Entrevista | Juan Miguel Martín Mena Autor del cartel anunciador de la Semana Santa de Málaga 2025

"Para mí la Semana Santa de Málaga es la gran puesta en escena, el gran espectáculo, una gran explosión"

La Agrupación de Cofradías presenta este jueves en el Albéniz el cartel anunciador de la Semana Santa de 2025, una obra del artista de Dos Hermanas Juan Miguel Martín Mena, conocedor de cómo Málaga concibe esta celebración por vínculos familiares y porque ya ha trabajado para otras cofradías con anterioridad, de las que destaca su compromiso con la fe y la tradición

Juan Miguel Martín Mena, en la iglesia de San Julián, con el nombramiento oficial recibido por la Agrupación de Cofradías.

Juan Miguel Martín Mena, en la iglesia de San Julián, con el nombramiento oficial recibido por la Agrupación de Cofradías. / L. O.

Ignacio A. Castillo

Ignacio A. Castillo

"Espero que cuando el cartel se descubra deje de ser mío y pase a ser de todos los cofrades de Málaga". Así asume, con nervios e ilusión, este importante reto en su consolidada carrera artística Juan Miguel Martín Mena, autor de la obra que servirá para anunciar la Semana Santa de 2025. Un rito que se renueva cada año y que tendrá lugar este mismo jueves, a las 20.00 horas, en el Cine Albéniz de Málaga. Natural de Cádiz, criado en Dos Hermanas, ha 'parido' el cartel en su casa de La Muela, una pedanía de Algodonales, aunque la obra también ha pasado por su estudio nazareno. Tras superar el shock inicial al recibir el encargo, Martín Mena, que ya ha trabajado con anterioridad para Málaga y conoce su Semana Santa, por sus raíces familiares, se puso manos a la obra consciente de su trascendencia, siendo fiel a sus formas de expresión y buscando un equilibrio entre la espectacularidad de la celebración y la visión más íntima y devocional de cualquier cofrade.

Pocas veces la Agrupación de Cofradías ha recurrido a un pintor foráneo para anunciar la Semana Santa de Málaga. ¿Eso le añade quizás un grado más de responsabilidad?

A mí no me ha resultado extraño. Es verdad que he trabajado para toda Andalucía, e incluso para otras localidades de fuera, así que estoy acostumbrado a trabajar otras Semanas Santas y otras fiestas. Otras efemérides que no son las de mi ciudad. Así que desde mi punto de vista, no es excepcional. Espero que para el malagueño tampoco lo sea. De hecho, en todo este tiempo, nunca he notado ninguna actitud o posición contraria. No me he sentido intruso. Al contrario, el mundo cofrade de Málaga me ha recibido con los brazos abiertos y con un carácter cercano, familiar y maravilloso. 

¿Esa cercanía que ha percibido se refleja después a la obra?

Hay una sinergia. Por mi parte, en todos los trabajos pongo toda la carne en el asador y me doy al cien por cien. Pero no cabe duda de que si hay un contacto individual con ciertas personas, la obra se enriquece de un valor más humano y personal.

¿Es la Semana Santa de Málaga una fuente de inspiración?

Para mí, la Semana Santa de Málaga es la gran puesta en escena, es el gran espectáculo. Siempre la he visto como la explosión, como especie de una traca final. Dentro de eso, como soy cofrade, de esa primera impresión voy filtrando lo que es la devoción, la fe, las formas más íntimas de vivir la celebración. Pero aún así me sorprende mucho su esplendor, que va mucho más allá de la inmensidad de sus tronos, que puede ser la primera imagen que a uno se le viene a la cabeza. Cuando vas conociendo cada cofradía, cuando conoces a los cofrades, de manera personal, y vas destilando esa primera impresión meramente estética, aparece el cofrade de verdad. Un mundo cofrade, el malagueño, que siempre me ha resultado intenso y comprometido, tanto con la fe como con la tradición.

¿Qué contactos previos ha tenido con la Semana Santa de Málaga?

Tuve la gran oportunidad de entrar en Málaga por la puerta grande con el Cautivo, que fue una experiencia maravillosa. Ahí ya empecé a notar el carácter del malagueño, lo sabe bien. Trabajé muy a gusto y fue una experiencia maravillosa. Me ocurrió lo mismo poco tiempo después con la Cena, hermandad a la que pinté el cartel del 50 aniversario de la bendición de sus imágenes titulares. Y por último, con una pequeña aportación que he podido realizar para la Virgen del Amor, en una exposición organizada por la cofradía del Rico.

¿Y más allá de los encargos que ha afrontado?

Nunca la he vivido la Semana Santa de Málaga, pero siempre la he tenido muy presente en casa, porque media familia es malagueña. Mis tías viven en la ciudad, a las que aprovecharé para ver estos días. Así que siempre hemos estado pendiente de la actualidad cofrade. En mi caso no es nada extraño que hayamos visto vídeos, reportajes, programas... Además desde que era pequeño. Siempre nos ha tirado e interesado. Y ahora más, cuando ya existe un contacto directo real.

¿Qué conocía de la Semana Santa malagueña?

Las grandes devociones de la ciudad, como pasa en todas las ciudades. Hay cuatro o cinco imágenes que son más representativas y, por tanto, nos son más cercanas a quienes estamos más apartados. Pero también me ha llamado mucho siempre la atención el fervor popular y la actitud de la gente en la calle al paso de las cofradías.

¿Cómo ha afrontado este cartel tras recibir su designación?

Cuando me lo ofrecieron he de reconocer que entré en shock. Total y absoluto. Me bloqueé. La sensación de vértigo era enorme. No me lo esperaba. En el viaje de vuelta a La Muela, en la Sierra de Cádiz, que es donde trabajo ahora, ya me di cuenta de la trascendencia del encargo y de que la responsabilidad era tremenda. La de Málaga es una Semana Santa internacional, un reclamo turístico de primer orden y que además, y no solo para sus cofrades, sino para sus ciudadanos, es además la más completa de todas las que existen. 

¿Qué ha querido representar en el cartel, sin llegar a desvelar su contenido, que ya se verá este jueves?

Lo he querido titular como un 'Poema íntimo hacia la Semana Santa'. Es una obra muy personal, intimista y devocional... Y hasta aquí puedo leer.

¿No entra esta reflexión quizás un tanto en colisión con esa espectacularidad a la que hacía referencia al principio?

En cada obra mía hay dos vertientes: una, la que muestro al espectador y al que lo va a consumir; y en la otra, existe un trasfondo interno que se queda para mí, y de ahí mi expresión, más íntima y personal. Un diálogo interno que refleja la forma en la que miro la Semana Santa, que no es más que la vista a través de los ojos de un cofrade. Y ahí da igual su procedencia, su lugar de nacimiento, si se es de Cádiz, de Sevilla, de Dos Hermanas o de Málaga. He querido entender la Semana Santa de Málaga como aquella que siempre he vivido desde pequeño, porque el concepto, en sí, es el mismo, y eso no quita que tenga esa sensación efectista y monumental.

"El lenguaje artístico se define al cabo del tiempo"

¿Será reconocible?

Lo tendrán que decir los demás. Por mi parte, he sido fiel a mi técnica y a mi forma de expresión. No me he arriesgado con cosas nuevas. Es verdad que hay quien reconoce mi obra sin tener que ver la firma, pero no es algo impostado por mi parte. No fuerzo el marcar un estilo o usar una paleta de colores o usar un sello. Eso te lo da el tiempo, el trabajo y el lenguaje artístico se va definiendo al cabo del tiempo.

¿Qué reacción espera del público?

Espero que se sientan reflejados en el cartel. Cuando se descubra, dejará de ser mío para ser de todos los cofrades. Si eso pasa, significará que habrá funcionado y yo me sentiré muy afortunado. 

¿Está nervioso o su trayectoria le permite estar curado de espanto?

En absoluto. Los nervios van a más. La experiencia hace que aprendas a canalizarlos o a disimularlos. Pero la responsabilidad va a más. Y los miedos también. Ahí juega un punto importante el afán de superación. En cada trabajo intentas superar un poquito más el anterior. Un autor va pasando por distintas fases. Al igual que ocurre en la vida, que cada persona va evolucionando en su forma de ser, en el arte también pasa lo mismo, de manera muy natural y lenta. Pero los retos que uno se plantea son diarios y eso hace que, al estar siempre en un punto de partida distinto, se sigan experimentando nervios.

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