Crónica

Un Domingo de Ramos, palmas, colas en las iglesias y mascarillas

Llega la Semana Santa y nos descubre una forma distinta de vivirla, con paseos por el Centro, visitas a los templos y control de aforos

Miguel Ferrary

Miguel Ferrary

Caminar hacia la salida de la Pollinica es uno de esos momentos que se vive con intensidad todos los años. Este ha sido diferente. No ha habido cruces con nazarenos retrasados, ni con familias acompañando a niños emocionados que llevan una hoja de palma que les dobla en tamaño o el bullicio en la iglesia de San Felipe. El Centro era silencio, sin apenas personas en la calle y con ciclistas recorriendo las carreteras, en una escena habitual los domingos. Era Domingo de Ramos, pero no como todos los años. La pandemia ha quitado las procesiones de la calle, pero conforme iba caminando por las calles y visitando templos, también ha descubierto a muchos malagueños otra forma de vivir la experiencia cofrade. Más íntima y con sus limitaciones, en forma de mascarillas, gel hidroalcohólico en las manos y colas, muchas colas. El público respondió al esfuerzo cofrade con visitas a los templos donde había imágenes expuestas, lo que provocó numerosas colas ante las limitaciones de aforo en el interior.

La Semana Santa tradicional, con procesiones, bullicio y música en la calle no existe este año. Quizás el siguiente. Pero eso no quiere decir que no haya momentos para recordar, gracias a los esfuerzos de los equipos de albacería y de muchos hermanos. También encuentros fortuitos que reúnen a amigos y conocidos con los que descubres cuánto los echabas de menos. O paseos interminables por el Centro, redescubriendo la ciudad, este Domingo de Ramos ausente de nazarenos tronos y música. Aunque al pasar por la calle Álamos suene una marcha desde un balcón.

Quizá dentro de unos años recordemos esta Semana Santa con cariño. Como una gran anécdota para contar. Ahora es una mezcla de resignación, alegría por vivirla y sorpresa ante la posibilidad de redescubrir las imágenes devocionales a la altura de los ojos.

Pollinica

La Misa de Palmas estaba prevista a las 9.30 horas en la iglesia de San Agustín. Pero a esa hora todavía se estaba organizando la entrada de los hermanos. Poco a poco. Con una larga cola de personas esperando entrar. Una vez completado el aforo de la iglesia, que no se podía ocupar más del 70%, hubo gente que tuvo que quedarse fuera y seguirla desde la puerta, en el patio de entrada.

Los titulares de la Pollinica se disponían en la nave izquierda, en un altar milimétrico, con disposición piramidal donde el Señor se situaba en la cúspide y la Virgen del Amparo y San Juan a los lados. La propia disposición de la candelería seguía ese dibujo piramidal. Una estructura perfecta y armónica, completada con flores blancas que daban una luz especial al conjunto.

Durante la misa, se hizo una petición especial por los enfermos de la pandemia, algo que serás más que habitual durante estos días.

Lágrimas y Favores

La sencillez y el esplendor se dieron la mano en la iglesia de San Juan este Domingo de Ramos. El encendido de las velas en la capilla de Lágrimas y Favores fue un gesto simple, pero de mucho simbolismo. Fue terminar el encendido y empezar a llegar gente que quería verla de cerca, muchos con ramos de flores que se iban dejando a los pies de la Virgen.

La imagen no llevaba la saya verde que suele lucir en la procesión del Domingo de Ramos. En esta ocasión lucía una saya roja y manto azul que resultaba especialmente armónico con el hecho de que estuviera en la capilla para su veneración. El conjunto era impactante para el que se acercara a San Juan, con el añadido de tener la posibilidad de acercarse a la Virgen a la altura casi de los ojos. Una forma de redescubrirla. Lucía además un puñal de piedras moradas y un rosario donado por Rafael Doblas. Junto a la Virgen destacaba el círio ‘Lágrimas de vida’, que llevan ya muchas cofradías como apoyo a la donación de órganos.

El Sábado de Pasión esta capilla vivió un momento entrañable con la donación de una fotografía de la Virgen realizada por el hermano de Fusionadas Carlos Contreras y que fue la primera foto que pudo hacer de la Vírgen de Lágrimas y Favores tras el confinamiento

Salutación

La hermandad de la Salutación planificó un Domingo de Ramos intenso, con numerosos actos a lo largo del día. Comenzó con la Misa de Palmas en San Felipe Neri, en la que el Señor ya lucía la nueva corona de espinas, que se bendijo esa tarde. Esta pieza ha sido realizada por Antonio Pino, antiguo hermano mayor del Rocío, que la ha donado a la hermadad a cambio de que el dinero previsto para su adquisición se destinase a la compra de leche para la asociación infantil Nada es imposible.

Ya al mediodía, la Agrupación Musical San Lorenzo Mártir ofreció un concierto de marchas desde la azotea del AC Málaga Palacio a petición de la Salutación y tras participar en la serie de conciertos organizados por la Fundación Unicaja en la azotea del Palacio Episcopal.

Ya por la tarde, sobre las 17.30 horas, organizaron un acto simbólico en el convento de las Carmelitas, donde montaron un altar de insignias, con la participación de la capilla musical de la banda de Jesús Nazareno de Almogía.

Prendimiento, mensaje y esplendor en Capuchinos

El Prendimiento ha montado un espectacular altar en el interior de la iglesia de la Divina Pastora, donde comparten espacio con el Dulce Nombre, imitando en lo posible como si estuvieran en el trono: «Queremos que los devotos tengan la sensación de que sea Domingo de Ramos, como si fuera a salir, incluyendo el olivo», apunta el hermano mayor del Prendimiento, Salvador Pozo, quien destacó el trabajo de albacería durante dos semanas para preparar todo. Salvador apunta que esperan que los cofrades y hermanos del Prendimiento respondan a este nuevo formato, obligado por la pandemia, y que acudan a la iglesia a visitar a sus titulares. De hecho, la cola para entrar era enorme este Domingo de Ramos. Además, Prendimiento y Dulce Nombre aprovecharon para hacer una recogida de alimentos no perecederos para apoyar a Cáritas.

El montaje del Prendimiento destacaba además por la gran cantidad de detalles y símbolos que ofrecía. Javier Molina es el artífice de este montaje y señala que hay muchos elementos para ver y descubrir para el visitante. En el caso de la Virgen del Gran Perdón se encuentran los lirios como símbolo de pureza, o una pera escondida en uno de los jarrones de flores que significa la fertilidad. A sus pies, el lazo rosa de la lucha contra el cáncer, con la que la hermandad está muy comprometida. Sobre cómo iba la Virgen... mejor verla en directo. Sobran las palabras y hay que dejarse llevar por el impacto de verla de cerca. Toda una experiencia.

Molina explica, en el caso del altar del Señor del Prendimiento cómo se ha buscado comunicar a través de la imagen. Así, aparece una serpiente mordiendo el pie de Judas en el momento de la traición, símbolo clásico del pecado, o las tres rosas rojas a los pies del Señor que anuncia la sangre que se iba a derramar en la Pasión. El frontal de flores lleva fresas, un guiño a la proximidad de la Pasión, mientras que aparece una colmena junto al olivo, un mensaje de resurrección y un guiño al centenario de la Agrupación, cuyo titular es el Resucitado.

También aparece una bolsa de monedas tirada a los pies del romano, una reliquia del Monte de los Olivos en el olivo y dos signos con San Juan Evangelista: el dragón en la copa por la ponzoña que le obligaron a beber y una rosa blanca como el discípulo amado.