La profesión de albañil tiene los días contados si se impone el robot inventado por un equipo de ingenieros australianos, quienes han decidido que ya es hora de cambiar la forma en que la Humanidad pone ladrillos.

Los ingenieros forman parte de la empresa Fastbrick Robotics, que lleva diez años trabajando en la automatización de este trabajo, con un desembolso total de casi cinco millones de euros.

Pero el robot definitivo es el proyecto Hadrian X, con su brazo retráctil de 28 metros montado en un camión y su margen de error por debajo de los 0,5 mm. Para lograrla, necesita de los planos adecuados de la edificación o pared que tiene que levantar, con su correspondiente modelado 3D para hacer de plantillla. Son estos requerimientos los que permitirían a los albañiles conservar su trabajo, ya que al menos dos personas tienen que supervisar al autómata y darle órdenes.

El robot puede llegar a colocar hasta 1.000 ladrillos por hora a una velocidad que cuadruplica la que los humanos son capaces de rendir. En otras palabras, le bastarían dos días para construir una casa entera de tamaño medio. Corta los ladrillos, les inyecta un adhesivo equivalente al cemento y los coloca donde sea necesario.

Sus creadores aseguran que no solo funciona con ladrillos, sino también con otros elementos que sirven para construir muros o edificios, e incluso proyectos de relleno en altura.

El nombre de Hadrian le ha sido asignado en honor al emperador Adriano, un gran amante de la arquitectura, impulsor del Templo de Venus y Roma.