Crónica

El Lunes Santo llena los templos y las casas hermandad de devoción malagueña

Crucifixión, Gitanos, Pasión, Dolores del Puente, Cautivo y Estudiantes llenaron las calles de colas para poder ver a sus titulares

Miguel Ferrary

Miguel Ferrary

Hace ya años que el Lunes Santo se ha convertido en un día único de la Semana Santa de Málaga. En una misma jornada se concitan distintas formas de entender las procesiones. Este 2021, sin salidas de los tronos, esta forma de vivir y entender el hecho cofrade se ha observado igualmente en los montajes y actos previstos: Crucifixión, Gitanos, Dolores del Puente, Pasión, Cautivo y Estudiantes dieron lo mejor de sí y los malagueños respondieron como siempre responden en este día. Las colas se extendieron a lo largo de las calles en cada uno de los templos y casas hermandad. A veces las colas suponen un desafío a la paciencia de los malagueños, que pueden llegar a estar hasta una hora esperando el momento de pasar unos segundos delante de las imágenes. Pero el comportamiento está siendo ejemplar, sin apenas incidentes y con las hermandades desplegando equipos que organicen el aforo y controlen la distancia entre las personas. El esfuerzo colectivo demuestra que se pueden hacer las cosas bien para limitar los riesgos de contagio. La pandemia ha cambiado nuestra forma de vivir las cosas, pero se está sacado lo mejor de las circunstancias. Hay una reconexión con las imágenes y devociones. Necesaria tras un año de distancia social obligada, también en este ámbito. Quizá por eso se entiende cómo Crucifixión y Cautivo renunciaron a cerrar las puertas a la hora de comer y permitieron continuar las visitas. O cómo la Pasión organizó un horario continuo de afluencia de personas a Santiago y un completo programa de culto y oración para hacer partícipe a los malagueños. O que Estudiantes tuviera las puertas de la casa hermandad abiertas de par en par, ofreciendo a Málaga la oportunidad de vivir la hermandad. O cómo Gitanos ha mantenido la casa hermandad y la capilla abiertas, para que se pueda entender la devoción con la riqueza de la vida interna. O que Dolores del Puente haya brillado en Santo Domingo.

Cautivo

El Lunes Santo se ha acabado, pero ha dejado profundas marcas en muchas almas. Impresionaba ver cómo cientos de jóvenes sacrificaban una tarde para estar en la cola para ver al Cautivo. Ojos implorantes. Emocionados. Alegres. Quizás curiosos. Pero con la inocencia recuperada por unos segundos de quien se encuentra ante algo más grande que uno mismo y vuelve a sentirse niño.

Lo que mueve el Cautivo sigue sorprendiendo año tras años. Y la pregunta se repite año tras año: ¿Por qué? Y la respuesta es tan sencilla y tan clara, que no hace falta ponerla. Sólo invitar a pasar por delante del Señor y compartir unos momentos de silencio. Decía José Luis Palomo, ex hermano mayor del Cautivo, que la devoción de las personas que se acercan al Cautivo tiene una fuerza que el no creyente no entiende y se sorprende. Este Lunes Santo la sorpresa sería mayúscula.

El Señor de Málaga lucía con la túnica que llevó en 2017. Destacaba sobre su renovado trono, bendecido por la tarde tras la Celebración de la Palabra dirigida por el párroco de San Pablo, José Luis Llamas. Las nuevas hechuras del trono realzaban al Señor, imponente en la puerta de la casa hermandad. Lástima que el espacio no diera para más, porque la Virgen de la Trinidad estaba en un segundo plano. Lo que se han perdido mucho malagueños que no pudieron verla. Hay que decirlo: «¡Trinidad, a tus pies!» .

Por la tarde hubo una ofrenda floral de las bandas de la hermandad, con un pasacalles. El concierto previsto se suspendió para evitar las aglomeraciones y la cantidad de gente mostró que la decisión era correcta.

Y un detalle de cierre. La cofradía ha regalado un hilo de esperanza a los enfermos de Covid del Hospital Clínico. El capellán del hospital, Rafael Quevedo, se llevó varias decenas de estampas del Cautivo para las personas ingresadas en la UCI y en planta.

Pasión

No era poca la calidez de la Pasión. Cada rezo, cada Avemaría o Padrenuestro se hacía ante la mirada cambiante de muchos malagueños que pasaban por allí. A lo mejor no se lo esperaban o llevaban meses o años sin rezar. Y esa letanía del rezo del rosario hacía saltar un click en la cabeza que llevaba a unirse. ‘Orando con Pasión’, así es el nombre que le puso la archicofradía al programa previsto este Lunes Santo y que cumplieron con la sencillez y naturalidad de quien ama lo que hace y lo quiere compartir. La oración fue su eje y así lo compartieron, entregando libros de oración a los asistentes a la iglesia de Santiago, donde se encuentran acogidos mientras se restauran los Santos Mártires.

La disposición de los titulares en la iglesia era sencilla. Jesús de la Pasión a la derecha y María Santísima del Amor Doloroso a la izquierda. Sin muchos elementos. Sólo ellos, unas flores y la oración como nexo común. La sobriedad es santo y seña de esta archicofradía, lo que le permite buscar siempre lo esencial y destacarlo.

Y un detalle de cierre. Bonito gesto de la Banda de Cornetas y Tambores de la Esperanza, que lleva años saliendo con el Nazareno de la Pasión, que le regaló un centro de claveles rojos y lilium morados al Señor. Siempre juntos. Con música o con flores.

Vía Crucis de Gitanos en San Juan | Lunes Santo

Álex Zea

Gitanos

Es tiempo de cambiar y explorar nuevas vías. La cofradía de la Columna protagonizó un vía crucis claustral en la mañana de este Lunes Santo. Un hecho llamativo por dos razones. La primera es que es la primera vez que organizan un acto así. La segunda es que quizás sea la única imagen en esta Semana Santa -salvando a los Dolores de San Juan el Viernes de Dolores- que haya ido en procesión, aunque fuera sobre unas andas y en un vía crucis claustral.

El hecho es que, tras tanto tiempo sin procesiones, ver el balanceo de una imagen impresionaba. Y si encima era el Señor de la Columna, te quedas sin palabras.

A lo largo de todo el día la iglesia de San Juan era un ir y venir de personas para acudir a su capilla. Los integrantes de albacería han hecho un trabajo impresionante para sacarle partido, aunque reconozco que echo de menos verlos en su capilla de los Mártires.

La casa hermandad permanece también abierta para permitir las visitas a los curiosos, que pueden ver el trono de María Santísima de la O plateado en 2020 y sin estrenar todavía.

Y un detalle de cierre. Fueron varios los jóvenes que acudieron a la capilla con ramos de flores que le dejaron a la Virgen. Gestos que dan esperanza sobre el futuro de la Semana Santa de Málaga.

El Lunes Santo de 2021 de la cofradía de Estudiantes

Patricia Moreno

Estudiantes

Las puertas abiertas de la cofradía permitió que Málaga se convirtiera en una protagonista más de cada acto realizado por Estudiante. Y fueron muchos. La misa realizada en el salón de tronos obligaba a disponer de un espacio ventilado y amplio para poner las sillas con distancia. Hicieron de la necesidad, virtud. La misa quedó abierta a todo el que pasara. Cumplieron con el fin de las cofradías: hacer protestación pública de fe. Y no hay mayor que la misa fuera abierta a todo el que pasara.

No pararon en Estudiantes. Hicieron honor al arranque del ‘Gaudeamus igitur’: «Alegrémonos, pues, / mientras somos jóvenes, /que después de la alegre juventud / y de la achacosa vejez / nos poseerá la tierra». En la casa hermandad se respiraba una mezcla de alegría, bullicio y emoción difícil de describir. Y sin parar. Celebraron la misa, recibieron la vara de mando de la Universidad que pusieron a los pies del Señor, llegó la concejala Noelia Losada y el Unicaja. Hicieron un multitudinario encendido de velas y el obispo de Málaga, Jesús Catalá, hizo un simbólico acto con los jóvenes, como todos los Lunes Santo. Eso mientras las colas se extendían por la calle Alcazabilla. Bendita juventud, de cuerpo y alma, porque allí son siempre jóvenes.

Y un detalle de cierre. Paula, una niña de 7 años, tras pasar un rato en la casa hermandad, comentaba: «Qué simpáticos son todos». Los niños siempre dicen la verdad.

Crucifixión

La Virgen del Mayor Dolor en su Soledad era la joya que presidía la parroquia del Buen Pastor. Curro Claros concibió para ella una estética peculiar y adaptada al Stabat Mater representado con el Señor de la Crucifixión. La parroquia ganó muchos enteros con el trabajo de los hermanos de la cofradía, que cerraron la jornada con largas colas a sus puertas: «Estamos impresionados, porque no nos lo esperábamos», comentó Pepe Núñez, su hermano mayor. El concierto de las ocho, con la capilla musical del Carmen Doloroso fue excepcional: ‘Cristo de la Agonía’, ‘Cristo del Amor’, ‘La Madrugá’ y ‘Pasa la Soledad’. Saeta de Virginia Gámez y textos de Miguel Ángel Aguilar.

Y un detalle de cierre. El hijo de Pepe Núñez, un campeón que aguantó una larga jornada de Lunes Santo. Pocos son capaces.

Dolores del Puente, la grandeza de las pequeñas cosas

La cofradía de los Dolores del Puente ocuparon el altar mayor de Santo Domingo. Esta iglesia es de dimensiones amplias. Basta ver el crucificado que la preside habitualmente, de un tamaño muy por encima de la talla habitual de una persona. De hecho, sobresalía del dosel y las cortinas burdeos instaladas por los hermanos de los Dolores del Puente para enmarcar a sus titulares. La sencillez de su disposición era la forma que tuvieron para plantear un altar que atrayese las miradas. Es verdad que la potencia de sus imágenes hacen mucho. El Cristo del Perdón es uno de esos crucificados que no te dejan indiferente. De una rotundidad e impacto irrebatibles. Junto a él, la humildad de la Virgen de los Dolores, con un sencillo manto negro, se convertía en el contrapunto perfecto. Monte de lírios morados. Azucenas con cardos a los pies y círios tinieblas. Nunca renunciar a la personalidad. Y un detalle de cierre, el trabajo de seguridad en estos días está poco reconocido y es difícil. Mucho ánimo.