Lunes Santo

Los Gitanos, clasicismo malagueño en la vuelta a Carretería

La cofradía de calle Frailes realizaba su salida penitencial en la tarde del Lunes Santo malagueño

El Señor de la Columna avanza por la calle Peña

Javier Gallardo

Javier Gallardo

Javier Gallardo

Las calles Mariblanca y Peña son las vías que conducen desde Carretería hasta Frailes y la Cruz Verde. Cuesta arriba, de aceras no muy anchas, donde los edificios de siempre, algunos con mucho sabor, conviven con los apartamentos turísticos. Hoy estas calles congregaban a más gente de lo habitual, puesto que eran las que llevaban al cofrade hasta la Cofradía de la Columna, la de los gitanos. Los que allá por los años veinte del pasado siglo le dieron la estampa popular que a día de hoy conserva.

El pueblo gitano

Es cierto que más allá de estos años, la vinculación de la hermandad con los gitanos ha sido escasa, por no decir nula. Pero cada Lunes Santo acuden de nuevo para caminar tras la estela del Señor. Familias de la Cruz Verde, y de otras partes de Málaga, que acuden hasta los alrededores para ver el paso de la corporación. Como la que se asentaba —sillitas incluidas— en uno de los portales de la calle Peña, todos a la espera del Señor de la Columna y la Virgen de la O

Pero también está la otra cara de la moneda. Pasan los años y el número de gitanos que caminan tras el Cristo que tallase Juan Vargas, y al que Buiza le dio su estampa definitiva, va a menos respecto a décadas anteriores. Las diferentes confesiones cristianas y los cambios de la sociedad pueden ser los detonantes de esta situación. Aún así, resiste cada año un grupo que se afana por caminar en la promesa. Como el de este Lunes Santo. 

Con sus formas, con cantes y bailes, que es la manera que tienen de rezar en esta tarde. Lanzaban vítores al paso del Señor, como el más que popular “¡viva el moreno!”, que tantas veces se repetía hoy. Un acompañamiento no exento de polémica. No en pocas ocasiones se ha cuestionado en el orbe cofradiero que el pueblo gitano acompañe al Cristo en su promesa. Seguramente, sean esos mismos cofrades que piden acabar con el encorsetamiento al que se someten las cofradías, donde la naturalidad es ya un bien escaso, y recuperar el fervor popular. Ya saben, las cosas de esta ciudad.

Gitanos | Lunes Santo 2025

Se lanzaban vítores al paso del Señor, como el más que popular “¡viva el moreno!” / GREGORIO MARRERO

Clasicismo

Pero el fervor popular no está reñido con el estilo clásico malagueño que propone la cofradía en la calle. Desde las peculiares túnicas de nazarenos, donde los penitentes —los hábitos de los más veteranos con las características enaguas y encajes en las mangas— no lucían el capirote, sino capillo y corona de espinas realizada en metal, hasta las andas procesionales del Señor que rezuman Málaga por los cuatro costados.

Y por la curva de Frailes a Peña apareció el moreno, sobre claveles rojos y con andar templado. Arropado en todo momento, se ganaba la calle a los sones de la banda de cornetas y tambores de la cofradía. El calor de las primeras horas no hizo mella, al contrario, sino que regalaba una de las estampas de la tarde.

El Señor de la Columna se alejaba calle abajo, justo en la confluencia entre Peña y Mariblanca, ahí donde el sol comenzaba a bañar la imponente espalda de este Cristo regio, que transmite aires de majestad. La silueta, la cintura quebrada… un quejío en la tarde

Calle Carretería

Una de las novedades de este Lunes Santo para la Cofradía de los Gitanos era —como otras muchas corporaciones este año— la recuperación de su paso por la calle Carretería. Y a ojos del cronista, no ha podido ser más acertado. El público justo y necesario, ni pocas personas en las aceras ni grandes aglomeraciones que impidiesen disfrutar del cortejo. 

Haciéndose de rogar, intuyendo el palio pero sin verlo, llegaba la Virgen de la O a la curva con Carretería, donde luego sonaría “La Estrella Sublime”, marcha compuesta hace cien año por Manuel López Farfán e interpretada por la Banda de Música de Zamarrilla, para llegar hasta la plaza de San Pedro de Alcántara. Una de esas maniobras que, por la forma de ejecutarla y la marcha, despiertan el entusiasmo de los cofrades.

Paso alegre y firme el de los portadores de esta imagen de Francisco Buiza, que levantaba piropos en su andar. Más adelante sonaría otro de los clásicos de la música procesional de Málaga, “Malagueña Virgen de la Paloma” de Rafael Hernández. La dolorosa seguía a buen ritmo para alcanzar la Tribuna de los Pobres, bajo la atenta mirada desde el público del que quizá sea la persona que mejor conozca a esta imagen, el bordador malagueño Juan Rosén.

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