En Málaga no se hablaba de otra cosa, de la boda de Alvaro Fuster y Beatriz Mira y de dos de sus invitados más célebres, el Príncipe Felipe y doña Letizia. Y aunque mucho se habló, poco se pude ver. Con unas medidas de seguridad extremas la Hacienda Nadales, a las afueras de la ciudad acogió una de las bodas que más van a sonar, esta primavera. Sobre las cinco y cuarto de la tarde llegaba el novio, acompañado por su hermano y de chaquet negro, pantalón gris y chaleco beige. El mejor amigo del Príncipe, como ya se temía, es muy celoso de su intimidad y siempre muy discreto, llegó en taxi y no sabemos si nervioso o no ya que Fuster estuvo bastante esquivo con la prensa.

Fue el primero en llegar y tras él los trescientos invitados que asistieron al enlace. Poco se pudo ver de ellos: entraron a la finca en coches a toda velocidad, en autobuses y todo bajo unas estrictas medidas de seguridad. Tras las ventanillas pudimos ver a una espectacular Amaia Salamanca con un modelo verde hierba acompañada por su novio, Rosauro Varo. Amaia, muy simpática, dedicó una sonrisa y un saludo a los medios. Al igual que la diseñadora Maria León, que vestía un modelo en beige de manga larga y cuello dorado. Fiona Ferrer, con un vestido tres cuartos en gris oscuro, pelo recogido con tocado, era una de las invitadas estrella del enlace, al que acudió acompañada por su marido, Jaime Polanco. Ella fue quien presento a la pareja en mayo del año pasado.

Isabel Sartorius, la ex del Príncipe, también asistió al casamiento de ayer en Málaga;siempre amable con la prensa, saludó al bajarse del autobus. Sartorius eligió para la ocasión un vestido largo marron chocolate y chal rosa fucsia. Pepe Barroso y Beltran Gómez Acebo fueron otros de los nombres vip invitados a la boda.

La novia no cumplió la tradición de llegar tarde y a las 18.15 horas –el enlace estaba previsto para las 18.30– llegaba a la Hacienda Nadales en un Rolls Royce blanco; eso sí, sin las lunas tintadas lo que permitió que se pudiera ver al menos la parte de arriba del vestido. Mira eligió un modelo de la firma para la que trabaja, Alma Aguilar, de manga larga y encaje con brocados y cuerpo de tirante liso. Un corte romántico, muy femenino y con un toque vintage. Beatriz se veía contenta y muy guapa, el pelo lo llevaba recogido en un moño bajo del cual salía el velo todo de tul y chantillí. La novia llego acompañada por su padre y padrino Ernesto Mira Belda.

La madrina fue la madre de Álvaro, Carmen Garaizábal, que llevó a su hijo al altar con un traje de chaqueta y falda larga en tonos malva y mantilla negra.

Los Príncipes de Asturias llegaron diez minutos después de que lo hiciera Beatriz, en un Citroën gris y con don Felipe al volante. Doña Letizia llevaba un recogido con trenza de espiga y traje verde. Los medios de comunicación allí congregados poco pudieron ver de la llegada de los Principes al enlace ya que su coche entró a toda velocidad y Letizia a su paso por la prensa giró la cara.

Álvaro es uno de los amigos de la infancia del Príncipe Felipe, muestra de ello es que el heredero y doña Letizia ejercieron de testigos de excepción durante la ceremonia religiosa.

Aunque el tiempo no acompañó, la de ayer seguro fue una tarde inolvidable para Beatriz y Álvaro. La ceremonia se celebró en la capilla de San José de la finca privada de Nadales, un recinto histórico del siglo XVIII ubicado a las afueras de la ciudad, que también acogió el convite. Los invitados disfrutaron de un cóctel en los jardines y luego pasaron a la cena. Poco ha transcendido del menú y del catering que ha organizado el enlace.

Un flechazo. Álvaro, de 45 años, y Beatriz, de 32, se casaron ayer tras un noviazgo de tan sólo diez meses. Álvaro Fuster y Beatriz Mira pusieron el broche de oro a una historia de amor que surgió en mayo de 2011 en una fiesta de la joyería Rabat organizada por Fiona Ferrer, que, sin quererlo, ejerció de celestina entre el futuro matrimonio. Después de aquel encuentro, las salidas comenzaron a ser más habituales, hasta que acudieron como pareja a la boda de Carla Goyanes y Jorge Benguría, donde se presentaron en sociedad. Cuatro meses más tarde, el mejor amigo de don Felipe le pediría matrimonio a su chica en Palma de Mallorca con un impresionante anillo de diamantes. No estuvieron en la boda las ex del hoy ya matrimonio. Entre las parejas conocidas de Fuster, hasta la fecha uno de los solteros de oro del panorama social patrio, se encuentran la presentadora Anne Igartiburu o Elisabeth Thompson. Por su parte, la vida sentimental de la novia ha sido más estable. Desde los 20 años ha salido con el cantante Carlos Baute y cuya ruptura tras diez años de noviazgo fue traumática para la joven malagueña, que ayer vio cumplido su sueño de casarse. Y con los Príncipes de Asturias como testigos.