad te da la paciencia y la tranquilidad de verlo todo de otra manera o te sirve para afianzar tus creencias. Pero el cambio de edad te permite también valorar más lo que has amado toda la vida. La Semana Santa es como un hijo, que es como es, aunque te gustaría que fuera de una manera en el que se reflejaran de algún modo también tus propias inquietudes, tus gustos y tus formas. Cuando éramos jóvenes reaccionábamos de una manera distinta. Ahora puede que sepamos disfrutar más los colores, los sonidos, los sabores. Y te vuelve menos reaccionario, menos activista cofrade. Ahora soy más cariñoso con lo mío, más paciente, y lo vivo, experimento y disfruto todo de otra manera, aunque siga queriendo mejorarlo.

Cambios en la Semana Santa

¿Y de qué modo ha cambiado la Semana Santa en los últimos años?

La Semana Santa ha llegado al momento que todos queríamos y por lo que luchábamos en nuestra juventud. Ya se le da valor a la plástica, a la estética, pero también desde un punto de vista espiritual. Queríamos que la celebración dejara atrás el folclore y las expresiones que nada tenían que ver con la forma de ser de la Semana Santa. Han evolucionado a mejor los cultos, la forma de presentarnos y de hacer penitencia, los valores bajo el capirote, la forma de llevar los tronos, cómo nos relacionamos con los sagrados titulares, que ser hombre de trono no solo consista en darles un paseo por las calles. Ha cambiado el compromiso, la forma de hacer caridad y de vivirla. Muchos hemos empujado por lograr estos cambios que son tan maravillosos. Sin duda, la Semana Santa de hoy es mejor que la de hace 40 años, aunque aún quede camino para que termine de ajustarse a lo que tiene que ser.

Paco Jiménez asume la misión de dar un "pregón de pregones".

Paco Jiménez asume la misión de dar un "pregón de pregones".

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¿ No echa de menos algo de autenticidad y no, quizás, tanta impostura?

Es cierto que a esta Semana Santa le hemos quitado a veces cercanía. Hemos perdido buena parte del entusiasmo con tanta tecnología. Ahora las procesiones se ven desde una pantalla. Muchos ya no viven las cofradías porque van. No están. Las proclaman desde internet y a golpe de click es muy difícil sentir, porque las emociones hay que vivirlas en el sitio. Ahora hay demasiados hermanos de 'ratón' que te critican o te alaban desde el sofá de su casa.

¿Nosotros teníamos claros nuestros referentes? ¿Se considera referente de las nuevas generaciones?

Creo que sí, que somos referentes. El otro día estuve en el ensayo de la Banda del Rocío, que actuará en la primera parte del pregón. Es verdad que aunque ya uno tiene una edad, se considera anclado a una época, a unas maneras. Alucinaba porque los niños me hablaban de usted. Sabían lo que había hecho, los pregones que había dado, los tronos que había sacado... Me tenían como referente y yo alucinaba. Me hablaban de la Esperanza, del Rocío. Los referentes que han perdido son los que nos sirvieron a nosotros. Hablarles a ellos de Pepe Atencia, por ejemplo, es como hablarles de Felipe IV. Por desgracia, no sabían quién era.

La hostelería tendría igualmente que entender que si tiene muchos clientes en estas fechas es, precisamente, porque la cofradía pasa, y por eso tiene el local lleno

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¿Están las cofradías obligadas a desenvolverse en un medio cada vez más hostil?

Nos tenemos que acoplar a la ciudad. Nosotros hemos vivido la odisea de ir a colocar un cartel o una convocatoria en el escaparate de una tienda y que prácticamente fuera un anatema. Y ahora los comercios te piden carteles. Pasamos luego a un tiempo en que las cofradías parecían tener más poder. Nos llamaban cofrades carpetovetónicos, que éramos un lobby y que el urbanismo se diseñaba a golpe de saeta. Pero ese poder lo creía la sociedad. Se criticaba que el Ayuntamiento estuviera aliado con la Semana Santa y ahora que apoye a la hostelería. Es verdad que se podría discutir largo y tendido sobre la prohibición de la Policía Local de pasar por la calle Fajardo, que se tendría que tener otra sensibilidad. Pero entre todos tenemos que convivir. La hostelería tendría igualmente que entender que si tiene muchos clientes en estas fechas es, precisamente, porque la cofradía pasa, y por eso tiene el local lleno. Y si no pasara, dejaría de ingresar tanto dinero. La solución, por tanto, no pasa por matar la celebración. Pero el problema estriba también en que la mayoría de los bares del Centro no son negocios locales, sino franquiciados, que no comprenden las cosas de Málaga. Otra cosa son las razones de seguridad que se esgrimen. De repente, de un año a otro, surgen complicaciones. Puede que antes se tuviera más manga ancha. Puede que el problema ya existiera de antes, pero se mirara para otro lado porque nunca ha pasado nada... pero, ¿y si pasa? Puede entonces que entendamos que algunas decisiones no se toman por capricho.

Que sea una pieza a la que uno pueda acudir para decir, ésta es mi Semana Santa, mi tradición, lo que me gusta y lo que vivo y éste es quien me dijo lo que yo quería escuchar

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¿Qué espera que pase el sábado?

Desde un punto de vista personal, espero sentirlo, llenarme y culminar este regalo que se me ha dado y del que tanto estoy disfrutando, de lo más en mi vida. Este pregón me viene con una experiencia y unos años y me doy cuenta de que otros que he dado, pasaron, y no me di cuenta de disfrutarlos. Nunca antes tardé tanto en empezar a escribir ante el abismo del folio en blanco y lo último que hice es la parte dedicada a la Esperanza. Parece como si la atmósfera me empujara a escribir lo que he escrito, que me lo fuera dictando, hasta el punto de que hay partes que no reconozco como mías porque en ellas está el sentimiento de muchas personas. Los encuentros, los homenajes... todo está siendo muy emocionante. Pues el sábado quiero ponerle el colofón. Y desde el punto de vista general, espero cumplir con todo lo que se me está reclamando y que me está llegando. Porque dan por hecho que va a ser un gran pregón y aún no lo he dado. Espero que los cofrades se vean reflejados, que sientan lo que siento yo. Será el pregón de Paco Jiménez pero quiero que sea el de todos los cofrades, de siglos pasados y de los que han de venir. Una exaltación de la Semana Santa, que para eso ha de ser el pregón. Me piden que dé el pregón de pregones, el del cofrade que habla de cofradías, de Semana Santa, de imágenes, de sentimientos. Y mi objetivo es que quede algo en todos los que lo escuchen. Que lo recuerden. Que se lleven un trocito de él y tenga continuidad en el tiempo. Que sea una pieza a la que uno pueda acudir para decir, ésta es mi Semana Santa, mi tradición, lo que me gusta y lo que vivo y éste es quien me dijo lo que yo quería escuchar.

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