El comandante Ángel Aznárez de Iberia no es un piloto al uso. El pasado lunes pidió permiso para desviar la ruta y que los pasajeros del vuelo IB 0512 pudieran observar la muralla de Lugo. No era la primera vez que hacía algo similar. En abril del 2012, durante un trayecto entre Madrid y Roma, el comandante ejerció de guía turístico-cultural con comentarios "amenísimos, divertidos e interesantes" apuntes histórico-artísticos sobre los lugares que sobrevolaban.

Según relatan en las redes sociales algunos de los pasajeros, les destacó, en varios idiomas y a través de la megafonía, "Cuenca y su magnífica catedral gótico-normanda, Sagunt y el intrépido Aníbal, Valencia y sus múltiples bellezas, las Baleares hasta con su puntito de papel couché, Córcega y Cerdeña, con la inevitable referencia al pequeño corso, el lago Como y la boda de Tom Cruise, y por supuesto, Roma, de la que nos pronosticó que, pese a que por la mañana el tiempo había estado un poco tontorrón, por la tarde sería ma-ra-vi-llo-so, como así sucedió".

A los viajeros que aterrizaron el mismo día en A Coruña procedentes de Madrid les amenizó igualmente con las rutas e incluso les cantó algunas canciones pop. Los pasajeros que vuelan con el comandante llegan a tierra encantados con la experiencia.