Procesión

Mutilado: una experiencia de fe desnuda, pura y sin artificios

La cofradía rehúye cualquier connotación extra devocional y se vuelve a poner en la calle, por quinta vez en su nueva etapa, para asentarse en el Sábado de Pasión y destacarse como referencia nazarena de rigor y buen hacer en las vísperas

Salida del Cristo de la Clemencia (Mutilado)

Ignacio A. Castillo

Ignacio A. Castillo

Ignacio A. Castillo

La tarde del Sábado de Pasión en Málaga tiene desde hace cinco años un nombre propio. O dos: Clemencia y Mutilado, que en realidad, advocan a la misma imagen, la restaurada y rehabilitada para el culto externo y la que, con su estampa indeleble, fue y dio origen a la cofradía que le rinde culto en su contexto definido. Adaptada a los nuevos tiempos, despojada de cualquier connotación extra devocional, un año más, la cofradía sublimiza y solemniza su puesta en escena y ofrece una experiencia de fe desnuda, pura y sin artificios. 

A su paso, el eco de las cornetas. Pero también del recogimiento. Bajo un cielo de primavera que oscilaba entre la amenaza de las nubes y el respiro de los claros, la cofradía ofreció un anticipo profundo de lo que se viene a partir del Domingo de Ramos. En ocasiones hasta mejorado. Porque los hermanos del Mutilado no han necesitado ningún Año Jubilar, como en este 2025 se celebra, para renovarse. Ya lo venían haciendo desde hace tiempo, sin prisa, sin pausa, conscientes de que cualquier proceso de estas carácterísticas requiere su tiempo para concluir en la espléndida realidad que hoy por hoy existe. Y ajenos a cualquier controversia que pretenda tiznar de amarillo todos los logros cosechados. Con paciencia y disciplina. Con caridad y perdón.

Pasadas las páginas necesarias, es el Cristo el foco y el imán que sobrecoge. Crucificado en sus listones, muy alto. Salía, sin embargo, hundido en su monte de claveles cardenal y cardos morados para sortear la puerta de la iglesia del Sagrado Corazón, donde recibe culto diario mientras duran las, parece que interminables, obras en su sede del Sagrario, donde volverá si las excavaciones que allí se practican lo dejan piedra sobre piedra. Mientras, en el templo de los jesuitas, la cofradía se siente bien identificada y cuenta con grandes facilidades para ejercer su función cultual, tanto interna como en la calle.

Comitiva nazarena

El trono, iba precedido por más de un centenar de nazarenos que venían iluminando el drama del Gólgota. Un amplio y sabio cortejo de elegantes penitentes enlutados, con capas blancas, y una cruz latina en rojo bordado en el babero, que también exhibía uno de los mejores corpus procesionales que existen en Málaga y que durante muchos años estuvo oculto. La mayor parte de este patrimonio, diseñado por Casielles y realizado por lo mejores bordadores y orfebres de la época. Entre estos enseres, unos soberbios estandartes con los misterios dolorosos y que este 2025 ha vuelto a poner en la calle tras su restauración. 

La plaza de San Ignacio estaba llena. Hasta los balcones, una situación sorprendente de un tiempo a esta parte, en un Centro reconvertido en decorado de cartón piedra donde solo se asoman las toallas de la playa que se ponen a secar al sol. 

Procesión del Cristo de la Clemencia, de la cofradía del Mutilado, el Sábado de Pasión 2025

Procesión del Cristo de la Clemencia, de la cofradía del Mutilado, el Sábado de Pasión 2025 / Eduardo Nieto / LMA

La banda de la Esperanza llegó en pasacalles creando expectación. Para la salida de la cruz interpretó ‘Réquiem’. En realidad, la cruceta estaba plagada de las marchas de siempre. Las reconocibles. Las clásicas. Con el Himno Nacional se puso en la calle el Cristo de la Clemencia y para sortear la estrechez del dintel, donde apenas hay margen de un centímetro a cada lado, los hombres de trono de los varales exteriores tienen que abandonar sus puestos. Pedro Escaño, el último mayordomo de trono que ejerció en 1977 antes de que la cofradía decidiera interrumpir la salida procesional, volvió a dar los toques de campana. Los varales en flecha siguen siendo un bello y evocador homenaje a los viejos tronos malagueños y un pragmático recurso para tomar las curvas estrechas. 

‘Al pie de la Santa Cruz’, ‘El Cachorro’,Un cielo para mi Virgen’ fueron las marchas que sonaron en las calles primeras de una procesión que se dirigía a la Catedral para hacer un estación de penitencia. Antes de llegar al Primer Templo, en la calle Salvago, el Cristo perdió su corona de espinas.

¿Qué le falta al Mutilado?

Y llegados a este punto, ¿qué le falta al Mutilado? Seguramente nada. Por tener, ya repuso hasta la evidente ausencia que le mantenía en el ostracismo procesionista. Según los nuevos estatutos de la Agrupación, otros cinco años por su feligresía. Otra cosa es que la hermandad quiera abandonar unas vísperas en las que se sienten referencia. Que quienes tratan de enturbiar su progresión calmen sus plumas. Que los políticos no quieran sacar rédito de las cofradías en sus intentos por dividir y polarizar. Que se les permita seguir como hermandad y como cofradía de nazarenos, porque son eso y solo eso. Nada más y nada menos. Y todo lo demás, se andará porque el camino recorrido hasta ahora permite ser muy optimistas. Que la Virgen de la Divina Providencia, que aguarda en su altar en los Jesuitas, también mediará. 

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