Música cofrade

Banda de Bomberos: la ‘madre y maestra’ respira nuevos aires

José Luis Gil de la Cruz, ‘Chiqui’, único bombero activo en la formación, lidera una etapa de crecimiento basada en la fidelidad al estilo original

La renovada Banda de Cornetas y Tambores de Bomberos durante el traslado de la Exaltación en la calle Nueva.

La renovada Banda de Cornetas y Tambores de Bomberos durante el traslado de la Exaltación en la calle Nueva. / Miguel Ferrary

F. J. Cristófol

F. J. Cristófol

Málaga

La Semana Santa de muchos malagueños comienza en la memoria con los sones de 'Cristo del Amor' de Alberto Escámez. Suena a clásico porque es clásico. Suena a tradicional porque es tradicional. Suena a Bomberos, aunque la marcha haya ido adquiriendo matices que han alejado la pureza de las cornetas y tambores.

Pocas son las bandas que no han sucumbido a la inclusión de otros instrumentos de viento-metal dentro de este estilo. La banda del Real Cuerpo de Bomberos de Málaga resiste y eso le ha hecho vivir un paso por el desierto en las últimas décadas. Pero en los últimos años parece haber encontrado un oasis en el que coger fuerzas para ser el adalid del formato musical que crearan, entre otros, el citado Escámez o Pascual Zueco Ramos.

La banda de Bomberos ha comenzado a vivir una segunda juventud. No es un renacer artificial ni forzado. Es una consecuencia natural de quienes han apostado por ella, de quienes siguen creyendo que ser la madre y maestra de un estilo implica una responsabilidad que no se puede delegar. José Luis Gil de la Cruz, conocido como ‘Chiqui’, es bombero de profesión y es el responsable de la formación desde que José Antonio Álvarez Salamanca delegara en él el testigo.

Chiqui ingresó en 1981, venía de la banda de Fusionadas, pero como casi todos los niños de su generación había aprendido en la OJE. Cuatro años después de entrar ya era cabo de tambores. Su toque, su finura y su elegancia lo convirtieron en referencia. Y hoy, más de cuatro décadas después, es el referente de una formación que ha pasado por momentos duros pero que suena, otra vez, como sonaba.

«En la actualidad somos 83 componentes, 63 cornetas y el resto percusión. Estamos muy contentos porque la escuela que formamos hace poco más de un año ya está dando frutos. Hay niños, niñas y jóvenes muy formados que ya están saliendo con nosotros. Y también veteranos que han querido volver. Es bonito ver esa mezcla», relata Chiqui. Esas cifras duplican las que manejaba la banda hace apenas un lustro. «Llegamos a ser 45, y eso era un problema. Porque cuando un joven se formaba, y quería más, se iba a otra banda. Y eso, aunque es natural, era una pena».

«Estamos viviendo una época muy buena. La banda suena más armoniosa, tiene más cuerpo, más voces... pero sin perder la esencia. Seguimos siendo una banda de cornetas y tambores, como debe ser», insiste.

En Málaga, hay sonidos que forman parte del paisaje emocional de la ciudad. Uno de ellos es el de la Banda de Bomberos entrando por la Alameda. «Todavía hay quien me dice que sabía que venía Bomberos porque reconocían el toque desde lejos. Eso es lo que queremos mantener». Pero mantener el estilo no significa anclarse en el pasado. La banda ha sumado voces, ha mejorado la armonía, ha cuidado el repertorio. Y todo ello sin renunciar a su esencia: solo cornetas y tambores.

Detalle del escudo bordado en una de las cornetas.

Detalle del escudo bordado en una de las cornetas. / Miguel Ferrary

«No vamos a meter instrumentos nuevos. No lo necesitamos y no sería justo con la historia que tenemos. Si haces eso, pierdes tu identidad. Ser madre y maestra de un estilo es algo muy serio», afirma. La historia de la banda de Bomberos se remonta, oficialmente, a 1911, aunque podría haber datos anteriores. Nació con nueve cornetas y un ideal: acompañar musicalmente, con dignidad y sobriedad, la estampa de los bomberos de uniforme en los cortejos.

Tras los tronos

Esa imagen se fue perdiendo. El vínculo con el cuerpo se fue debilitando. Y hoy, Chiqui es el único miembro activo de la banda que pertenece al Real Cuerpo. «En el parque todos me apoyan, nos aprecian mucho. Pero la banda exige tiempo. Y eso, en un oficio como el nuestro, no siempre es fácil de compaginar». Aun así, la relación institucional es buena y no se descarta que en el futuro se pueda fortalecer de nuevo.

«El hecho de que yo sea el único bombero en activo en la banda lo vivo con responsabilidad, pero también con orgullo. Me gustaría que hubiera más compañeros implicados, claro. Pero mientras tanto, aquí seguimos», reflexiona.

El gran objetivo, hoy, es recuperar el lugar tras los tronos. No es una cuestión de prestigio. Es una cuestión de sentido. «La gente joven quiere estar detrás de un Cristo. Y nosotros también. La banda ya está preparada. Lo hablamos con las cofradías con las que vamos como cruz guía. Y saben que si hay un hueco, si un día no hay compromiso, vamos a buscar ir detrás de un titular». No es una amenaza. Es una necesidad. Porque el estilo, la afinación, el paso de los tronos malagueños y el volumen aceptan cada vez más a bandas como la de Bomberos. «En Sevilla pasa. La Centuria Macarena o Esencia van detrás de pasos. Y aquí también hay espacio para eso». En este sentido, la banda de la hermandad de la Macarena fue tras el Señor del Prendimiento el 5 de marzo de 2022.

El recuerdo de aquel año 2000, cuando acompañaron al Cristo de la Pasión en el Vía-Crucis jubilar, sigue presente. Como el de 2006, tras el Cautivo. «En ambas ocasiones, el comentario general fue que hicimos un papel muy digno. Incluso los portadores y hermanos nos felicitaron. Eso es lo que buscamos. No competir, no entrar en guerras. Solo tocar donde nos sintamos parte».

Y ese sentimiento también existe con las cofradías a las que acompañan en cruz guía desde hace años. «Somos parte de ellas. No las vamos a dejar. Pero si un día no tenemos nada y surge la posibilidad de ir detrás de un Cristo, lo vamos a intentar. Porque si no, seguiremos perdiendo componentes».

Ensayos

La banda está en forma. Con ensayos constantes, conciertos, traslados y una agenda estable. «La Semana Santa se prepara durante todo el año. Y a veces se olvida. No es solo salir en marzo. Es dedicarle muchas horas, quitarle tiempo a la familia y mantener vivo un estilo que tiene más de un siglo».

«La banda no es solo un hobby, es una forma de vida. Esto se vive desde dentro, con pasión, con compromiso. Y si no se entiende así, es muy difícil mantenerse tantos años al pie del cañón», concluye Chiqui.

En tiempos donde las bandas evolucionan hacia lo sinfónico, hacia la mezcla instrumental, hacia la espectacularidad, la Banda de Bomberos sigue apostando por la pureza. Y eso, en Málaga, no es solo una opción estética. Es una declaración de principios. Porque a veces, la historia no vuelve. Pero esta vez, la historia está volviendo. Y suena a tambor fino y a corneta limpia. Suena a Bomberos.

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