Las modas no siempre tienen que ver con retos de cubos helados o pantalones pitillo. A veces también triunfan las ideas saludables. Desde hace poco más de un año los nutricionistas se han convertido en grandes gurús que ayudan a hacer frente a los mitos y las falsedades que rodean tanto a las dietas para adelgazar como a la vida saludable. Estos especialistas utilizan internet para distribuir su mensaje, una red que a pesar de todo aún sigue infestada de anuncios de dietas milagro. Y es que el ciberespacio sigue siendo -a pesar de la creciente moda de los nutricionistas- el hogar de las pastillas para adelgazar. Por eso los profesionales de la nutrición de todo el país, contentos con sumar ya cientos de miles de seguidores, han creado su propio movimiento: la lucha de la real food. La comida real conquista al consumidor.

«Es cierto que ha aumentado mucho el interés por el modo de vida. Primero empezamos luchando contra el azúcar, luego contra el aceite de palma€ y hemos conseguido incluso que el gigante de la industria alimenticia tome cartas en el asunto y cambie ciertos hábitos», reflexiona la nutricionista Susana Sánchez. Pero aún queda mucho por hacer y el consumidor de las redes tiene que seguir siendo prudente.

«Hay que tener en cuenta que en muchos casos los profesionales de la nutrición que están en la red actúan bajo un sesgo económico, de ego y hasta biológico o de principios de vida. Los que son veganos, por ejemplo, ocultan todos los estudios que van contra la dieta que ellos han escogido como opción de vida», previene Ramón de Cangas, haciendo hincapié en que «muchos profesionales tratan de ganar seguidores lanzando mensajes con poca base científica pero que logran mucho impacto. Seguro que si yo digo que los lácteos producen cáncer voy a conseguir mucha interacción y ganaré seguidores, pero eso no quiere decir que mi afirmación sea real o esté basada en estudios fiables», enfatiza. ¿La solución? Seguir a los colegios profesionales, a las sociedades científicas y a profesionales de reputado prestigio.

«La gente está viendo gracias a las redes sociales que cambiar su modo de vida tiene un impacto brutal en su día a día, y no sólo para perder peso. Mis clientes me dicen que cuando se ven mejor tienen más confianza en sí mismos y más autoestima. No es tanto los años que vives como la calidad de vida que tienes, y cuidar los hábitos de vida es cuidar eso que hacemos tres y hasta cuatro veces al día: comer», reflexiona por su parte Miquel Girones, uno de esos nutricionistas que acumulan decenas de miles de seguidores en su cuenta de Instagram. Y es que es precisamente esa red en la que más está creciendo el interés por la alimentación. La «hermana pequeña» de Facebook ha pasado de ser la página en la que todo el mundo cuelga los platos del restaurante al que acude a la web a la que se accede para buscar información nutricional o recetas. El interés por la vida saludable pasa así de la red a la vida real. «Cada vez ves más gente leyendo las etiquetas en el supermercado; los consumidores se interesan por lo que comen, es fundamental aprender a leer las etiquetas», añade Susana Sánchez.

La industria alimentaria no ha querido quedarse al margen de este fenómeno. No en vano, cientos de millones de euros de beneficios dependen de las ventas. Y las ventas dependen de la imagen pública. Estas empresas reaccionaron hace años lanzando los productos sin azúcar. Luego se sumaron a la lucha contra el aceite de palma, y ahora muchos tratan de lavar su imagen contratando a nutricionistas.

«Ésa es la mejor muestra de que algo está cambiando, las grandes firmas cada vez contratan a más profesionales», afirma Ramón de Cangas. Su trabajo, como el de tantos y tantos compañeros de profesión, se ha convertido en una lucha contra los gigantes que suponen los mitos que rodean la vida saludable. Repasemos algunos de los clásicos.

El primero: el desayuno es la comida más importante del día. «¿Quién ha dicho eso? ¿Quién tiene datos que lo demuestren?», se pregunta Susana Sánchez. «Eso es algo que nos ha ido metiendo por los ojos la industria alimentaria, muy interesada en vendernos galletas y bollos, pero eso no es verdad. Si haces una buena comida y una buena cena o una buena merienda, el desayuno no tiene por qué ser lo más importante de todo el día. Es igual que los que dicen que la fruta tiene mucho azúcar y que engorda. Es completamente falso», enfatiza Sánchez. El segundo mito que abordan estos profesionales tiene que ver con la lucha contra la enfermedad más temida. ¿Hay alimentos que curen el cáncer? «Hay patrones dietéticos que previenen el cáncer. Además, cuando un paciente tiene la enfermedad siempre se recomienda que siga una dieta determinada. Pero la respuesta es no, no hay ninguna dieta que cure el cáncer», sentencia Ramón de Cangas. El nutricionista responde a nuestro tercer mito. ¿Son peligrosos los lácteos? «Durante mucho tiempo se dijo que producían cáncer o flemas. Es todo mentira. Es uno de los mitos más extendidos, pero los estudios científicos demuestran que consumir yogures enteros, que están demonizados, es algo positivo», subraya el experto apuntando ya hacia el pilar básico del triunfo de estos profesionales en las redes: el movimiento del real food (comida real en castellano).

La revolución de la fruta y la verdura la comenzaron varios nutricionistas que querían luchar juntos para mejorar la vida de sus clientes. Gracias a sus mensajes en redes sociales, los profesionales han logrado que muchos digan adiós a los ultraprocesados: los alimentos generados de forma artificial y que suelen incluir más de tres ingredientes. «Las redes sociales han servido para que la gente deje el súper y vuelva al mercado, a comer fruta y verdura. Estamos logrando demostrar con vídeos y con recetas que comer sano no es ni caro ni aburrido. Se puede conseguir una dieta sana y equilibrada barata y muy original. ¿Por qué compras yogures con pera y no le echas tú una pera directamente al yogur natural?», se pregunta Susana Sánchez. Internet da la clave, cambiar de vida es cosa ya de cada consumidor.

90.000 españoles mueren al año por una mala alimentación

El informe Dame veneno: viaje al centro de la alimentación que nos enferma, elaborado por VSF Justicia Alimentaria Global en 2016, que arrojaba datos alarmantes vinculados a las dietas sostenidas con comida industrial. Según el estudio, 90.000 personas pierden la vida al año en España por seguir una mala alimentación, y el causante nos es conocido. «El consumo de alimentos procesados con exceso de azúcares añadidos, sal y grasas insalubres es el primer factor de pérdida de salud y causa de enfermedades», sentenciaba en su momento el coordinador del estudio, Ferrán García. La comida procesada representa el 70% de la alimentación en España. Aunque a menudo sus ingredientes pasen inadvertidos, el abuso de estos representa casi la mitad de enfermedades cardiovasculares, diabetes y cánceres.