Miércoles Santo

La Paloma y el sonido de las bambalinas

La maniobra de salida de la Virgen de la Paloma, para entrar en la calle Carretería, siempre sorprende, por muchas veces que uno la vea repetir

Salida procesional de la Paloma

Miguel Ferrary

Miguel Ferrary

Miguel Ferrary

Los varales exteriores se salen de sus puestos. Bajo la mesa, se mueven unas manivelas y los arbotantes del trono de la Virgen se mueven hacia dentro. Hay aplausos en la plaza de San Francisco. Todos saben lo que va a ocurrir. Los toques de campana levantan al trono, que se mece suavemente. La orden es clara, no mover el trono. Nada de mecidas. Detrás, suena un tambor a palillera para marcar el paso de los portadores. Empieza a avanzar poco a poco. Y son el sonido del tambor se acompasa otro: el de las bambalinas del palio golpeando las barras de palio. Un sonido que suele pasar de forma desapercibido, pero que en el silencio que se vivía -con la respiración contenida- en la plaza de San Francisco, resonaba con fuerza. El pesado bordado en oro sobre terciopelo golpeaba las barras de plata. Izquierda, derecha, izquierda, derecha... El palio se inclinaba levemente a cada lado de forma alternativa, mientras el trono pasaba rozando los balcones del pasaje que da acceso a la calle Carretería. No por vista esta maniobra deja de sorprender todos los años. ¿Quién fue el que midió hasta el último centímetro para asegurar que el palio no chocara? Es una pieza perfecta en su encaje. La altura justa para el último balcón, la anchura perfecta para que se balancee sin rozar. No sobra ni falta y llega un momento en que ya se duda de si el palio se hizo a medida del pasaje o el pasaje a medida del palio.

La Virgen de la Paloma entró en la calle Carretería con 'Estrella Sublime', interpretada por la Agrupación de la Santa Vera+Cruz de Alhaurín El Grande (La Pepa). Es una marcha que llena los oídos y levanta los cuerpos. La que se necesita para que el trono empiece a reinar, ahora sín limitarse, en todo su esplendor en la calle Carretería. Una calle que también parece hecha a medida del trono de la Paloma, pero esta vez con el público arropándole a los lados y sin escuchar ya el golpeo de las bambalinas. Las marchas, los vivas y el bullicio de los malagueños nerviosos ante la llegada de la Virgen de la Paloma enmascaran ese ruido. Hasta que vuelva a pasar por el pasaje ya de recogida.

De la Puente y más

Es curioso el contraste en la misma cofradía. La exuberancia del trono de la Paloma, que llena e hipnotiza con su barroco, frente a la austeridad y contenido gesto de Jesús de la Puente. Es una imagen que invita a meditar con una mirada serena. Pese a que el barroquismo le rodee en sus acompañantes, como el romano y el berruguita. Eso, además, acrecienta la sensación de desvalimiento de Jesús mientras cruza el puente. Es la soledad en medio de un Miércoles Santo que desborda gente por todas las calles.

La Banda de Cornetas y Tambores de Bomberos abrió el cortejo, que llegó a una abarrotada calle Carretería e interpretó 'Cristo del Amor', marcha impèrdible siempre que se toque. El cortejo de nazarenos se veía en la lejanía como un mar de picos blancos entre el público, marcando así el camino a seguir para el trono. Avanzó por la plaza de San Francisco con 'Virgen de la Paloma' tocada por la Banda de Cornetas y Tambores del Carmen, que le ayudó a maniobrar para situarse frente al pasaje y salir a Carretería.

Poco a poco, muy poco a poco, fueron avanzandos los nazarenos de la Virgen tras el trono. En el oratorio, alrededor del trono de la Virgen de la Paloma, los encargados del protocolo de la hermandad intentaban poner algo de orden entre los numerosos invitados. Una oración centró a los hombres de tronos y les anunció la inminencia de la salida. Una canción de una cantaora les infundió ánimos y los toques de campana les llevó bajo el varal. Crujía el trono, como un leviatán que se desespereza tras dos años sin salir a la calle, por la suspensión por lluvia de 2024. El trono de movió lateralmente para situarse frente a la puerta. A los siguientes toques de campana empezó a andar lentamente, hasta que salió al cielo de Málaga y sonó el Himno Nacional. Las primeras palomas volaron. Blancas. Una se posó en el manto. La Virgen estaba en la calle. Sonó la marcha 'Macarena' y el trono se situó frente al pasaje de salida a Carretería. Las bambalinas iban a sonar.

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