Para Lesley Hailwood no hay duda de que "el perro es el mejor amigo del hombre". Es más, toda su vida le estará eternamente agradecida a Nell, su perro guía, ahora convertido en su ángel de la guardia.

En la víspera de Año Nuevo, Lesley se atragantó después de comer un bombón y empezó a ahogarse. Con tan sólo 17 meses, Nell, que estaba descansando en la habitación contigua, corrió para ayudar a su tutora. Saltó al sofá y presionó sus patas contra el pecho de Lesley, logrando que el chocolate se desatascase de la tráquea.

Para todos aquellos que dudan de la capacidad de estos animales, esta historia es una buena muestra de su gran inteligencia e inquebrantable fidelidad a sus dueños.