Religiosidad popular

Tradición y fe: la cita de los malagueños con Medinaceli cada primer viernes de marzo

Cientos de malagueños visitan la iglesia de Santiago para depositar las monedas y pedir los deseos a esta milagrosa imagen de Cristo

Jazmine García

Málaga

Cientos de almas aguardan en silencio. Han esperado días por este encuentro con Medinaceli, su instante íntimo, donde intercambian tres deseos por tres monedas y tres 'padrenuestros'. Aún no ha comenzado la Semana Santa en Málaga, pero la fe ya se siente en la calle Granada. La interminable fila frente a la iglesia de Santiago lo demuestra.

En las calles de Málaga, este viernes, puede que por una vez, predominan más paisanos que turistas. Han salido bien temprano para cumplir con la tradición y visitar al Medinaceli. Algunos vienen desde lejos, pero la distancia se vuelve menor si se trata de reeditar este encuentro. María Jiménez viene desde el municipio de  Pizarra, acompañada de su hermana y su marido. Ellos se enteraron de esta tradición cuando su padre estaba ingresado en el hospital, desde ese momento, cada año reservan el primer viernes de marzo a este Cristo.  María José García y José Carlos Cano son un matrimonio de Melilla que ha venido a pasar unos días en la Costa del Sol y aún estando de viaje, no han podido dar la espalda a Jesús de Medinaceli y han acudido a la parroquia de Santiago para visitarlo.  

Colas para venerar al Cristo de Medinaceli en la iglesia de Santiago

El Cristo de Medinaceli, en el altar mayor de Santiago. / Francis Silva

Al entrar en la iglesia se respira paz. Fuera llueve y dentro hay calma. Se oyen manos intentando coger las monedas que se resisten en el  monedero y el sonido que hacen al caer en el cepillo. También se escuchan a algunas personas rezando en voz baja sin parar, a veces, nunca se sabe cuando es suficiente, y al párroco dando la misa, habían más personas que huecos en la capilla, por lo que muchos oyeron la misa por los altavoces mientras estaban sentados en los bancos.

Hay personas de todas las edades, mayores, jóvenes, adolescentes y hasta incluso bebés en sus carritos. Muchas vienen acompañadas de familia y amigos y otras solo de su fe. Juan Ramón Millán, aunque es más “pasotilla” -así lo ha descrito él-, viene todos los años  por su mujer, fiel creyente que visita cada primer viernes de todos los meses la iglesia, no solo el de marzo. Vienen desde la barriada de Las Chapas, "ella lo siente dentro, está lloviendo, tenemos ya una edad para estar dando viajes, pero hemos cogido el bus hasta el centro y con un paseito hemos venido hasta la iglesia, como cada año", apunta Millán.

Largas y pacientes colas

Los devotos que están en la fila avanzan despacio, con pasitos cortos y arrastrando los pies como si estuvieran llevando sobre sus hombros una procesión. En la fila se encuentra Laura Juares, es su primera vez pero tiene claro su deseo "que venga todo bien, mucha salud para este bebé que tengo dentro de mí", narra mientras desliza sus manos por su tripa orgullosa y emocionada, sus ojos desprenden una luz especial. Por la puerta acaba de entrar Ana Rosa Ruiz, ella afirma que tiene mucha pasión por Medinaceli "si no vengo a verlo no me siento bien, tengo que venir, aunque lluvia como hoy", cuenta Ana Rosa mientras da varios pasos en la fila.

Francisca Luque y Arancha López son dos amigas que han quedado esta mañana visitar al Cristo. Francisca Luque tiene un pañuelo en su mano y los ojos cristalinos, "vengo desde siempre, es una tradición de mis padres y abuelos, algunos deseos se me han cumplido", cuenta Francisca. En cambio, Arancha se enteró por su vecina, la mujer nunca faltaba y Arancha la acompañó un día y ya es su tradición.

Colas para venerar al Cristo de Medinaceli en la iglesia de Santiago

Colas para venerar al Cristo de Medinaceli en la iglesia de Santiago / Eduardo Nieto

En los bancos hay muchos fieles sentados mirando fijamente la imagen del Cristo mientras hacen sus rezos y piden sus plegarias. Entre la multitud se encuentran Guadalupe Torres y su compañera de trabajo María Cortés.María viene todos los años, en cambio, Guadalupe cuenta que el año pasado faltó a su cita por trabajo "este año miré los recuerdos del móvil, vi las fotos de Medinaceli y le dije a María que este año tenía que venir yo también, sentí que algo me llamaba", cuenta Guadalupe. 

Colas para venerar al Cristo de Medinaceli en la iglesia de Santiago

La tradición de depositar las tres monedas en el cepillo. / Eduardo Nieto

Ver al Cristo de cerca

La recompensa de esperar la fila es ver al Cristo de cerca, la tradición sigue igual, pero con el paso de los años, se ha vuelto habitual y cotidiano que cuando se posicionan delante no solo se santiguan, rezan o pidan, también sacan su móvil del bolsillo y capturan el momento con una foto, para que la espera hasta el primer viernes de marzo del año que viene se haga más amena. 

La interminable fila que recorrió la calle Granada tendrá un final y será a  las 22.30 horas, cuando la noche caiga sobre Málaga y Medinaceli haya recibido las últimas gracias y peticiones de sus fieles, selladas con tres monedas y tres oraciones. En ese momento, a falta de una hora y media para la media noche, se cerrarán las puertas de la Iglesia de Santiago y los fieles deberán esperar un año para el próximo primer viernes de marzo.

Como cada año, su visita es, para muchos devotos, una cita obligatoria, marcada en la agenda con una exclamación de asunto importante. La Semana Santa aún no ha comenzado, pero la fe se mantiene en el ambiente, incluso cuando la calle Granada queda vacía

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