Luis Montes fue uno de los doctores investigados a causa de dos denuncias anónimas en las que se les acusaba de sedaciones en dosis elevadas en enfermos terminales en el Servicio de Urgencias del Hospital Severo Ochoa que coordinaba. Es desde 2009 presidente federal de la asociación Derecho a Morir Dignamente asociación que defiende la despenalización de la eutanasia, el acceso universal a los cuidados paliativos hospitalario y extrahospitalarios, a la sedación, la implantación y difusión del testamento vital, y el derecho a la autonomía del paciente, así como el respeto a su voluntad y libertad individual.

¿Cree que preocupa actualmente el tema del derecho a morir dignamente?

Creo que preocupa y que a la vez es necesario abrir un debate sobre la muerte digna y la disponibilidad de la propia vida. Hay muchos temas que preocupan como el sufrimiento, el encarnizamiento terapéutico...

¿Qué es el derecho a tener una muerte digna?

Es el derecho a ser protagonista del momento final. No digo que sea un acto alegre, pero sí que no hemos elegido venir pero sí podemos elegir cuándo nos vamos y no dejar la muerte en manos de terceros. No es que la muerte sea lo más satisfactorio que tenemos, pero que sea lo más tranquila posible y lo más apacible, sin ningún sufrimiento. Es un debate que está en la ciudadanía.

¿Cuál es el debate abierto?

No es que haya muchos razonamientos, más bien hay dos posturas, quienes creen que la vida es una propiedad, que no podemos decidir el momento de nuestro final, que son corrientes más religiosas. Y quienes creemos en los derechos, el derecho a decidir la salida que queremos.

¿Por qué está a favor de la muerte digna?

El bien más graciable es el de la vida, cuando alguien decide dejarla porque está en un intenso sufrimiento físico o psicológico creemos que tiene el derecho de apearse.

Habla también de sufrimiento psicológico, ¿una depresión por ejemplo?

Es la pregunta del millón. Las enfermedades mentales tienen dos grados, las de lucidez y las no lúcidas, personas que no son competentes. En la depresión hay una transitoriedad. Y en algunos casos recurren al suicidio. Es un debate en las situaciones límite. Hablamos de personas con enfermedades graves con intenso sufrimiento. Pero no estamos hablando de que sean personas en estado terminal.

¿La medicina paliativa no es alternativa a la eutanasia?

Por supuesto que sí. Estamos hablando de situaciones donde el sufrimiento no se puede tratar sin que conlleve una pérdida de consciencia, un sufrimiento psicológico, cansancio, fatiga de vivir.

¿Por qué cree que la eutanasia no es legal?

Porque los políticos fundamentalmente como miembros de una sociedad no lo tienen como primer marco de referencia a la hora de sus derechos. Hay un posicionamiento a nivel de voto que representa la ideología y la religión. En estos casos la ciudadanía va por delante.