Traumatología

La crucifixión: ¿dónde clavaron los clavos a Cristo?

Analisis de la herida del dorso de la mano de la Sábana Santa de Turín. Actualización histórica. Consideraciones y conclusiones experimentales

El Cristo de la Agonía, de Buiza, crucificado por las palmas de las manos.

El Cristo de la Agonía, de Buiza, crucificado por las palmas de las manos. / Eduardo Nieto

Aurelio Andrés Díaz Martín

Aurelio Andrés Díaz Martín

Málaga

 El acto de la crucifixión fue practicado a lo largo de la historia como método de castigo por civilizaciones como los persas, babilonios, fenicios y romanos. La crucifixión como práctica abolida desde hace siglos, continúa presente en nuestros días a través de la historia, la arqueología y la religión. En la actualidad resulta aún controvertido conocer a ciencia cierta la localización de los clavos en las manos de los reos condenados a crucifixión. En la mayoría de representaciones pictóricas, escultóricas y artísticas, los clavos se representan atravesando las manos, principalmente entre los metacarpianos.

En Roma fue un método utilizado de ajusticiamiento hasta 337 d. C. De manera que aunque desde la crucifixión de Cristo pasase tanto tiempo hasta las primeras representaciones, los autores de estas obras, probablemente tenían conocimiento, de primera mano, de la situación de la colocación de los clavos y tratarían de reflejar lo más fidedignamente posible. Por tanto, como primera premisa deberíamos suponer que los clavos se posicionaban en la mano y no en cualquier otro área anatómica próxima como la muñeca.

Debates

Actualmente se generan debates en la literatura religiosa y científica debido a hallazgos arqueológicos de restos de crucificados y las conclusiones de los estudios de la Sábana Santa de Turín. En la Biblia no se explica con profundidad la metodología empleada en la crucifixión de Jesucristo, aunque en las Sagradas Escrituras se describe que "no se rompió ningún hueso" en el procedimiento de la crucifixión” y los estudios de la Sábana Santa sitúan el orificio de salida del clavo en el carpo. En un intento de respetar estas dos premisas, se postulan diversas teorías sobre la región anatómica del carpo donde posiblemente se posicionaron los clavos.

En la actualidad, la crucifixión continúa siendo un tema que presenta controversia, particularmente con respecto a la crucifixión de Jesucristo.

Esquema óseo del carpo que muestra las tres regiones anatómicas teóricas de ubicación del clavo. Espacio de Destot, área Z propuesta por el profesor Frederick Zugibe y el punto P del Dr. Lagraña.

Esquema óseo del carpo que muestra las tres regiones anatómicas teóricas de ubicación del clavo. Espacio de Destot, área Z propuesta por el profesor Frederick Zugibe y el punto P del Dr. Lagraña. / L. O.

Es la teoría postulada por Pierre Barbet la que más adeptos tuvo durante muchos años. Este autor sitúa el clavo en el carpo en el denominado espacio de Destot, espacio virtual entre huesos de la muñeca. Comunicaba que era fácil de localizar y de esta forma se justifica la presencia de sangre encontrada en el dorso del carpo como punto de salida del clavo y la ausencia del pulgar al lesionarse el nervio mediano en las conclusiones de los hallazgos de los estudios de la Sábana Santa.

Destot, anatomista de principios del pasado siglo, tiempo después del descubrimiento de los rayos X por Röentgen, publica un tratado sobre traumatismos de la mano y denomina a este espacio del carpo por su nombre. Es llamativo que ningún tratado de anatomía ni de traumatología realice referencia a este espacio, tal y como comunica el profesor Palacios- Carvajal. A partir de esta comunicación por Barbet se inicia la 'Leyenda de Destot' como lugar irrefutable de ubicación del clavo en las practicas de crucifixión y que ha sido avalado durante largo tiempo a lo largo de la historia, hasta que trabajos posteriores de otros autores comunican que en el espacio de Destot no se localiza el referido nervio mediano y que la lesión del nervio mediano no causaría una flexión del dedo pulgar.

Viernes Santo | Dolores de San Juan

El Cristo de la Redención, de Miñarro, tiene los clavos en la región Desdot. / L. O.

Otras teorías

A partir de este momento se comunican otras zonas donde pudo ubicarse el clavo en la extremidad superior. Frederick Zugibe comunica su teoria sobre la región anatómica donde se posicionaría el clavo, en otro espacio del carpo que denominó área Z y los doctores Lagraña, Terraes y Revidatti defienden que el clavo penetró otra región anatómica del carpo que denominaron como punto P.

Estudio con cadáveres

Esta visión histórica y el conocimiento anatómico minucioso de la extremidad superior nos impulsó a realizar un trabajo en un modelo experimental de crucifixión, donde estudiamos el comportamiento de extremidades superiores de cadáveres criopreservados sometidos a tracción tras ser enclavados en las palmas de la mano y en muñecas con clávitres; valoramos las lesiones producidas por el clavo y describíamos las relaciones del clavo con las estructuras anatómicas afectadas.

Posicionar los clavos en la palma de la mano resulto fácil, apreciando ausencia de aparición de fracturas y desgarro de la mano debido a la anatomía regional que rodea a los metacarpianos (potentes ligamentos y fascia palmar). Por el contrario, el enclavado en la muñeca, nos resultó imposible posicionar el clavo en el referido espacio de Destot y apreciamos la presencia de fractura en todas las pruebas enclavadas en la muñeca.

Desde nuestra experiencia no compartimos las conclusiones de los estudios de Barbet, puesto que resulta difícil localizar desde la piel ese pequeño espacio virtual de Destot que no es constante en todas las muñecas sin producir lesión ósea empleando un clavo de 1 cm de diámetro.

El orificio de salida del clavo en el dorso de la mano que es la imagen que se aprecia en el sudario de Turín requiere varias consideraciones en su análisis.

De una parte estamos valorando un lienzo de lino perfectamente extendido que tiene una característica incuestionable, que no es otra, que la propiedad física del lino para arrugarse, por tanto al estudiar la Sabana Santa con alta probabilidad se valora una imagen estilizada y sobre-extendida. La región facial de la imagen se presenta elongada, así como los dedos de la mano por lo que hay que tener en cuenta que este hecho puede distorsionar la interpretación de la misma.

El trayecto del clavo en su orificio de entrada puede no ser ortogonal al orificio de salida y la angulación empleada en el momento de la inserción del clávitre origina que los orificios de entrada y salida no se encuentren perpendiculares.

La Sábana Santa de Turín.

La Sábana Santa de Turín. / L. O.

Una ultima reflexión, es la capacidad de deslizamiento de la piel en el dorso de la mano, a diferencia de la piel de la palma, así como la diferencia de grosor y textura de la misma, hace que tengamos que considerar la posición de la mano, muñeca y dedos, el grado de compresión de la piel y la angulación al insertar el clavo para concluir con exactitud cual es la localización exacta del orificio de salida del clavo en el dorso de la mano, única imagen que se puede valorar en la Síndone.

Esperamos que nuestro trabajo aporte nuevos conocimientos y nuevas perspectivas en investigaciones futuras sobre los procedimientos antiguos de crucifixión desde la visión médica y anatómica.

Bibliografía:

Díaz Martín A.A, N. Guerrero Moyano N , Salinas Sánchez P.: Crucifixión. Estudio en cadáver. ¿Es posible el enclavado en la palma de la mano sin producir desgarro? Revista Málaga Científica 2010; 126:34-37.

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