Entrevista | José Ferrary Pregonero de la Semana Santa de Málaga 2025
"Las hermandades tienen un papel primordial en la evangelización y ser luz de fe en este mundo"
José Ferrary afronta con mucha ilusión su papel como pregonero de la Semana Santa de Málaga, la oportunidad "de hablar de Málaga, que es mi ciudad" y de las cofradías. Nazareno convencido, subraya que esta figura del cortejo se está empezando a valorar cada vez más en la ciudad

José Ferrary, deán de la Catedral de Málaga, en el coro. / Álex Zea
Quedan pocas horas para el pregón de la Semana Santa de Málaga 2025, que se celebra este sábado por la tarde en el Teatro Cervantes. José Ferrary, deán de la Catedral de Málaga y cofrade, tiene este año el encargo de pregonero. Una tarea que afronta con tranquilidad, aunque con un trabajo constante y profundo por perfilar un texto que le supone una alta exigencia. Sabe que hay expectación y una oportunidad única para explicarse como cofrade y lanzar un mensaje "pero no aleccionar", aclara rápidamente.
La primera pregunta es obvia en este momento. ¿Cómo estás viviendo estos días previos del pregón?
Nervios ninguno, no tengo absolutamente ninguno. Ilusión, sí. Tengo ganas de decirlo, pero también es verdad que estoy con el interrogante de qué es lo que va a pasar cinco minutos antes de empezar o durante las marchas, si me van a entrar nervios o no. Imagino que sí y que los cinco o seis primeros minutos del pregón, cuando te encuentres allí solo, pues serán momentos más complicados, que tendré que ir controlando un poquito más.
Tienes experiencia con las homilías y hablar delante de mucha gente, pero ¿qué cambia del pregón a hablar en cualquier otro ámbito?
Por lo pronto cambia que conoces a muchísima gente que están ahí delante, que saben tanto como tú o más de lo que estás diciendo. Y luego cambia también el escenario. No es lo mismo que estés en un culto litúrgico, que ahí sí es verdad que estoy habituado y además el guion pues lo tengo yo y lo manejo yo todo. En el pregón el guion lo he hecho yo y más o menos me lo sé, pero no es en mi hábitat. Además, la gente cuando está en misa podrá hablar más o menos y hay gente que sabe que está desconectado del primer instante. En el pregón, en cambio, no. Aquí tienes que tener una exigencia porque intentas que la gente salga medianamente contenta.
¿Alguna vez habías pensado que podía llegar a ser pregonero?
No, que va, que va... incluso le pedía al presidente de la Agrupación que me dejara pensarlo, porque yo no es que no lo hubiera pensado, a mí me sorprendió la pregunta, sino que además tampoco me veía idóneo. Siempre he pensado que yo no sé dónde están los puntos de la idoneidad, pero nunca me he visto yo con este encargo. A mí cuando me han pedido un pregón o una exaltación siempre me ha sorprendido y pregunto: '"¿qué veis en mí? Bueno, pues algo habría, ¿no? Al final me pesó más el hecho de que a las cofradías yo las quiero y me gustan y tengo una vinculación afectiva muy importante. También el hecho de que me da una oportunidad para lanzar un mensaje como el que han hecho todos los pregoneros. Y, cuidado, cuando digo un mensaje no quiero decir que vaya a aleccionar, voy a decir lo que a mí me parece que tiene que ser, que es muy parecido a lo que dicen muchas personas. Por otro lado, también tengo la opción de hablar de Málaga, que es mi ciudad. Y habitualmente eso es algo que atrae, puedo hablar de mi ciudad, decir algo de lo que somos la gente de Málaga y de cómo nos conducimos en el mundo de la Semana Santa.
¿Cambia ver el pregón como oyente a hacer un pregón? ¿Valoras de forma distinta los pregones que has escuchado o has visto ahora que los tienes que escribir?
No, en mi caso no. Cuando me han dicho que haga el pregón lo primero ha sido pensar qué es lo que tengo que hacer yo. Y me he puesto de inmediato a buscar cuáles son los recursos para ir elaborando un esquema y a partir de ahí, tirar para adelante en la encomienda que me hicieron. Lo que sí es verdad es que valoro de otra forma los pregones que he oído antes, que han sido varios, y también, desde el momento en que me puse a trabajarlo, a todos aquellos que han sido pregoneros antes que yo y a los que vendrán por detrás, porque el trabajo es complejo, porque hay muchos aspectos que se escapan normalmente al que está viendo el pregón. No sabía que el pregón tuviera una tramoya tan complicada y que tuvieras que tener también unos plazos tan concretos, que gracias a Dios yo los tenía sobrados. Después están las correcciones que tienes que hacer, o de qué manera vas a presentar el escenario, o cuáles son las marchas que vas a poner, que tienes que tener una serie de ensayos... un poco todo eso. Eso es lo que me hace valorar el trabajo que tiene todo esto y que mientras no lo haces, pues no lo sabes.
Todo pregón es pensar un poco sobre la Semana Santa desde una perspectiva muy personal y replantearse muchas cosas. ¿Has descubierto cosas que tú tenías o que te ha sorprendido ver que sentías?
Sí, sí, da muchísimo más de lo que pensaba. Me consideraba una persona analítica, cerebral, también ordenada y un poco fría. Y me doy cuenta de que no, que a la hora de la verdad dentro hay muchas cosas que uno las tiene ahí y surgen con un ardor imposible de pensar que lo tienes. Sí es cierto que mira uno hacia atrás y ha habido veces que delante de una imagen, ante una maniobra o a veces incluso en la capilla de donde estoy situado en la iglesia pues si me ayuda a rezar allí he sentido mucha emoción, por expresarlo de algún modo. Es ese tipo de cosas que explican por qué existe un tipo de hermandades que a mí me gusta mucho y que a la gente se extraña. Muchos dicen, Sepulcro, Dolores de San Juan... normal porque es una cofradía seria. Pero luego, en cambio, a mí me encanta el Rocío, del que me hice hermano porque sí; me gusta la Misericordia o el Prendimiento, con el que no tengo vinculación ninguna más allá de tener amigos que salen allí. Estas son hermandades que reflejan muy bien lo que es la religiosidad popular, un estilo que sale del barrio, pero que 'se sale' del barrio. Como el Cautivo, que es otra así. Esas son hermandades que hay gente que me dice: "es que a ti no te pega esa cofradía". Y creo que no son porque uno le pegue o no, que no son un traje. La cofradía es algo que te llega por unas características que tienen y cuando ves que la cofradía te remueve por dentro, es porque tiene algo, algún tipo de conexión, en este caso religiosa.
Hablando un poco de la religiosidad popular en Andalucía, ¿por qué a veces es vista como una especie de religiosidad menor? ¿Quizá no se entiende fuera?
Creo que nuestra religiosidad popular no la entienden fuera de Andalucía, porque en general tampoco se entiende cómo es el carácter del andaluz. Voy mucho a Salamanca a dar clases y allí es todo por estereotipos. No soy el andaluz típico en Salamanca, que cuando me pongo a hablar con otro andaluz allí, y resulta que el acento sale más, empezamos a hablar más rápido, a utilizar giros que se te quedan embobados... Pero a veces no entienden que el andaluz no está todo el día tocando palmas, haciendo chistes y durmiendo la siesta. No, el andaluz es un pueblo mucho más serio de lo que parece. Y en la religiosidad popular la gente se queda con determinadas manifestaciones que salen en la televisión, pero ninguno se queda con las miradas de la gente aquí en Andalucía, ninguno se queda con la persona que va a sacar un trono y que no se le puede mentar a su Virgen y ninguno se queda con un montón de cosas que tienen las hermandades por dentro. Porque no tienen una explicación lógica para una persona de fuera que, desde que empieza el Miércoles de Ceniza, por poner una fecha porque están todo el año, tengan metido ahí a 50 jóvenes, toda la tarde y parte de la mañana a los fines de semana, arreglando la casa hermandad y enseres, o limpiándolos. Son jóvenes normales y corrientes, los mismos que te puedes encontrar en cualquier otro lugar, pero viven su fe desde ahí. El problema está en que no se entiende eso.
¿En Andalucía hay gente que no lo entiende?
Sí, claro, todos los que no tienen fe no lo entienden.
Pero también hay mucha incomprensión por parte del clero sobre esa religiosidad popular. De hecho, se habla de 'sacerdotes cofrades', como un grupo diferente entre los sacerdotes cuando todos deberían de ir a la par.
Existen, y esos no salen, aquellos sacerdotes que no son cofrades pero que trabajan con las cofradías. Creo que todos, tanto el cofrade como el sacerdote, debemos dejar de buscar cuáles son las diferencias y busquemos qué es aquello que nos une, que son muchas más cosas. Y eso, pues, poco a poco irá unificando criterios. Es verdad que siempre dicen, no es que me va a tocar ceder a mí. Bueno, en algún momento. Y en otro momento, pues tendrá que ceder el otro. Si yo me llevo bien con una persona, que esa persona tenga una ideología diferente a la mía o un estilo de vida distinto no impide que pueda irme a comer con esa persona o trabajar o tener conversaciones. Y a lo mejor no soy amigo íntimo de esta persona pero tengo una convivencia suficientemente viable. Creo que eso es algo a lo que se está llegando, pese a que ha habido muchos momentos en que en las hermandades y el clero eran como las vías del tren, en la misma dirección, pero separadas y normalmente nunca se cruzaban. Pero tampoco es bueno que estén paralelos. Nuestro camino es intentar buscar lo positivo que tienen los demás. El problema está en que cuando una de las dos partes nos quiere ver lo positivo, entonces ahí ya vendrá un conflicto. No se trata de diferenciar 'clero cofrade' y 'clero no cofrade', o cofrades clericalones y no clericalones. Tampoco es bueno el cofrade que cree que todo tiene que ser como hace la parroquia, o que tiene que ser un grupo parroquial más. Están equivocados. Es una asociación de fieles que tiene su autonomía, su idiosincrasia y su carisma que es de la Iglesia y ahí si tenemos que saber conjugar cuál es nuestro camino.
¿Qué papel crees que juega o deben jugar las cofradías en la sociedad actual, cada vez más secularizada, donde se pierden incluso las referencias culturales de la religión?
Las cofradías tienen un papel fundamental. Las hermandades son el grupo, dentro de la Iglesia, que aglutina a más personas, más diversas y con mayor fuerza y coherencia. Creo que las hermandades tienen un papel primordial en la evangelización y ser luz en medio de este mundo, luz de la fe, no de otras cosas. Esto no significa que tengamos que ser tristes. 'Un cristiano triste es un triste cristiano', como decían antiguamente. Significa que tenemos que ser lo que somos, pero también saber pararnos hasta donde podemos llegar. Pero este objetivo no solo le afecta a las cofradías, sino a toda la Iglesia. Ahora, ¿son las cofradías hoy por hoy un alimento en la fe del pueblo? Sí, lo son. ¿Que estén aprovechadas o no? Creo que nosotros, me refiero como sacerdote, no tenemos que aprovechar nada. Tenemos que 'trabajar con' y 'servir a', Trabajo con la gente que está conmigo y se ofrece y les sirvo a todos. Cuando trabajamos así y cuando los demás saben que lo que ellos están prestando también es un servicio a la iglesia, seguramente seremos todavía un poquito mejores.
¿Cuál sería tu primer recuerdo cofrade?
El primero, en la calle Larios, en un balcón de la familia. Y yo era muy pequeño, no recuerdo dónde. Estaría jugando por detrás mientras pasaban las procesiones un Jueves Santo. Recuerdo a mi madre que dice: "niño, que vienen los legionarios". Y voy corriendo a verlos. Ese es el primer recuerdo que tengo.
¿Y el mejor?
El mejor es uno que se ha producido muchas veces, cuando salgo de nazareno. Ese es el mejor, sin duda.

José Ferrary, en el Patio de los Naranjos de la Catedral de Málaga. / Álex Zea
¿Por qué se valora tan poco a la figura del nazareno en Málaga?
Málaga está empezando a valorar al nazareno ahora. Hay cofradías que están creciendo mucho en sus filas de nazarenos. Durante un tiempo se promovió al hombre de trono cuando desaparecieron los hombres pagados. Hubo un boom de portadores y Málaga, en aquel entonces, no tenía muchos nazarenos tampoco, pero como no tenía Sevilla, aunque allí por su manera de procesionar ha tenido tradicionalmente más. Ahora sacar un trono está medio normalizado y existe un runrún en Málaga en favor del nazareno. Poco a poco va calando. Además, se empieza a tener una idea más clara, en Málaga y en Andalucía, de lo que es ser cofrade en Semana Santa. La gente ya empieza a entender que va a alumbrar a su Cristo o a su Virgen y que hace una estación penitencial.
¿Cuál sería tu momento, tu sitio, preferido de la Semana Santa de Málaga?
Debajo de un capirote, eso lo tengo claro. Y para ver hermandades, depende de la hermandad y el día. Normalmente, me voy buscando algunas de las esquinas que hay, porque no solamente se trata de la maniobra del trono, sino también se trata de cómo van las filas de nazarenos. Por ejemplo, si es Dolores o Fusionadas, voy a San Juan, busco cualquier esquina y ahí voy viendo las hermandades. Si voy a la Sentencia, por ejemplo, pues a la calle Casapalma. Pero no tengo un sitio específico, es decir, voy caminando... si salgo por ahí, porque últimamente me siento más en la silla.
Conoces también mucho la Semana Santa de Sevilla, ¿en Málaga se ha quitado quizás ese complejo que había con Sevilla?
Málaga no tiene que tener complejo con Sevilla. Fui a Sevilla a conocerla porque se hablaba mucho y no sabía cómo era aquello. No había ido nunca a la Semana Santa de Sevilla y quería conocer aquello que para unos era lo más malo del mundo y para otros, lo más bonito del mundo. Al final la diferencia entre Sevilla y Málaga es que en uno se llevan pasos y son pequeños y en otro son tronos y son más grandes; el modo de como se monta el cortejo y poco más. Cuando hablan de lo seria que es Sevilla respecto a Málaga, eso no es así.
La sociedad actual es cada vez menos homogénea, con mucha gente que viene de fuera y que ese carácter andaluz que hablábamos antes no lo entiende o no lo han vivido. ¿Qué pueden hacer las cofradías para integrar a esos nuevos malagueños dentro de este movimiento religioso? Además, el futuro de las cofradías en cierto modo pasa también por ahí, ¿no?
Bueno, aquí hay tres cosas. Una que da muchos resultados es que vean la Semana Santa. El hecho de ver las procesiones ya produce un milagro en el interior de muchas personas que no son de aquí. Y no estoy hablando solo de gente que viene de Latinoamérica, que son más parecidos en religión y forma de expresarla. Hay católicos de otros países, que no son practicantes porque vienen de una sociedad muy laicista, y que salen de nazareno o llevando un trono. ¿Eso cómo se explica? Bueno, pues habrá que preguntárselo al Señor. Lo he visto mucho y creo que todos conocemos personas que dices, "¿y este que hace aquí la cofradía ahora?". Pues algo le diría el Señor cuando pasó a su lado.
Por otro lado, ¿quiénes son aquellos que atraen a otros a una cofradía? Los niños y los jóvenes son los que tienen el poder de llevarse a sus amigos o amigas a la cofradía porque están ellos. Ahí las cofradías juegan un papel activo y luego está el tú a tú, que es lo que atrae. Aquí lo que se trata es que la gente adquiera la genética de la cofradía. Por eso hay una intervención divina, que es inexplicable y que sucede más de lo que pensamos. La otra, que es la que nos puede venir por los niños y los jóvenes que van atrayendo a otros amigos suyos a la cofradía. Y la tercera, la que cada uno pueda hacer individualmente para ayudarles, para que estén, para que se integren, para que sepan, para que vivan y para que realmente encuentren su sitio dentro de esa hermandad.
- La nueva letra que tendrán las matrículas de los coches en España a partir del próximo mes
- Un preso de Alhaurín de la Torre se fuga durante una visita a un hospital de la capital
- Juanma Moreno reta a Óscar Puente y se ofrece para hacer el tren litoral de Málaga: 'Si el Gobierno se siente incapacitado, que hable con nosotros
- Un acertante de Málaga, premiado con más de 634.470 euros en la Primitiva
- ¿Qué va a pasar ahora con la procesión de La Esperanza en Roma tras la muerte del Papa Francisco?
- Abre en Málaga la primera tienda oficial del Barça en Andalucía
- Muere Francisco, el Papa que llegó del 'fin del mundo' y que ha querido llevar la Iglesia al siglo XXI
- Asesinan a un hombre en un tiroteo en Mijas