Varios centenares de personas han acompañado hoy a la talla en bronce de la Virgen del Carmen que permanece habitualmente sumergida en la bahía de Málaga y que es sacada cada año por buzos de su emplazamiento en alta mar para ser llevada en procesión.

Esta tradición nació a partir de una promesa que un aficionado al submarinismo hizo después de estar a punto de morir en un accidente eléctrico en 1980, por lo que cada domingo posterior a la festividad del Carmen -el 16 de julio- la imagen de la virgen es sacada del mar.

Originalmente, la talla estaba hecha de mármol pero se deterioró por las incrustaciones marinas, y en 1994 se sustituyó por la actual, cuyo diseño de encargó al escultor Pepe Dueñas Rosales y que se fundió en bronce con la hélice de un barco, ha explicado a Efe el presidente de la Asociación Nuestra Señora del Carmen Patrona de los Submarinistas Malagueños, Francisco Cañete.

La imagen mide setenta centímetros y pesa setenta kilos, y es extraída por tres buzos, mientras que el resto de submarinistas la aguardan muy próximos, agarrados de las manos en un corro que la rodea antes de salir a la superficie desde las bases de hormigón que la protegen durante todo el año.

A continuación, la talla es subida a bordo de una embarcación para realizar una procesión marinera hasta la playa de La Malagueta, en el centro de la capital malagueña, donde es desembarcada antes de trasladarse hasta la iglesia de San Gabriel.

Después de la misa y de pasar unas horas en la citada playa, la patrona de los submarinistas vuelve a surcar el mar de regreso a su altar submarino.