Viernes de Dolores

Más Málaga no cabe en Dolores de Churriana

La hermandad mantiene su firme apuesta por el clasicismo en su salida procesional de cada Viernes de Dolores por las calles del pueblo que quiso dejar de serlo, y por el temor a la lluvia recorta su itinerario

Ignacio A. Castillo

Ignacio A. Castillo

Málaga

Allí, donde no resuenan las campanas de la Catedral, donde la calle Larios queda a casi 14 kilómetros kilómetros y no hay sillas ni tribunas, en Churriana, el pueblo que quiso dejar de serlo en 1901, agregándose como barrio periférico a la Málaga de principios del siglo XX, desde hace décadas se respira Semana Santa. Y desde un tiempo a esta parte, además, la fragancia que destila no puede ser más clásica. La hermandad de los Dolores rememora cada año con su puesta en escena las cofradías que marcaron una época. Más Málaga no cabe.

Los vecinos salieron de sus casas para saludar a la comitiva que salía del interior de la Iglesia de San Antonio Abad. Una cofradía madura, completa, de capa. Sin distinciones de ningún tipo, se salga de vela, insignia o cargo. Tras la cruz guía desfilaba la banda de cornetas y tambores Lágrimas de los Dolores. Desde la casa hermandad de San Isidro Labrador, a la espalda del templo, salía el trono del Nazareno del Paso. La imagen es un monumento a la reminiscencia romántica del atavío de los Cristos más emblemáticos de Málaga: pelo natural con tirabuzones, corona de espinas dorada, largos encajes en cuello y mangas, túnica de terciopelo burdeos de cola y nimbo en vez de potencias. Estrenaba el trono, que en realidad es el que en enero saca San Antonio, cuatro arbotantes en las esquinas. Iba acompañado por la banda de música de Churriana.

Salida procesional de la hermandad de los Dolores de Churriana 2025

El Nazareno del Paso de Churriana. / Ignacio A. Castillo

Cuando el Nazareno, el más antiguo de la Semana Santa de Málaga, que se salvó tanto en 31 como en el 36, dobló la primera curva hacia el Camino Nuevo, hacía acto de presencia bajo su palio burdeos de vistas negras la Virgen de los Dolores. Churriana se derrite ante su mirada compungida y se presta sin reservas a enjugar las lágrimas de esos ojos negros como el azabache. Sus manitas entrelazadas es una nueva evocación a la escuela malagueña de imaginería del dieciocho. Con nimbo por corona, corazón traspasado y media luna a los pies, venía iluminada por su candelería y rodeada de claveles rosas en las jarras. El alcalde, presente en la salida, hizo sonar la campana. La banda de la Trinidad que un año más se dispuso tras el trono, atacó 'La Estrella Sublime' para llegar a la parroquia. Y continuó con 'De la traición a la victoria'.

Aunque salió con puntualidad a las 21.00 horas, en previsión de las lluvias anunciadas a partir de la medianoche, la cofradía tomó el acuerdo de recortar algunas calles de su itinerario para encerrarse antes de la hora estipulada.

Tracking Pixel Contents