Usted es el hombre de la informática de la Obra Social de Acogida y Desarrollo, ¿en qué consiste su labor?

Además de colaborar con los compañeros en la tarea de formar a la gente en el día a día en los distintos talleres, desarrollo un proyecto tecnológico de alto nivel, que da una alternativa al Windows o el Mac y que es totalmente gratis. Es un software libre que se distribuye de manera gratuita. Además generamos un proyecto de ayuda a la gente de fuera. No llegamos a todo el mundo, pero sí a muchas empresas y emprendedores. Muchas personas que no pueden pagarse un Windows o un Mac, tienen esta alternativa, que es igualmente profesional, con la que se logra ayudar a esas empresas o a cualquier persona y se adapta a sus necesidades.

¿Cuándo comenzó a trabajar en este sistema operativo?

Desde diciembre del año pasado. Ya vamos por la versión 2.0 y estamos trabajando en la 3.0. En la Obra hemos ido adaptando poco a poco las cosas, pero la migración se ha hecho en los distintos talleres y la verdad es que de momento no tenemos ningún problema en utilizarlo en temas de ofimática, para conectarnos a internet en temas del día a día. Lo que se conoce como el word, el power point o el excel, aquí se llaman escritura, lectura, presentación u hoja de cálculo.

¿Ustedes han calculado cuánto se puede ahorrar la gente con ese sistema?

Según aparece en los boletines oficiales, el Estado gasta sólo en la compra de Microsoft, más de 30 millones cada 15 meses. Al Gobierno canario le cuesta 2,3 millones. Si a eso le sumamos un servicio y más cosas, resulta que al final estamos gastando un dinero, cuando con un millón o dos tenemos nuestros propios informáticos en España que desarrollan un sistema operativo gratuito. Son cifras muy grandes cuando hay gente que lo está pasando mal. Este sistema está hecho desde el pobre, para el pobre y para ayudar a evolucionar al país y a toda la sociedad. Lo hemos ofrecido también al Gobierno canario.

¿Tiene mucha demanda su sistema?

Ahora mismo llegamos a los 14.022 usuarios a nivel mundial. Se utiliza en prácticamente toda América, Europa y bastante gente de las mayores potencias de electrónica, como pueden ser China, Japón o Corea están empezando a trabajar con él. En España sólo hay 5.300 usuarios. Fuera nos conocen más que aquí, y es curioso. Aquí tenemos miedo a evolucionar, a conocer cosas nuevas. Aquí tenemos una alternativa a Windows, que es de aquí y que podríamos usarla en vez de importarla. Estamos trabajando desde una entidad social, de manera honrada, honesta y transparente y en ningún momento vamos a ir en contra de la sociedad. Mucha gente no se atreve a probar este sistema, con el que además también puede aportar ideas. Lo bueno del software libre es que siempre hay una vía de comunicación con el programador.

¿Los talleres de la obra también están luchando contra la obsolescencia programada?

Estamos luchando desde el taller de electrónica e informática. Lo que hacemos es que con todas las donaciones de aparatos que llegan, enseñamos a la gente de la Obra a identificar todos los componentes, para que puedan trabajar en el mundo de la electrónica. Reparamos, cuando se puede, porque es muy difícil encontrar algo que después de su rotura se pueda reparar, de manera barata. Esas teles de culo, las arreglamos y las volvemos a ceder por 30 eurillos, lo que nos cuesta más o menos ponerlo al día. Esas cosas ayudan a reciclar y mantener el ecosistema.

¿Y es verdad que ha recibido ofertas de una gran empresa informática y la ha rechazado?

Sí, de una empresa muy potente de Estados Unidos, cuyo nombre no quiero decir. Yo podría tener ahora mismo un futuro bastante amplio y podría ganar lo que quisiera, pero no es mi objetivo, que es trabajar por la sociedad. Vivimos en colectividad y nuestro pensamiento no puede ser individualista. Hay gente que también lo pasa mal y tenemos que ponernos en la piel de esas persona. Soy capaz de trabajar y no estar mirando siempre el dinero. Muchas veces nos centramos en el materialismo y eso no nos deja mirar más allá.