Semana Santa Málaga

Mediadora luce en su sencillez

Jesús Nazareno Redentor del Mundo y Nuestra Señora Mediadora de la Salvación avanzan hacia el recorrido oficial por unas calles que se llenan más y más de feligreses

Ana Barranco

No es hasta que las trompetas llenan de armonías la calle Ancha del Carmen cuando en las aceras se empiezan a apiñar los curiosos. Muchos de ellos ven la escena a través de sus cámaras. 

Hay un claro desequilibrio en el número de feligreses a un lado y otro de la calzada, que no tiene otro motivo más allá de que en el izquierdo el sol pica. En el centro, en su acto de penitencia, caminan túnicas negras escondidas en parte por capas blancas en un día donde las nubes han huido movidas por el viento. 

Mientras tanto, otros empiezan ya a destapar sus piernas por el calor y a desabrochar los botones de las camisas más próximos al cuello. 

De las calles cercanas siguen llegando nuevos ojos que se dirigen hacia una procesión que atrae a pesar de su sencillez. Jesús Nazareno Redentor del Mundo no se hace esperar, la Banda de Cornetas y Tambores de Gitanos toca con intensidad, lo que marca un paso acelerado hacia el antiguo edificio de Correos.  

La mirada del Señor parece dirigirse hacia el suelo, prestando suma atención al avance de sus pies desnudos por las flores moradas de tonos sutilmente diferentes que se le adelantan. O quizás está abstraído en sus pensamientos, en sus preocupaciones por esta sociedad en la que la convivencia brilla cada vez más por su ausencia. 

Cajillo sin adornos, sinónimo de una hermandad que está en crecimiento, pues fue hace escasos ocho años cuando se unió la imagen del Cristo, del imaginero José Antonio Navarro, a la hermandad. Pero este año ya estrenan, ni más ni menos que cuatro faroles plateados. 

A pesar de su juventud, lleva la cruz con decisión hacia el Monte Calvario, que de verdad podría ser sacada de la época que evoca. 

De repente, una marea turquesa se va abriendo paso. Turquesa como el manto de la Virgen que copa todas las miradas a pesar de no llevar bordados de hilo de oro. En las ánforas, claveles rosas y un conjunto de velas situadas frente a la dolorosa, Nuestra Señora Mediadora de la Salvación. 

En su paso hacia la Alameda en ningún momento se queda sola, queda abrigada por el amor de muchos y muchas. Se nota que a veces menos es más.