Miguel paseaba por la playa de l'Amerador de El Campello el pasado sábado por la noche con su perro cuando junto a la orilla vio lo que parecía ser un gran trozo de plástico. Su mascota se acercó y detrás fue él, descubriendo que se trataba realmente de un extraño animal marino. Miguel, que ha sido pescador, afirma que "en mi vida había Visto algo igual. No tenía escamas, sino pelo, era completamente blanco y de enormes dimensiones, y parecía que acababa de morir". Este "monstruo marino" tenía además lo que parecían ser dos cuernos, y medía seis metros de longitud.

Un ejemplar similar aunque más pequeño, de cuatro metros, apareció el pasado mes de agosto en una playa de Almería, lo que generó un gran misterio sobre su origen hasta tal punto que incluso se hicieron eco medios de comunicación nacionales e internacionales, sin llegar a concretarse qué era aquello. Tras el hallazgo de El Campello, el Institut d'Ecologia Litoral ha investigado el monstruo marino hasta resolver su misterio.

Todo indica que se trata de los restos del esqueleto de un tiburón peregrino o Cetorhinus maximus, especie catalogada de vulnerable, que puede alcanzar los 10 metros de envergadura y que protagoniza largas migraciones.

Eso sí, desde el Institut d'Ecologia destacaron que es la primera vez que llega en este estado un tiburón peregrino y les ha costado averiguar qué era. Su estado de descomposición era tan avanzado que sólo quedaba la columna vertebral y grasa. Las mismas fuentes señalaron que lo más difícil "ha sido resolver qué eran esa especie de cuernos, que daban pie a todo tipo de imaginaciones mitológicas. En realidad no eran los cuernos, sino de una especie de esqueleto interno formado por la escápula (similar a nuestra clavícula) y el coracoides, que en estos animales está fusionado, teniendo un aspecto de cuerno, y cuya función es servir de sujeción a los músculos que moverían las enormes aletas pectorales de estos tiburones. Así lo que se ha encontrado corresponde con la columna vertebral -sin el cráneo-, con los restos de la escápula -los cuernos-, cuya orientación es hacia abajo".

El tiburón peregrino es una especie habitual en el Mediterráneo, es el segundo pez más grande del mundo y alcanza los 10 metros de longitud y las cuatro toneladas de peso. Aunque su silueta recuerda a la de un tiburón cazador, con forma hidrodinámica y hocico agudo, se alimenta filtrando el agua. Nada con la boca abierta hasta hacerla redonda y filtra el agua a través de unas inmensas branquias. Se mueve muy lentamente y los restos de uno de ellos han ido a parar a la playa de l'Amerador generando un misterio que parece ya resuelto.