El entrenamiento intelectual es igual de importante que el físico para llevar una vida sana, asegura este economista fascinado por la neurociencia, que previene sobre las consecuencias del estrés continuado.

Señor Bescós, ¿es usted un entrenador de cerebros?.

Sí, soy una especie de monitor de un gimnasio online dedicado a poner en forma al cerebro. Es un club en el que participan neuropsicólogos, ingenieros, programadores, nutricionistas, meditadores y especialistas en ciencias de la actividad física.

Así que ahora además de ejercicio físico, tenemos que hacer ejercicio mental.

Por supuesto y lo primero que tienes que hacer es ser consciente de que tienes esta necesidad. La neuroplasticidad existe, no es como la altura, que tiene un componente genético muy fuerte. Hay que saber que a partir de los 45 años comienza la pérdida de capacidad cognitiva, así que es a partir de esa edad cuando uno debe de preocuparse más por construir una reserva cerebral que mitigue los efectos de enfermedades neurodegenerativas como el alzheimer. Hoy en día es más necesario que nunca tener el cerebro en forma.

¿Por qué es ahora más necesario que antes?

Ahora padecemos más estrés y además nos morimos más viejos y, por lo tanto, estamos expuestos a un mayor declive neurodegenerativo. Además, estamos condicionados por las nuevas tecnologías, que nos permiten, por ejemplo, que ya no tengamos que memorizar ni un número de teléfono. ¡Bendita tecnología! Pero no estamos ejercitando la memoria. La tecnología atrofia nuestra capacidad de memoria y de atención.

Dígame entonces qué hábitos de vida debemos potenciar para tener un cerebro saludable.

Es fundamental mantenerse intelectualmente activos y eso significa hacer algo más que crucigramas o sudokus. Aprender un idioma es muy bueno porque nos hace poner a nuestro cerebro en un brete. También hay que evitar el estrés continuado. Hay que comer bien y hacer ejercicio físico.

¿Cómo evitar el estrés en un mundo tan competitivo?

Hay que saber manejar el estrés a través de la meditación. Parece algo de santones, oriental o esotérico, pero la meditación es ya normal entre los grandes directivos de las empresas estadounidenses.

¿Tan malo es el estrés para el cerebro?

La huella que deja el estrés en el cerebro es más marcada que la que imprime en el físico. El estrés ataca al hipocampo, responsable de la fijación de recuerdos y de regular la hormona cortisol que se activa en periodos estresantes. Si tenemos estrés, por lo tanto, nos costará más fijar recuerdos, tendremos más problemas de aprendizaje y menor capacidad de respuesta ante esas situaciones estresantes. Es un círculo vicioso que te lleva a sufrir cada vez más episodios de estrés. Esta ansiedad continua te reduce la memoria y la capacidad de concentración y además te dificulta o bloquea a la hora de tomar decisiones.

¿En qué enfermedades se traduce esa huella del estrés?

En enfermedades neurodegenerativas como el alzheimer o la demencia senil. El estrés continuado laboral te puede pasar factura 30 años después de padecerlo, así que lo mejor que podemos hacer es buscar métodos para controlarlo.

¿En qué consiste la tabla de ejercicios que usted propone?

Ofrecemos ir más allá del entrenamiento cognitivo para tener el cerebro activo y controlar el estrés para mejorar los niveles de atención y relajación. Son ejercicios que se pueden hacer desde casa en sesiones de entre 10 y 15 minutos y tres días a la semana durante tres mese. Ese es el mínimo de ejercicio que se debería de hacer para empezar. Una vez que se ven las mejoras en la memorización, por ejemplo, la gente incorpora este entrenamiento a su estilo de vida.

Compaginándolo con el ejercicio físico, ¿no?

El ejercicio físico es genial para potenciar la creatividad.

¿Un ejercicio físico moderado?

Menos moderado del que recomiendan para estar físicamente saludable. Hay que poner el corazón al 70 por ciento de su capacidad máxima durante al menos 20 minutos al día y tres veces por semana.

¿Y existen alimentos que beneficien a nuestro cerebro?

Por supuesto. Son buenos todos aquellos alimentos con Omega 3 y Omega 6. Y también los antioxidantes que proporcionan los flavonoides.

Flavonoides que contiene el vino.

Exactamente, una copa de vino al día es muy buena para el cerebro y el chocolate negro también. Lo que hay que evitar son las grasas rojas. Le puedo asegurar que la obesidad no redunda nunca en la salud laboral.

¿De qué forma influye en nuestro cerebro la ingente información que nos bombardea hoy en día?

Hoy en día tenemos una sobreestimulación informativa que no tuvo ninguna otra generación que nos haya precedido. No nos damos cuenta de que la capacidad de nuestro cerebro es limitada y nos estamos convirtiendo en seres multitarea.

¿Seres multitarea?

Sí, vamos respondiendo a estímulos de forma casi autómata sin prestar atención a lo que hacemos. Hemos perdido mucha profundidad intelectual y la hemos cambiado por la capacidad multitarea. Eso es muy triste.