Un morlaco rezagado que ha quedado suelto desde Estafeta ha aumentado el peligro y la emoción del segundo encierro de los sanfermines 2010, corrido en tres minutos y medio por los toros de la ganadería gaditana de Cebada Gago, que han provocado dos heridos por asta, uno de ellos en estado grave. Además, otras cinco personas han tenido que ser atendidas en centros hospitalarios.

Según han informado los servicios sanitarios, hasta el antiguo Hospital de Navarra ha sido trasladado, desde el tramo de Mercaderes, un corredor de Vigo que ha sufrido una herida por asta de toro en el torax, cuyo pronóstico es "grave".

El otro corneado, un irlandés de 43 años, ha sido conducido desde Espoz y Mina al antiguo servicio de urgencias del Hospital Virgen del Camino, donde ha sido atendido de una herida por asta de toro en la pierna izquierda. Su pronóstico es "grave, pero sin riesgo vital".

Además, en el Hospital de Navarra han sido atendidos un pamplonés de 56 años que ha sufrido un esguince de tobillo en el tramo del Ayuntamiento, un joven de 31 años de San Sebastián de los Reyes (Madrid) con un traumatismo en el cuello producido mientras corría en Estafeta y un hombre de 33 años de Israel que ha sufrido un esguince de tobillo en ese mismo tramo.

Hasta el Hospital Virgen del Camino han sido conducidos desde Telefónica un estadounidense de 49 años, que presentaba una herida en la cara y traumatismo abdominal y un burladés de 24 años con una luxación de hombro.

Cumpliendo la fama que se han ganado en los veinticinco años que llevan viniendo a Pamplona, los "cebaditas" han dejado tras de sí numerosos sustos y momentos de tensión al romperse la manada en Estafeta y completar de forma disgregada un recorrido en el que uno de sus hermanos se ha quedado atrás, volviéndose en repetidas ocasiones.

Con tres toros con los cabestros en cabeza, el grupo ha continuado por esta calle, donde un cárdeno de nombre "Cabrero" se ha quedado definitivamente descolgado y ha realizado en solitario el resto de la carrera.

Tremendamente despistado, este "cebadita" parecía no encontrar el rumbo y se ha parado en repetidas ocasiones, girando sobre sus pasos e incluso arremetiendo contra el vallado. El capote de San Fermín ha vuelto una vez más a ayudar a los corredores, que se empeñaban con ahínco en dirigir al morlaco hacia los corrales de la Plaza de Toros.

Mientras sus hermanos ya habían entrado en chiqueros, después de que uno de ellos perdiera las manos nada más tocar la arena, el último seguía entreteniéndose por el camino, aunque, una vez en el coso, los dobladores han sabido con sus capotes llevarlo junto al resto de la manada.