Suspensiones
La lluvia rompe el Martes Santo
Un fuerte chaparrón sobre las siete de la tarde y la posibilidad de que se repitiera un poco más adelante ha provocado un aluvión de suspensiones que han dejado al Martes Santo sólo con una procesión recortada del Rocío y de Nueva Esperanza

Chaima Laghrissi / Ana I. Montañez
Todo se retrasó una hora para intentar reducir el riesgo de lluvia con los tronos en la calle. Fue una decisión acertada. Sobre las 19.00 horas empezó a caer un fuerte chaparrón que cogió al trono de la Virgen del Rocío saliendo de la Tribuna de los Pobres; a las Penas iniciando su recorrido procesional; el Rescate, a punto; Nueva Esperanza ya estaba en Mármoles y la Estrella poniendo los primeros nazarenos en la calle. Ese retraso permitió que la lluvia no cogiera a todas en la calle y sólo afectó al Rocío y Nueva Esperanza, y en menor medida a las Penas. A partir de ese momento, el Martes Santo ya se había terminado, aunque las suspensiones se fueron anunciando más tarde.
El Rocío, que estaba ya dentro del recorrido oficial, actuó rápidamente y cubrió los enseres y al Nazareno con plásticos, así como el manto de la Virgen. El corralito fue retirado y refugiado en los soportales y el resto de la procesión aguantó como pudo el chaparrón, quedando nazarenos y portadores totalmente mojados. El cambio de viento, que pasó a ser más frío, aconsejó volver a la casa hermandad. Con la cabeza de procesión en mitad de la calle Larios, la opción fue acortar por Strachan, para subir por Cister, Alcazabilla y calle Victoria. Durante su recorrido de vuelta, que hicieron a buen ritmo, le volvió a llover, aunque era más fina la lluvia.
Suspensiones
Las Penas fue la primera en anunciar que suspendía su salida procesional. Tenía parte de la procesión en la calle, y se tuvo que volver de forma precipitada, con la imagen del Cristo de la Agonía completamente mojado. Le siguió el Rescate, que también estaba iniciando su salida procesional, con los primeros nazarenos en la calle. Apenas unos 15 minutos después del chaparrón, ya dijo que suspendía la salida. Mientras, Nueva Esperanza, igual que el Rocío, tuvo que aguantar la lluvia en la calle. Buscó refugio en Zamarrilla, ya que estaba en Mármoles.
Un poco más tarde llegarían las últimas suspensiones: Sentencia y Estrella, que aguantaron un poco más antes de tomar la decisión. Fue acertada. A las 20.10 horas volvió a empezar a llover bastante fuerte. Nueva Esperanza se refugió en un pasaje cercano mientras decidía volver por el camino más corto: Mármoles, Martínez Maldonado, Carril de Gamarra, Rosa, Magistrado Salvador Barberá, Camino de los Castillejos, Casa Hermandad, iniciando la vuelta una vez que pasó este último frente de lluvia. Ese segundo chaparrón volvió a coger al Rocío en la calle y sin posibilidad de refugio, subiendo por la calle Victoria. La Virgen del Rocío estaba en la calle Strachan cuando arreció la lluvia, con esas gotas gordas y fría que calan hasta el fondo.
Rocío, una salida frustrada
Hasta las siete de la tarde, el Martes Santo se había desarrollado casi con normalidad. Todo había empezado una hora más tarde por el acuerdo de los hermanos mayores de atrasar la salida y así prevenir la lluvia. Parecía que había riesgo hasta las 18.00 horas. El cortejo del Rocío salió a un abarrotado barrio de la Victoria. Las calles Altozano y Cruz Verde se vistieron con las mejores galas, sus vecinos. Llenaban las aceras para ver pasar al Nazareno de los Pasos en el Monte Calvario y a la Virgen del Rocío. Con ellos, 1.050 nazarenos. Una cifra importante, con un tramo más de nazarenos del Señor y dos tramos más en la Virgen. No para de crecer esta cofradía en sus filas nazarenas, una más que buena noticia para la Málaga cofrade.

Imágenes de la salida procesional del Rocío este Martes Santo de 2025 marcado por la lluvia / Álex Zea
La alegría de la subida al Altozano era contagiosa. Los vecinos saludaban a nazarenos y portadores, los niños recibían piruletas con los rostros del Nazareno y de la Virgen del Rocío -repartieron 6.000- y el horario en el reverso. Todavía lucía el sol, haciendo brillar el blanco de las túnicas del Rocío, en una tarde que no hacía presagiar lo que iba a ocurrir tres horas después.
Llegó la cabeza de procesión a la Tribuna de los Pobres poco antes de las seis de la tarde. Unos minutos más tarde empezaron a caer unos goterones. Fue el primer aviso. No llegó a ser grave, solo unas gotas y salió el sol- El trono del Nazareno llegó poco después y se encontró con el pueblo de Málaga, llevando las cabezas de varal al público que esperaba allí. Aplausos, dos pulsos, marchas, saliendo con "En la cena del Señor" y continuaron hacia el recorrido oficial. Llegaba el cortejo de la Virgen del Rocío detrás.

Miguel Ferrary
La llegada del trono del Rocío fue un éxtasis. La gente gritaba "Rocío, Rocío" o "guapa" o "Viva la Novia de Málaga" y "Viva la Novia de Andalucía". De nuevo el trono se volvió al pueblo. Las cabezas de varal tocaban los rostros de los que se situaban más cerca. Tres toques de campana y a pulso. Dos veces. Luego, girar en dirección al Pasillo de Santa Isabel y un nuevo pulso. Todavía no se había bajado y los aplausos estaban en su cenit cuando empezaron a caer las primeras gotas. A partir de ahí descargó un chaparrón intenso, con gruesas gotas y bajando la temperatura más de 3 grados en apenas unos minutos. Portadores y nazarenos se calaron. Apareció Antonio Pino, antiguo hermano mayor que iba fuera de la procesión, y se puso a ayudar a poner plásticos en el trono de la Virgen y organizar lo que podía. Mientras, el trono del Nazareno estaba en la Tribuna Principal con el plástico.
Cuando terminó la lluvia quedó decidir. Las noticias de las suspensiones se iban sucediendo y llegaban más lluvias. Con los integrantes de la procesión mojados y el frío que hacía se decidió lo único posible: acortar el recorrido y volver a la casa hermandad. La cabeza de procesión giró a Strachan, para continuar por Molina Lario, Cister, Alcazabilla y Victoria. Aún así, un segundo chaparrón les pilló de nuevo en la calle. Los cortejos nazarenos se resintieron. Los enseres se habían retirado y los penitentes de vela se redujeron, aunque un grupo de valientes continuaron acompañando a sus titulares. Bandas y portadores apretaron dientes y siguieron adelante. No quedaba otra. El público no ayudó. Las bullas delante de los tronos entorpecía el ritmo. Seis horas después de salir, y dos chaparrones de por medio, consiguieron llegar.
Cofradía de las Penas

José Luis Pérez Cerón
A las puertas del Oratorio de Santa María Reina se hizo de noche. Las nubes cubrían el cielo con inquina a pesar de que la hermandad de las Penas decidía salir a la calle. La banda de música de La Paz interpretaba 'Cristo de la Agonía' mientras la sección del crucificado de Buiza salía a ocupar Pozos Dulces.
Con los servidores ya dispuestos ante el trono de la Agonía, la banda de cornetas y tambores de la Esperanza interpretaba 'Anima Christi', el hit de 2025. El primer chaparrón vino a dar al traste con la salida, no llegando siquiera a maniobrar el trono, que balbuceó antes de dar marcha atrás.

Penas | Martes Santo 2025 / Eduardo Nieto
La orden de "¡nos volvemos!" de un mayordomo y las caras circunspectas de los hermanos ante la decisión de salir se reflejaban tras la lluvia y el granizo. Mención aparte merece un público que dificultó la entrada al oratorio de los nazarenos, añadido al poco espacio del lugar sagrado. Incomprensible actitud frente a un sonido indudable: los goznes de las puertas que se cerraban para anunciar la suspensión de la salida.
Nueva Esperanza
La hermandad de Nueva Esperanza se puso en la calle unos minutos antes de lo previsto para salir a un barrio que le arropaba desde el primer momento. Reposteros, mantones y banderas de Andalucía, a juego con los bloques, daban la nota alegre a la jornada.
Hasta su encuentro con las hermanas Jesuitinas del colegio Gamarra, la procesión fluyó y lució espléndida. La cofradía sabe ponerse en la calle y es digno de alabar que su cortejo sepa estar a la altura.

Chaima Laghrissi
Con la sección del Señor en calle José María Freuiller, las primeras gotas de una pequeña lluvia asomaron. Parecía ser lo esperado, apenas unos goterones. La cofradía transitaba con normalidad hasta que empezaba a vislumbrarse la ermita de Zamarrilla.
El primer chaparrón sorprendió al cortejo, que se detuvo a esperar si era poca agua. La decisión, en caliente, es difícil de tomar y los dos tronos fueron protegidos y refugiados: el Nazareno del Perdón, en el pasaje Zamarrilla; la Virgen de Nueva Esperanza, en la casa hermandad de la cofradía del Jueves Santo.

La lluvia obligó a cubrir al Nazareno del Perdón antes de dar la vuelta a Nueva Málaga / Gregorio Marrero
En torno a las diez de la noche, la hermandad reanudaba la procesión. Como si no hubiese pasado nada, excepto porque el recorrido fuese el camino más recto a Nueva Málaga. ¿Una procesión debe proseguir pese a haber quedado detenida por un fenómeno meteorológico tal? Traslado la pregunta a los lectores.
La agrupación musical Cautivo de Estepona interpretó dos marchas al Nazareno del Perdón, acompasando ambas. Se le pudo ver desprovisto de potencias y corona de espinas tras ser cubierto por un plástico para protegerle de la lluvia. Avanzó el Señor a tambor varios tramos para ir dejando espacio a la Virgen de Nueva Esperanza, que salió de la casa hermandad de Zamarrilla con toda la candelería encendida. La procesión siguió con el cortejo ordenado y digno, pese a lo extraordinario de este Martes Santo.
La Estrella y el mérito de aceptar lo inevitable
Las secciones estaban perfectamente dispuestas en el interior de Santo Domingo. Las imágenes aguardaban en sus tronos, que son altares itinerantes, situados en la nave de la epístola el Señor, y en la capilla de la Virgen del Rosario, la Virgen. Habían caído unas leves gotas, pero nada hacía presagiar, según la información meteorológica disponible hasta ese momento, que el Martes Santo iba a hacer aguas por completo. Al contrario. "Será una nube pasajera", se confiaba. Contando ya incluso con el acuerdo de toda la jornada por retrasar una hora la salida en bloque. Por eso, a las 18.45 horas, de forma puntual, se ponía en marcha la comitiva.
Se rezaba un Padrenuestro para iniciar la estación de penitencia cuando la cruz guía se preparaba ante el gran portón y representaciones de Dolores del Puente y de Mena se disponían para el protocolo saludo. También de la letífica del Rosario. "Cofrades, a la calle con ellos", decía Antonio Fernández, desde hace unos meses nuevo párroco insolum de Santo Domingo. Antes de que incluso se abrieran las puertas, la Madre y Maestra Banda de Cornetas y Tambores del Real Cuerpo de Bomberos de Málaga, con esa afinación tan propia, con ese redoble inconfundible, tan de siempre, tan de aquí, comenzaba a interpretar ‘Cristo del Amor’, aun bajo las bóvedas del templo. Cuando la cabeza de la procesión salía, se escucharon aplausos. Aún no llovía.

Humillación y Estrella /
Los nazarenos daban sus primeros pasos hasta que llegó otra nube que descargó con total intensidad, calando hábitos y uniformes de los músicos de las bandas del Carmen y de la Trinidad, que se estrenaba este Martes Santo tras el manto azul y estrellado, que esperaban fuera, y que se vieron en la necesidad de encontrar refugio dentro, antes de que Mena les acogiera en su salón de trono.
Tras breves momentos de imprecisión, el hermano mayor, Rafael Retana, desde el ambón, pedía calma. Los móviles echaban humo en el altar mayor de Santo Domingo, donde se reunía en primera instancia la permanente. Unos llamaban a Meteorología. Otros hacían consultas con la Comisión de Horarios e Itinerarios. Todo hacía indicar que, pasada una hora, acabaría la inestabilidad y, con ello, el riesgo de lluvias. Pero eso nunca se sabe. Y menos en primavera.
Se anunciaban las suspensiones de forma escalonada. Rescate no saldría, las Penas, que también se había vuelto, también cancelaba su estación de penitencia. La Sentencia hacía lo propio... En una sala de las dependencias parroquiales se reunía la junta de gobierno de la Estrella. No más de media hora después, y barajadas las distintas opciones, el hermano mayor volvía a dirigirse a los cofrades desde el ambón: "La previsión es que puede seguir lloviendo a un 50% y no podemos estar eternamente esperando a ver si mejora, porque ya sabéis que hemos retrasado ya una hora nuestra salida y prácticamente volveríamos a las cinco de la mañana o más tarde. Así que la decisión es que no vamos a salir".

Ignacio A. Castillo
La mayoría asumía con resignación este anuncio, aunque las lágrimas fueron inevitables en otros muchos casos. La Estrella iba a mantener a sus sagrados titulares expuestos en veneración sobre sus tronos hasta la medianoche, para que recibieran la visita de quienes les esperaban con ilusión.
El Señor de la Humillación lucía un arreglo solemne, que no es sinónimo de triste. Al igual que triunfal no es sinónimo de vulgar. Y una cofradía de barrio no es lo mismo que una cofradía en un barrio. Todo tiene un sentido y un por qué. Hace 25 años la Iglesia Universal celebraba el Jubileo de la Trinidad. En este tiempo, la metamorfosis ha sido absoluta. En el imaginario colectivo de quienes tuvieron la suerte de vivirlo y disfrutarlo, el Vía Crucis Jubilar del 25 de marzo de 2000, en el que participó Humillación, entonces, rodeado de tulipas que iluminaban su portentosa figura y sobre monte de lirios morados, como iba a salir este Martes Santo. Nada nuevo, puesto que eso sí que "siempre se hizo así", aunque puede que no se sepa. O no se recuerde. Pero de siempre. Desde los años 20. Repetido en los cuarenta, cincuenta, sesenta, setenta y noventa... En este caso, la evolución consiste en llegar a la raíz, en volver a ser lo que se fue.
La Virgen de la Estrella es la caricia azul del Martes Santo de Málaga, pero su trono se ha tenido que conformar con permanecer a las sombras de su iglesia. Sin que los toques de campana anunciaran su llegada, porque no se iba a producir.
Rescate
Casi, pero no. La lluvia dejó al Rescate en su casa hermandad, justo cuando la sección de nazarenos del Señor salían del Colegio Maristas de Málaga a la calle Agua para formar el cortejo. Empezaron a caer los primeros goterones y rápidamente se dio marcha atrás a los nazarenos. Los portadores miraban cómo fuera caía un fuerte chaparrón y contenían la respiración. La hermandad intentaba resguardar a sus nazarenos en las instalaciones del colegio, para evitar que se mojase el patrimonio y sus hermanos. Con cada segundo de lluvia, se alejaba más la posibilidad de volver a la calle. Tanto, que antes de que se hiciera oficial, ya se intuía la decisión. La que no gusta tomar, pero el viento frío, la lluvia y la previsión de que iba a llover de nuevo en una hora, no daban mucha opción. La salida procesional se suspendió. Hubo alguna lágrima, toques de las campanas de los mayordomos del cortejo y la constatación, sobre las ocho de la tarde, de que fue la mejor decisión posible.

Rescate suspendió este Martes Santo su salida procesional, ya que el chaparrón le cogió con los primeros nazarenos en la calle / Álex Zea
Tras organizar la casa hermandad y las marchas de la Agrupación Musical San Lorenzo Mártir y las bandas de la Vera+Cruz de Almogía, las puertas se abrieron para recibir al numeroso público que había las calles. Se mantuvieron hasta las 00.00 horas.
Sentencia
Cuando la tarde se tiñe de cobre, en la plaza de la Merced, los pasos se aceleran y las voces se recogen. En la calle Frailes se intuye ya la inminencia de algo sagrado. Al otro lado del bullicio, dentro de la casa hermandad, el silencio empieza a latir como un tambor suave. La puerta espera. La hora se acerca. Pero este Martes Santo no iba a poder ser. Ese cobre era de un gris intenso en un cielo plomizo que ya no solo amenazaba, sino que ponía en evidencia que la noche no se presentaba para experimentos, aunque pudieran las ganas. La cofradía lo venía asumiendo desde prácticamente veinticuatro horas antes. De hecho, los pronósticos del Martes Santo hacía días que no apuntaban maneras. Y la Sentencia tenía algo muy grande que estrenar. ¿Para qué exponerse?
José María Ruiz Montes, Manuel Toledano, Álvaro Abrines, Alberto Berdugo, Francisco López o Montenegro. Solo son nombres que sirven para confirmar que el nuevo trono de la Sentencia es una obra magna. Que se está haciendo de rogar, sin duda. Un trono que, sin arreglo floral alguno, estaba deseando ponerse en la calle para comprobar, in situ, su verdadera función de altar itinerante. Apreciar el trabajo de los brillos y sombras, entrantes y salientes, ese pedagógico discurso iconográfico que le rodea, las miniaturas marmoleadas, los atlantes, las virtudes en las esquinas… Habrá que esperar, sin embargo, al próximo Martes Santo.
No lo dudó la Sentencia y anunció la suspensión de su salida. Las imágenes iban a permanecer expuestas en sus tronos hasta la 1.45 horas para recibir la visita de centenares de malagueños, haciendo un recorrido perimetral a todo lo que daba de sí la estrechez del salón. El hermano mayor, Chema Romero, atendía junto al arco de campana. Se produjo el cálido abrazo de cada Martes Santo, aunque sin terciopelo. Romero confirmaba que los pronósticos que se barajaron en la reunión de los hermanos mayores celebrada en la noche del Lunes Santo en la casa hermandad de las Penas ya apuntaban a la inestabilidad finalmente confirmada, quizás no con tanta virulencia. Pero el riesgo existía y conforme avanzaba la tarde, las previsiones fueron empeorando. Con el trono nuevo, recién dorado, la cofradía no podía aventurarse a exponer su patrimonio a esta especie de "ruleta rusa meteorológica", dijo de forma gráfica.

Otra de las cofradías de este Martes Santo que no salió por la amenaza de lluvia fue la Sentencia / Gregorio Marrero
Porque, ¿qué hubiera pasado si la Sentencia hubiera asumido el riesgo? Precisamente en una cofradía que cada año se hace tantas preguntas. ¿Que hubiera pasado si el procurador se hubiera mantenido firme y ajeno a las presiones a las que terminó por sucumbir? ¿Si hubiera antepuesto su criterio, opinión y creencias ante las coacciones y el apremio? ¿Si hubiera atendido al anticipo de su esposa y no hubiera cedido y se hubiera dejado llevar por lo que los otros dicen, opinan o hacen…? Sin ir más lejos, no habría Semana Santa.
Ocurre muchas veces en este mundo cofrade en que por temor callamos, evitamos contradecir el parecer mayoritario, que no por ello tiene que ser necesariamente el correcto, y por mantener o aspirar a un puesto o cargo, damos la razón a quien no la tiene y elevamos públicamente a los altares a quien no se lo merece. Así son también las cofradías, con todas sus virtudes y sus miserias. Como en todo. Como en cualquier colectivo conformado por imperfectos seres humanos.
La Sentencia, en este caso, no se ha dejado influir por esa presión social y ha dado importancia a lo importante. Pero la desazón se hizo patente también en muchos hermanos que vieron frustrada la ilusión de todo un año. Miles de personas se acercaron a la casa hermandad.
Tras el trono del Señor, más allá de la escena, una Madre aguarda. María Santísima del Rosario en sus Misterios Dolorosos lleva en los ojos la pena recogida y en los labios la oración callada. Es la Virgen que contempla. Tampoco ha podido invitar a los malagueños a compartir con Ella el rezo de las letanías. Pero siempre quedará en su capilla de Santiago para colaborar en la mediación a través de las cuentas de su nombre.
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