GLORIAS

La Divina Pastora logra 'cum laude' en su primer examen post coronación

La congregación supera la reválida en este mayo pastoreño tan especial en el que ha sabido cumplir con las expectativas aumentando la participación en el cortejo, la presencia de niños, y el público en las calles de Capuchinos, Segalerva y El Molinillo, que volvieron a recibir a la Virgen con interminables petaladas, salvas de cohetes y las muestras de cariño y devoción que sus vecinos le profesan

Ignacio A. Castillo

Ignacio A. Castillo

Málaga

Sea por Gregorio XIII y su calendario vigente que regula la celebración de la Pascua y otras solemnidades, hace apenas tres semanas, y porque así lo dictaba la tardía primera luna llena de la primavera, Málaga asistía en silencio al entierro de Cristo en Alcazabilla. Aquella sobriedad y rigor, aquel luto, muta en alegría con la Resurrección, que da sentido al martirio y al duelo, porque la vida se impone a la muerte. Esa misma vida fluye a borbotones a diario en Capuchinos, uno de los arrabales históricos de la ciudad que se resiste a sucumbir víctima de la piqueta y que lucha contra la tiranía de las viviendas turísticas, aunque cada vez más numerosas, por otra parte. Un barrio que sabe cuáles son sus referentes, sobre todo los marianos, y que concede al mes de mayo una importancia capital. Ahí vive en la Gloria. Este año, además, su patrona salía a la calle coincidiendo con su festividad litúrgica, como Madre del Buen Pastor. Y la congregación lograba 'cum laude' en este primer examen callejero tras la coronación canónica.

Las expectativas eran muchas, después de la brillantez con la que se celebraron todos los actos, fundamentalmente los de octubre. Lo que ha servido de punto de inflexión. No solo hay que llegar, sino saber aprovechar la oportunidad. La coronación no era una meta o un fin, sino un medio para aumentar la devoción a la imagen de la Divina Pastora, que desde hace más de 300 años siempre ha estado con sus vecinos. Y estará. Y como incentivo a la congregación que le rinde culto, que sigue creciendo de manera sostenida pero que, indiscutiblemente, ha experimentado un repunte en todos los sentidos.

Procesión de la Divina Pastora por las calles de Capuchinos en 2025

Numerosos monaguillos en la comitiva de la Pastora. / Eduardo Nieto

La procesión de este 2025 iba a suponer una reválida. La confirmación de lo que se esperaba, es un hecho. Más público en las calles. Más participación en la comitiva. Más pequeños de monaguillo, casi 40, lo que augura un prometedor futuro. Más niños de comunión. Más congregantes en la nómina de hermanos... Más y más. Y mejor. Que la cantidad a veces está reñida con la calidad. Y no es el caso en la Pastora malagueña, que todavía tiene muchos retos por delante que afrontar y que asumía este sábado la última procesión de la actual e histórica mayordomía presidida por Juan Antonio Navarro.

Conquista del espacio urbano

La procesión es el broche de oro a la novena celebrada en los últimos días en el templo. Es el traslado a las calles de Capuchinos, Segalerva y El Molinillo de la Virgen desde el camarín que la custodia todo el año. Es llevarla por las plazas, por las avenidas y las estrechas arterias, por cualquier rincón que hace suyo con su mirada bendita y maternal. Es la conquista del espacio urbano por la más bella Pastora del orbe, que caminaba bajo cadenetas de flores de papel, banderas, reposteros con letanías, mantones a su paso, lanzamiento de aleluyas y salvas de cohetes que la recibían con honores.

Como impone la costumbre, la banda de música del Maestro Eloy García, de la archicofradía de la Expiración, llegaba en pasacalles a la plaza de Capuchinos a los sones del ‘Málaga la Bombonera’, convocando a los más rezagados. Para la salida de la Virgen, y eso sí que es tradición, las notas del Himno de Andalucía,  por ser la Pastora la principal aportación de la religiosidad popular andaluza a la Iglesia Universal. Nada más asomar por el dintel, se escucharon los primeros vítores y aplausos: "¡Viva la Divina Pastora Coronada!" El trono, de madera tallada y dorada, tenía que sortear las estrechas dimensiones del atrio de la iglesia, sin mesa y con el árbol, que este año estaba compuesto por ramas de algarrobo, del que pendía el zurrón, en posición horizontal. Repicaba incesante la campana de la espadaña, de donde colgaban guirnaldas y otras colgaduras para revestir la fachada de la parroquia de la solemnidad precisa. Se giraron los arbotantes y se colocaron los remates de las cartelas que se protegen así para que no rocen en la pared. Fue un visto y no visto.

Procesión de la Divina Pastora por las calles de Capuchinos en 2025

Los primeros vítores ya se registraron nada más salir del templo. / Eduardo Nieto

Tras la cruz alzada que abría la procesión, se disponían representaciones de la Pastora de Cártama, el Dulce Nombre, la Piedad, Prendimiento y María Auxiliadora. Salesianos aguardaba también con su guion a la salida de la Virgen, vestida por Jesús Hinojosa con su manto bordado sobre tisú de oro malva, precisamente, estrenado en la coronación y que es de Sebastián Marchante, autor también de la saya, aunque este vestido ya formaba parte del ajuar de la Virgen con anterioridad.

En una auténtica declaración de intenciones, como ya había anunciado en su día la congregación, la Pastora malagueña no va a dejar de serlo y es deseo de sus hermanos no desproveerla de su principal atributo iconográfico. Así que la imagen estrenaba en esta salida una pamela confeccionada con encajes y las flores artesanales que le ofrendó la hermandad de los Dolores del Puente, regalo de la coronación canónica. Ha sido realizada por Adrián Pérez Ramírez. Por tanto, y aunque el criterio no se ha definido, irá alternando sombrero y corona, la que se le impuso el 5 de octubre de Montenegro para distinguir canónicamente su amplio recorrido histórico y devocional.

Flores blancas y amarillas por el papa

En el risco de este año predominaban las flores blancas y las calas amarillas, colores vaticanos por la reciente elección del papa agustino León XIV. El Niño, que figuraba a los pies de su Madre, sí que lucía el terno de la coronación, incluida su pequeña corona sobre su testa, y parecía entretenerse con la vegetación que se distribuía sobre la roca y los dos borregos a los que cuida con ternura la Virgen. El Cordero de Dios junto al rebaño. El Pastor, junto a sus ovejas. Y en la trasera, una miniatura de San Miguel arcángel derrotando con su espada al dragón que es el pecado, como en las primeras representaciones pictóricas de Miguel de Tovar (1732).

Procesión de la Divina Pastora por las calles de Capuchinos en 2025

La Virgen, a hombros de sus portadores, revestidos con túnica marrón. / Eduardo Nieto

De nuevo, como siempre, con 'Divina Pastora' de Francisco Javier Moreno, se dieron las primeras mecidas en el interior de los jardines de la plaza donde se alza el Triunfo a la Inmaculada Concepción, seguido de 'Virgen del Dulce Nombre', de Pedro Morales, y 'Estrella del Perchel', de Miguel Pérez, ya en la Alameda de Capuchinos, donde el trono iba ganando metros con el paso largo de sus portadores, revestidos con túnica marrón.

La cruceta estaba compuesta por marchas de corte triunfal, otras eucarísticas, otras composiciones propias, que también han crecido a raíz de la coronación, y otras de siempre, las consideradas clásicas, con especial atención a los momentos más destacados del itinerario, donde la música cobra un preponderante protagonismo.

Como en la calle Daoiz, alfombrada de romero donde la juventud pastoreña aguardaba a su Virgen para recibirla con una inagotable petalada mientras la banda atacaba 'Coronación de la Divina Pastora' en lazada con la 'Malagueña, Virgen de la Paloma'.

Ahí estaban los cofrades, los pastoreños, los que vivían con la Virgen su Noche en Blanco. Los que iban a continuar con Ella a su paso El Molinillo, por unas calles que le son reconocibles porque las recorre desde hace ya más de una década, desde que la congregación, tras muchas probaturas, encontró la piedra de toque de su itinerario ideal. La interpretación de 'Nuestra Señora del Socorro' para girar en Benjamín Palencia fue sencillamente sublime, como 'Triana, tu Esperanza' para entrar en Duque de Rivas, un dédalo seleccionado a conciencia para que no quede una curva sin dar con precisión.

Tras hacer estación ante la capilla de la Piedad, el resumen de la puesta en escena callejera de la Pastora se produce cada año en Tizo. Allí, de nuevo, la devoción se desbordaría con salvas, flores, poemas y cantes, con el 'Himno de Coronación de la Esperanza', por lo que está por venir en siete días en Roma, para acceder a la calle, y 'Reina y Madre de Capuchinos' y 'Rosario de Montesión' en la infinita petalada tricolor bajo el arco de papelillos. Allí no se cabía desde hacía bastante tiempo, además.

"Madre, tú me das la calma

por fin llegó un nuevo año

pa decirte con el alma

que cuides de tu rebaño

mi Pastora Coronada".

Con el estrillo de esta sevillana que un año más cantó desde un balcón Paco Sánchez, 'Paco Pastora' para más señas, Tizo se vino abajo. Quedaba rematar en la subida a Capuchinos del tirón, con una exquisita selección de marchas enlazadas de los mejores del panorama: Farfán ('La Esperanza de Triana'), Gámez ('Pasa la Virgen Macarena') y Gándara, uno de los indistutibles de la música procesional contemporánea (´La Virgen de Capuchinos'), con la que coronó la plaza antes de volver a penetrar en los jardines y encerrarse en su templo algo más tarde de las 23.30 horas.

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