La Sangre y la rebelión ante el "siempre se ha hecho así"

No hay obstáculo más lapidario para la evolución y el crecimiento de cualquier organización que plantea una regeneración en sus fondos y formas que la recurrente máxima "eso siempre se ha hecho así". Es un latiguillo, una frase comodín que supone una resistencia al cambio y la adhesión a las prácticas supuestamente tradicionales, que ahogan cualquier intento de innovación o la adaptabilidad a los nuevos tiempos. Actúa de caja de resonancia de la intransigencia. Es un monumento al estancamiento. Una oda a las prácticas obsoletas. Aunque hay que agradecerle, sin duda, que su usanza manida fuera germen del desarrollo de nuevas realidades cofrades desde hace algo más de 40 años que han ejercido de efecto boomerang en la Semana Santa de Málaga.

¿Qué es siempre? ¿Desde cuándo exactamente? ¿Desde que tenemos uso de razón? ¿Nos referimos a lo que hemos vivido nosotros sin tener en cuenta que pertenecemos a una hermandad que hunde sus raíces décadas atrás, cuando no incluso siglos? ¿Puede que identifiquemos ese 'siempre' con los años de juventud que se fueron y que añoramos? El tiempo es relativo, como defendía Einstein. Pero no así la hemeroteca ni los archivos, que se mantienen como prueba indeleble de lo que realmente se fue como espejo a lo que se debería aspirar, sin que esto suponga que cualquier tiempo pasado tenga que ser mejor necesariamente.

Sangre | Miércoles Santo 2025

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La archicofradía de la Sangre lleva años oponiéndose a este yugo que no ha hecho más que asignarle etiquetas por quienes creen que la Semana Santa se inventó hace un par de telediarios. Y este Miércoles Santo ha terminado por darle la vuelta al calcetín. Volvía a ponerse en la calle después de un año sin hacerlo por culpa de la lluvia desde el interior de San Felipe Neri, los nazarenos, y de su casa hermandad en la calle Dos Aceras, los tronos, dando nuevos pasos decisivos en ese acercamiento constante y continuado a sus verdaderas esencias. Aquellas más románticas de hace un siglo. De esas imágenes en sepia que ponían en evidencia que era la grande entre las grandes. 

La Sangre ha subido la cruz del Cristo y ha sido como elevarlo al cubo, con el aparato accesorio, una imagen de tan alto linaje imaginero y de unción soberana. A los pies, los antiguos clavos del primitivo, destruido en la Merced en 1931 y que fueron rescatados. Y la rodilla. Y la medalla de oro de Pepe Santiago. El Calvario completado por la Virgen del Socorro, que estrenaba manto, consolada por San Juan, a su vera, y una escena redistribuida a la que aún se le podría dar una vuelta. 

La Virgen, por su parte, llevaba la medalla de Ricardo Berrocal, también de oro. De hecho, son los dos únicos archicofrades distinguidos con este máximo reconocimiento, que también tenía Vicente Orden, colaborador de la archicofradía, que durante más de 20 años estuvo viniendo a Málaga sin faltar como presidente de la Diputación de Burgos.

Dos Aceras

La cofradía en la calle, a la plena luz del día en Dos Aceras, era un dulce. Cuánto ganan los cortejos vespertinos. Cuando terminó de pasar la sección del Cristo, los toques de campana fue una llamada de atención. La Agrupación Musical de la Vera+Cruz de Campillos comenzó a tocar una deliciosa trilogía de marchas para completar la que con seguridad sea la maniobra más compleja de la Semana Santa: ‘Pacem in terris’, ‘El Señor’ y ‘Duodécima estación’, y el trono completaba el giro y se cuadraba en Dos Aceras, justo delante del trono de la Virgen de Consolación y Lágrimas, que aún permanecía a la sombra de su sede.

Pero pronto iba también a completar esa hipotenusa mística que permite la estrechez de la plaza del Gaona para salir a la calle. Radiante. Mejor vestida imposible, con los detalles más cofrades, sacándole todo el partido a su trono, al que se le han calzado las barras en busca de una mayor proporción, se le han incorporado lábaros a sus ángeles seriados y con un arreglo floral medido que en nada se parece a aquello que hasta hace bien poco parecía inmutable.

A los sones de la Banda de Música La Paz, con ‘Malacitana’ de Antonio Rozas, marcha propia felicísimamente recuperada, enlazada con el ‘Himno de Coronación de la Esperanza’, de Artola, por lo que está por venir dentro de un mes en la ciudad eterna, la Virgen ya repartía su Consuelo por las calles de Málaga en un tramo horario inmejorable.