Las custodias compartidas tras los divorcios y separaciones se han duplicado en cuatro años (han pasado del 10 al 21,3 %) y según los expertos es la mejor opción para los menores si es de mutuo acuerdo, pero puede ser una pesadilla cuando la impone un juez a petición de sólo uno de los padres.

Varias organizaciones han alertado a Efe del aumento de la custodia compartida impuesta judicialmente, sobre todo en aquellas comunidades en las que se han aprobado leyes que la convierten en la norma general en las separaciones en las que no existe acuerdo entre los progenitores, como Aragón y la Comunidad Valenciana.

¿Pero en los casos en que la relación entre los padres es conflictiva, es la mejor opción para los niños?

"En muchos de estos casos, son padres que nunca se han hecho cargo de los hijos y de repente les entran unas ganas tremendas de cuidarlos y de estar con ellos cuando nunca han ido a sus colegios o incluso no han pagado las pensiones de alimentos; pero lo piden con el único de interés de no pagar esas pensiones o de poner un plazo a las madres para que abandonen el piso", explica el presidente de Custodia en Positivo, Juan Ramón Peris.

Esta organización defiende la custodia compartida como la mejor manera de preservar los derechos de los niños, pero no la impuesta, "que hace mucho daño a los niños y está causando estragos" porque procede una separación contenciosa.

"Nos preocupa que se estén imponiendo cada vez más las custodias compartidas sin acuerdo, obviando cualquier prueba o circunstancia que vaya en contra", asegura este abogado, quien opina que los cuestionarios de los servicios psicosociales no siempre valoran con precisión las circunstancias personales y los comportamientos anteriores de los padres respecto al cuidado del niño.

También desde la Federación de Mujeres Progresistas, Yolanda Besteiro, ha apreciado, a través de los casos de mujeres que atienden, "esa tendencia de los jueces" a imponer las custodias compartidas.

"Para que haya custodia compartida se requiere un alto nivel de colaboración entre ambos cónyuges, por eso para concederlo es necesario que exista buena relación entre ellos y que estén de acuerdo; si no, el daño que pueden causar a los niños es muy grande, sobre todo un desequilibrio sociológico y emocional, porque lo que le dice un padre una semana, a la siguiente es lo contrario", indica Besteiro.

En este sentido, la presidenta de la Asociación de Mujeres Juristas Themis, Amalia Fernández, considera que debería hacerse un seguimiento de cómo están los niños a los seis meses de acordar la custodia compartida.

"Hay qué evaluar cómo se encuentra una persona -el menor- que cada semana cambia de domicilio o que le cambian las normas en las parejas en conflicto; ver si la medida redunda en beneficio de los niños o si les causa un perjuicio enorme", añade.

Régimen amplio de visitas

Estas organizaciones coinciden en que cuando hay mala relación entre los padres es mejor establecer un régimen de visitas amplio.

Algunos de los problemas que se pueden derivar al compartir la custodia de forma "poco amistosa", recuerda la abogada María Ángeles Jaime, son, por ejemplo, que el niño sólo puede estar empadronado en uno de los domicilios, aunque pase la mitad del tiempo con cada progenitor, y eso repercute en el día a día, como a la hora de acceder a determinadas actividades deportivas o a recursos educativos o sanitarios promovidos por los ayuntamientos.

El sistema de custodia compartida, según la jurisprudencia del Tribunal Supremo, es el deseable cuando sea posible.

En las comunidades autónomas en las que no existe ninguna ley específica sobre custodia compartida, el Código Civil establece que se fijará si lo solicitan ambos progenitores y en los casos en los que lo pide sólo uno de ellos, el juez podrá acordarla en interés del menor.

Según los últimos datos del INE, en 2014 la custodia compartida de los hijos fue otorgada en el 21,3 por ciento de los casos de divorcios y separaciones, en 2010 fue en el 10,5 por ciento.