El conocido vocalista del mítico grupo Roxy Music, Bryan Ferry, pisó ayer la Costa del Sol después de permanecer quince años sin hacerlo. Acudió para actuar en la fiesta privada de su amigo, el diseñador de joyas Stephen Webster. Tan sólo un selecto grupo de invitados pudo disfrutar de nuevo de sus grandes éxitos en vivo y en directo, en la Villa del Mar del Hotel Marbella Club.

Webster quiso celebrar de este modo el primer aniversario de su, por ahora, única tienda en Marbella, ubicada en pleno Puerto Banús. El diseñador no descarta poner en marcha nuevos proyectos empresariales en la zona. «Me inspira mucho el mar», reconoció a los periodistas.

El mar también le sirve de inspiración a Ferry en su faceta de compositor. «Es imposible no inspirarse en este entorno», indicó.

Nuevo disco

La humedad, propia a la cercanía de la playa, no le afectó para interpretar sus temas más famosos. Los asistentes vibraron con los acordes de Slave to love, una excitante canción que «sólo dura cuatro minutos», se quejó uno de los periodistas asistentes a la rueda de prensa que ofreció Ferry. Un breve espacio de tiempo para dar rienda suelta a la pasión.

«Es una canción para principiantes», bromeó el propio cantante americano, ilusionado con su nuevo disco, que saldrá próximamente al mercado.

«Acabo de cerrar el disco y de grabar el vídeo para su lanzamiento», aclaró. Sus aficionados deberán esperar hasta octubre para poder adquirir el álbum Olympia, como está previsto que se titule.

En este nuevo disco participan sus antiguos compañeros de banda, además de otros artistas más conocidos actualmente, como es el caso de uno de los temas, en el que compartirá micrófono con Flea, de los Red Hot Chili Peppers.

Ferry no es ajeno al mundo del deporte. No en vano, confesó estar al tanto de los partidos y resultados del Mundial de Fútbol, que este año se celebra en Sudáfrica y en el que la Selección Española es favorita.

El veterano intérprete no ocultó su interés por este deporte. Tampoco su opinión sobre La Roja, a la que aseguró seguir con fervor a través de la pantalla.

El juego del equipo que entrena Vicente del Bosque no le inspiran hasta el punto de componer una canción. Además, no es práctico. «Para eso, ya cuenta con el himno de España», sonrió.