Además de los dos satélites españoles, el cohete portador ruso Dniéper, lanzado desde el cosmódromo kazajo de Baiconur, llevó al espacio otros cuatro aparatos científicos, dos de ellos argentinos, uno inglés y otro emiratí.

El lanzamiento del Dniéper, que es un cohete intercontinental reconvertido, se llevó a cabo desde Baikonur a las 18.46 GMT, informó la compañía Kosmotras, responsable de la operación junto a las Fuerzas Estratégicas de Rusia (FER).

El coronel Alexandr Vovk, portavoz de las FER, confirmó por su parte a las agencias rusas que "el lanzamiento del cohete desde Baiconur se ha realizado con éxito".

El Dniéper transporta el primer satélite español de observación de la Tierra, Deimos-1, diseñado para estudiar la cubierta vegetal terrestre con el fin de detectar vertidos, incendios o informar al agricultor sobre el momento óptimo para abonar.

El satélite, fabricado por la empresa británica SSTL sobre la plataforma Microsat-100 por encargo del operador español Deimos, grabará imágenes de la Tierra, que enviará a la estación de seguimiento ubicada en el parque tecnológico español de Boecillo (Valladolid).

Gracias a este proyecto, con un coste de 30 millones de euros, se podrá "mejorar notablemente el conocimiento global de todos los fenómenos naturales y los provocados por el hombre", según Pedro Duque, astronauta y director general de Deimos Imaging, sociedad del Grupo Elecnor que operará este satélite de observación terrestre.

El segundo satélite español, Nanosat-1B, fue fabricado por el Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial y está destinado para llevar a cabo diversas investigaciones científicas.

El cohete transportó asimismo los aparatos argentinos AprizeSat-3 y AprizeSat-4, ambos en forma de cubo con antenas desplegables y con una masa de doce kilogramos, que continúan la serie LatinSat y son satélites de comunicación fabricados por la empresa SpaceQuest.

Dentro del programa Dniéper, en 2002 y 2004 ya fueron puestos en servicio cuatro satélites del operador LatinSat (Aprize Argentina), que en total tiene previsto colocar en órbita 64 aparatos.

Los últimos dos ingenios transportados por el Dniéper son el inglés UK-DMC-2, también sobre una plataforma Microsat-100 y destinado para el sondeo de la Tierra, y el DubaiSat-1, con una masa de 190 kilogramos y perteneciente a los Emiratos Árabes Unidos.

Los cohetes Dniéper son portadores fabricados en base al misil balístico intercontinental RS-20 (SS-18, "Satanás"), el más pesado del mundo (más de 200 toneladas) que funciona con combustible líquido y puede portar diez ojivas nucleares de guiado individual.

El lanzamiento del cohete reconvertido con satélites se realiza desde silos mediante la detonación de una carga explosiva que lo expulsa a la atmósfera, tras lo cual se encienden los propulsores de la primera etapa, según la agencia rusa Interfax.

La reconversión de los "Satanás" y la comercialización de los Dniéper está a cargo de Kosmotras, un consorcio ruso-ucraniano fundado en 1997 y en el que participan entidades estatales de ambos países.

Por su parte, las Fuerzas Estratégicas de Rusia aprovechan los lanzamientos comerciales de los Dniéper con satélites para comprobar la fiabilidad de los "Satanás" que todavía forman parte del arsenal nuclear ruso.

Los RS-20, considerados entre los misiles más potentes del mundo, fueron incorporados al arsenal atómico de la Unión Soviética en 1975, y Rusia planea mantenerlos en servicio hasta 2014-2016.

El Dniéper lanzado hoy al espacio fue fabricado a principios de la década de 1980 y estuvo en servicio activo casi un cuarto de siglo, y su fiabilidad estaba valorada a un nivel del 0,97, según fuentes que cita Interfax.

Desde 1999, Kosmotras ha efectuado once lanzamientos comerciales de cohetes Dniéper, ocho desde Baikonur y tres desde las posiciones de una división de misiles de las FER en Oremburgo, sur europeo de Rusia, poniendo en órbita 45 satélites de diversos países.

Sólo uno de estos lanzamientos resultó fallido, cuando el 27 de julio de 2006 un Dniéper con 18 satélites (incluido el primero de Bielorrusia) se estrelló en la región kazaja de Kyzyl-Ordá apenas 87 segundos después de su despegue desde Baikonur.