Así que la alimentación le salvó la vida.

Sí. Tengo un aparato digestivo muy endeble y me he tenido que cuidar siempre mucho. Recuerdo que de pequeño siempre me dolía la cabeza los lunes y ahora me doy cuenta de que era porque comía mucho el domingo.

¿Qué es lo que comía que tan mal le sentaba?

Como buen argentino, todos los domingos organizaban mis padres un asado de carne. Eso era lo que me mataba. Me he pasado toda la vida con problemas digestivos muy serios, hasta el punto de que lo que me aliviaba era el ayuno.

¿Prefería no comer a que la comida le sentara mal?

He llegado a estar 15 días sólo a agua. Me sentía mejor en ayunas que comiendo. La vida, cuando no tienes salud, es un infierno.

¿Cómo escapó del infierno?

En 2002 me descubrieron una proliferación de células malignas que iban a derivar irremediablemente en un cáncer de colon. Rechacé hacerme la biopsia. Por mis antecedentes familiares sabía que iba a desarrollar el cáncer y sabía también cuál era el final.

Pero sobrevivió.

Sí y estoy mejor que nunca. Ya no soportaba los dolores aunque me atiborrase a pastillas y de repente me recomendaron al doctor Juan Rubio, un discípulo de Michio Kushi, el asesor de famosos que ha dedicado su vida al estudio de la nutrición y la salud. Fue mi primer contacto con este tipo de medicina natural, la que me salvó la vida. La alimentación fue mi medicina.

¿Quiere decir la alimentación macrobiótica?

Efectivamente. Este tipo de dieta nos ayuda a vencer las enfermedades. En un mes estaba recuperado y hasta desaparecieron las células malignas. Con esta dieta se potencia la capacidad auto curativa del organismo.

¡Parece un milagro!

Y es un milagro que se repite con muchos de nuestros seguidores. Basamos nuestra alimentación en los principios macrobióticos, pero los adaptamos a la vida moderna y a la dieta mediterránea.

¿Cuáles son esos principios?

Estar en armonía con la naturaleza, por lo que apostamos por consumir alimentos de cercanía, de temporada y a ser posible biológicos. Se ha abusado de los pesticidas y hemos hecho barbaridades con los animales.

¿Tender hacia una dieta vegetariana?

Lo ideal es tender hacia una dieta vegetariana, natural y de contacto con la naturaleza. Nuestros tratamientos mezclan conocimientos orientales milenarios con las técnicas occidentales más avanzadas.

¿No echa de menos los asados de su familia?

Nada. En casa hemos eliminado las grasas, las carnes rojas, los fritos, los encurtidos, los embutidos, los lácteos, los huevos y hasta el azúcar.

Dígame entonces qué come.

Mucho cereal integral. Legumbres sin grasas y verduras y frutas pero con cuidado con verduras como el tomate, la berenjena y la patata que no sientan bien a todo el mundo. De las frutas hay que evitar las que tienen mucha fructosa, como la uva, el plátano...

Y sin consumir azúcar, ¿cómo alimentamos nuestro cerebro?

Sobra azúcar en los alimentos que tomamos cada día. Hoy en día tenemos una población sobrealimentada pero desnutrida. La dieta saludable comienza en el supermercado. Es fundamental que los alimentos que no te sientan bien no entren en casa por mucha tentación publicitaria que haya. Lo mejor es ir al supermercado con la lista de la compra hecha y adquirir únicamente lo que necesitas.

¿Se puede estar contento con los demás si uno no se gusta?

La paz interior se logra con hábitos saludables.

Así que existe relación entre el bienestar físico y mental.

Mens sana in corpore sano. Si uno se pasa con el alcohol, el café o las grasas sus pensamientos sufren alteraciones. Una alimentación rica, saludable proporciona energía para un cuerpo sano y da lucidez a la mente para que no esté abotagada. Eso lleva a una vida espiritual más rica que nos hace ver que estamos en este mundo para algo. Cuando la macrobiótica me sanó tuve muy claro cuál era mi misión en esta vida.

¿Cuál?

Crear esta clínica. La construí sobre el terreno de mi casa familiar y la inauguramos en 2008, en plena crisis. Yo me dedicaba al sector inmobiliario y no teníamos ni idea ni de hoteles ni de clínicas de salud, pero lo hice. Quiero compartir con los demás la fórmula que me salvó la vida.

¿Qué milagro promete?

El que viene sabe que cuando salga le va a brotar de su cuerpo una energía maravillosa. Ya tenemos ofertas para instalarnos en 49 países. En los tratamientos contra la obesidad, los hombres pierden entre cuatro y cinco kilos y las mujeres la mitad. Desaparecen las depresiones, la tristeza y los temores. Cuando el cuerpo está liviano lo agradece.

Su misión es un poco cara para el común de los mortales, un mínimo de 5.000 euros por semana si uno se hospeda en la clínica.

Por esa razón, trato de buscar tiempo para escribir un libro en el que explique mis recomendaciones y pueda llegar así a todo el mundo. Hay estudios científicos que evidencian que la población que sigue una dieta macrobiótica no va al hospital, no tiene cáncer ni enfermedades infecciosas o cardiovasculares y no se mete en conflictos bélicos.

¿De qué forma influyen los alimentos en nuestro estado de ánimo y psicológico?

Si tenemos una alimentación saludable, tendremos una energía limpia y un estado de lucidez tal que hará que veamos con más claridad.

También influye el ejercicio...

Sí. Caminar a paso ligero es una gran terapia. También hay que ser ordenado y flexible. Si alguien te invita a un banquete no hay por qué rechazar una chuleta. Con estas recomendaciones uno puede vivir hasta los 130 años. A mí me encantaría cumplirlos pero estoy condicionado por mi pasado.

¿Qué quiere decir?

Mi padre padeció ELA a los 48 años, mi hermano murió de cáncer a los 52, mi madre y mi tía también murieron muy jóvenes de lo mismo y mi hermano mayor tiene un linfoma. Ese podría haber sido mi destino, pero la macrobiótica me salvó.