Dos inspectores de Sanidad visitaron ayer la cafetería avilesina donde se grabó a una rata sobre una empanada, un vídeo que se hizo viral en las redes sociales una rata sobre una empanadaen cuestión de horas. Tras examinar cada rincón del bar, requirieron a la gerencia instalar una plancha para cubrir un hueco en la parte superior de una pared de la cocina, eliminar toda la comida y limpiar y desinfectar el establecimiento. Esta última tarea correrá a cargo de una empresa especializada en desratización, la misma que el lunes y el martes acudió a la cafetería a petición de la propiedad ya que una camarera y un cliente habían visto entrar por la puerta principal a un "aguarón".

José Antonio Abia, propietario del negocio, se mostraba ayer abatido ante la trascendencia de las imágenes difundidas por internet y sus consecuencias. "Estoy muy nervioso por la trascendencia que ha tenido todo esto", repetía a La Nueva España, mientras se movía de un lado a otro y su teléfono no paraba de sonar. Atribuye la presencia de la rata a la suciedad y el abandono de un solar situado a escasos metros de la cafetería, al espacio verde que rodea la iglesia de Sabugo; y a la falta de mantenimiento de un pequeño jardín municipal en el que dice se acumulan residuos de todo tipo desde hace mucho tiempo, sin que nadie haga nada.

Abia no es el único que se lamenta del estado de estas áreas verdes. Vecinos del entorno corroboran las quejas que expuso ayer el hostelero avilesino, que a primera hora de se puso en contacto con su abogado para consultar la posibilidad de emprender acciones legales contra la persona que grabó las imágenes del local y las lanzó a las redes sociales, convirtiéndolas en un fenómeno viral en poco tiempo. Por su parte, el letrado José Mallo, que acudió a mediodía a la cafetería para hablar de los hechos, dijo que baraja "adoptar medidas".

José Antonio Abia hace hincapié en los cuidados que recibe el establecimiento. "Pintamos todos los años, arreglamos los desperfectos que se producen, no hay cucarachas...", manifiesta, para indicar su rápida actuación al conocer el viernes por una de las camareras la presencia de una rata. "La persiguieron, pero no la encontraron, así que el sábado fui a la ferretería a comprar unos cepos hasta que el lunes vinieran los de la empresa de desratización. Los llamé a las ocho y pico de la mañana y poco después acudió un chaval. Al día siguiente, revisaron todo, colocaron unos venenos especiales porque las trampas o jaulas no están permitidas y me dejaron los papeles que certifican la revisión", relata el hostelero, que entregó toda esta documentación a los inspectores para mostrar los pasos que había dado. Aún así, tras la colocación de la plancha que exigió ayer Sanidad, los operarios de la empresa de desratización tienen que volver hoy a desinfectar de nuevo el local.

Ayer por la tarde, con la cafetería cerrada, José Antonio Abia y sus empleados emprendieron una limpieza a fondo. Los camareros y cocineros, bajo las indicaciones de su jefe, se afanaban en retirar cajas, mobiliario viejo, azulejos y todo tipo de objetos deteriorados. Fueron a parar a un contenedor situado frente a la puerta del negocio.