Viernes Santo

Sepulcro: Alcazabilla asiste a las exequias de Cristo

La ciudad sufre una metamorfosis en menos de 24 horas y de la vehemencia de la celebración ya calla y en respetuoso silencio presencia el funeral: Cristo yace muerto en monumental catafalco y su Madre de la Soledad, que carga con su duelo

Salida del Sepulcro desde su Casa Hermandad, en Calle Alcazabilla

Ignacio A. Castillo

Ignacio A. Castillo

Ignacio A. Castillo

Málaga

El Viernes Santo las calles también se llenan. No hay hueco en las aceras. Alcazabilla se predispone a asistir a las exequias de Cristo. Los naranjos de los jardines de Ibn Gabirol aún conservan las señales que en ellos deja la primavera hace casi un mes estrenada. Hay bullas y esa nerviosa impaciencia que acelera el pulso por ver cómo la cofradía despliega su penitencia por la calle más bonita del itinerario. En menos de 24 horas, Málaga sufre una metamorfosis. La transmutación es total. La vehemencia de la celebración deja paso a la impronta fúnebre. La ciudad calla. Se impone el silencio. Severo. Espinoso. El Señor yace muerto. Inerte. Pero en la atmósfera se adivina la esperanza. 

Una hermandad sublime está a punto de hacer estación de penitencia. Es la oficial, para más señas. Solemnidad y devoción en su puesta en escena.

Con precisión milimétrica, cumpliendo escrupulosamente horarios, y a los sones de ‘Virgen del Valle’ la Virgen de la Caridad avanza ante la casa hermandad del Sepulcro, que ya ha abierto sus puertas. Adelanta su salida este año para recuperar la calle Carretería en su itinerario. Los nazarenos forman en el Palacio de la Aduana y se incorporan tras la banda de Eloy García, que acompaña a la Caridad por Cister. 

Nuevos estandartes

En el corpus procesional, uno de los más valiosos de las cofradías de Málaga, figuraba este año el estreno de los estandartes con las preciadas pinturas de Moreno Carbonero y Pedro Sáenz. 

Sepulcro | Viernes Santo 2025

Estandartes / Eduardo Nieto

Casi de manera imperceptible, como cuando los prestidigitadores hacen su magia, las vallas hicieron un cambio de ubicación para que tras los preceptivos toques de campana, el monumental catafalco del Sepulcro se echara a andar a ritmo que la Municipal imponía, con la adaptación que Artola hizo de la marcha fúnebre de Chopin, tan interiorizada en el Viernes Santo. Pero la cruceta crece y aunque estos acordes luctuosos se repitan en otros puntos del recorrido, el repertorio incluye otras marchas, como ‘Dolores del Carmen’. O ‘España Llora’. O ‘Santo Traslado’…

El público a pie de trono, inconscientemente, se pone de puntillas para tratar de ver al Señor yacente sobre una losa nueva. Pero no lo consigue. Solo en la perspectiva o desde las alturas se aprecia su nariz afilada. Su mano derecha sobre su vientre, la izquierda sobre la piedra, inmóvil, frío, muerto… 

La Soledad de María

El último gran trono de la Semana Santa soporta todo el peso de la Soledad de María. Y Málaga entera la sigue como se sigue a un sueño cierto. Porque en su dolor hay consuelo, y en su paso lento late el corazón de quienes la portan, como tejiendo en cada mecida una red invisible para quedar atrapados por Ella para siempre.

Sepulcro | Viernes Santo 2025

Una multitud asistió a la salida del Sepulcro. / Eduardo Nieto

Salió como hace siempre, con la deliciosa marcha que Artola le compuso y que defendió con sobresaliente la banda de la Esperanza tras el récord horario batido en las vísperas. Y le siguió ‘Valle de Sevilla’ para entrar en Cister, donde la Soledad fue perfumando cada rincón, cada esquina, con el aroma de las rosas y orquídeas que adornaban su trono. 

Y así se fue, entre cirios, sombras y besos, la Virgen de la Soledad, la que carga con su duelo y aún parece sonreír, porque en el fondo de su corazón sabe que todo cambiará en breve. Al tercer día. 

Tracking Pixel Contents