La capilla de Jesús del Rescate y la calle Agua, en la intersección que la une con calle Victoria, es a lo largo de todo el año uno de los puntos devocionales más importantes de la ciudad. Tanto, que a este enclave se le conoce popularmente como 'El Faro de la Victoria', y desde su casa hermandad de Agua se ha hecho a la calle, a las seis menos cuarto de la tarde, esta hermandad victoriana por los cuatro costados para la que este Martes Santo reviste un gusto especial. El sol ha caído con fuerza y una ligera brisa ha paliado los efectos del calor, pero aún así, a la hora de la salida, miles de personas se concitaron alrededor de la casa hermandad y a lo largo de Calle Victoria, donde el cortejo alcanza una amplísima aunque compacta ordenación, favorecida la vistosidad de hermandad por los llamativos colores de sus nazarenos y portadores.

Este año, además, es especial también porque el Señor del Rescate estrena la restauración de todo su grupo escultórico, obra del imaginería sevillano Manuel Martín Nieto, que logra así una mejor conservación de las imágenes que tallase el Gran Castillo Lastrucci en los años cincuenta. El resultado no ha podido ser mejor. En el trono, se narra el momento inmediatamente posterior al prendimiento de Jesús. Judas trata de alejarse avergonzado por su traición, cometida por treinta monedas, recogidas en la bolsa que lleva la imagen y que se recaudan, por cierto, en la última Junta de Gobierno anterior a la salida procesional. Luego, ese dinero irá a parar a obras sociales.

El colorido que alcanza el cortejo en la Victoria, poco después de la difícil salida de Agua es digno de mencionar: los nazarenos de Jesús del Rescate llevan túnica de color rojo con botones y ribetes negros, capirote de color negro con galoncillo rojo al filo, cíngulo y capa de color amarillo oro, además de escapulario. Los penitentes de la Virgen de Gracia llevan túnica de color morado, con ribetes amarillos y botonadura negra, capirote de color negro con galoncillo amarillo al filo, cíngulo amarillo oro y capa color ceniza. La procesión, muy compacta en un principio, va avanzando en perfecto orden, atrayendo las miradas de las miles de personas ávidas de acompañar a Jesús del Rescate y la Virgen de Gracia en su avance por la Victoria, la Plaza de la Merced y Álamos. La vuelta es también íntima, por Casapalma, momento cumbre para apreciar la monumentalidad de estos tronos clásicos de la ciudad. El trono de la Virgen de Gracia, por cierto, es el único que existe en Málaga de estilo neogótico.

El murmullo a la hora de la salida iba in crescendo y el gentío se ha agolpado en ambas aceras de la Victoria para acompañar a sus titulares como desde hace décadas, siempre un Martes Santo distinto aunque respetando las esencias. En calle Agua, los balcones estaban engalanados con reposteros y cientos de personas se agrupaban sobre las aceras, deseosos de ver el inicio d me la procesión.

A las seis menos cuarto en punto, se han abierto las puertas de la casa hermandad con Himno Nacional, interpretado por la Banda de Cornetas y Tambores De la Vera+Cruz de Almogía, que ya para culminar calle Agua ha interpretado la marcha Virgen de los Dolores. Poco a poco, se ha ido formando la sección de Jesús del Rescate.

La maniobra de salida de esta hermandad es una de las más complicadas de toda la Semana Santa malagueña por la estrechez de calle Agua. Para salir, la Agrupación Musical San Lorenzo Mártir ha interpretado Reina de Reyes, mientras el trono de Jesús del Rescate describía una compleja maniobra para dar la curva, con una mecida cadenciosa, acompañada además por aplausos y campanillas. Luego, su avanzar majestuoso para llegar a la capilla de Agua y la marcha Al compás de la calle Agua han arrancado aplausos y alguna que otra oración, sobre todo porque el trono iba siendo mecido con su elegancia habitual en su calle.

Seguidamente, ha comenzado a formarse la sección de nazarenos de la Virgen de Gracia, que lucía imponente en su trono de procesión con toda la candelería encendida. La dolorosa ha iniciado la compleja maniobra de salida en curva con la marcha Soledad Franciscana, interpretada por la Banda de Música de la Vera+Cruz de Almogía; luego, para avanzar hasta la capilla de calle Agua, ha sonado Virgen de Gracia. La calle Victoria ha recibido a una de sus reinas con aplausos y mucha devoción.

Otro momento intenso se vive poco después de la salida es el encuentro con los titulares de la Cofradía de Jesús El Rico a mediación de la Victoria.