Domingo de Ramos

La Humildad y su maridaje con la música

La Humildad es una cofradía para disfrutarla desde que sale hasta que se encierra

Miguel Ferrary

Miguel Ferrary

La Humildad ha cambiado en los últimos años. Y para bien. En sus inicios fue conocida como los ‘Servitas blancos’ por la seriedad de su cortejo, aunque a finales de los 90 ya apenas quedaba rastro de ese carácter. Desde entonces, ha ido mutando, mejorando, adquiriendo un estilo nuevo y propio. El nuevo grupo escultórico hizo mucho por cambiar esa percepción y hacer público el cambio interno en la hermandad. La llegada de la Banda de Cornetas y Tambores de la Esperanza supuso un cambio además en la forma de ir. La potencia de esta banda casó perfectamente con este trono, ofreciendo un conjunto armonioso. Hago un paréntesis, ya que mientras escribo estas líneas suena ‘Nuestra oración’, interpretada por esta banda en la calle Granada. Qué forma de tocar. Qué impresión verlo en directo, en la calle. Suenan afinados, con matices. Es la banda sonora de este Domingo de Ramos. Se esté donde se esté.

No obstante, sí, también le encuentro un ‘pero’. La sección del Cristo se presentó con una gran cantidad de monaguillos, pero con nazarenos muy altos, poco niños. Había uno. Gonzalo, de 11 años, que es capaz de salir el Domingo de Ramos y el Martes Santo con el Rocío y completar ambas procesiones. La Humildad necesita más ‘Gonzalos’. Más niños asegurando su futuro. Puede que parezca que los ‘corralitos’ o ‘guarderías’ son un barullo en medio de los cortejos, pero bendito barullo.

Disfrutar

Más allá de eso, la Humildad es una cofradía para disfrutarla desde que sale hasta que se encierra. Este Domingo de Ramos me encontré por la calle a Miguel Gámez, antiguo compañero y amigo, que me pedía: "Me tienes que decir los sitios donde ver las cofradías". Le recomendé que simplemente paseara y se las fuese encontrando. Si Miguel me hizo caso y se encontró con la Humildad, seguro que habrá disfrutado. Es un gusto verla, oírla y encontrársela en cualquier sitio. Incluso aunque veas a los portadores agotados, aguantando como pueden, con paradas cortas y animados por la música de las bandas. La Humildad es un valor seguro de este Domingo de Ramos.

No desmerece a este conjunto la Virgen de la Merced. Al contrario, aporta una serenidad, fruto de la bella sencillez de la imagen, imprescidible tras el barroquismo expresivo del conjunto escultórico que acompaña al Señor.

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