Entreculturas ha advertido, con motivo del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer que se celebra el 25 de noviembre, que el 35 por ciento de las mujeres de todo el mundo ha sufrido violencia física y/o sexual en algún momento de su vida, según datos de Naciones Unidas.

La ONG Jesuita destaca que la violencia contra la mujer "va en aumento" y que, en muchos casos, comienza en la infancia. Para la organización, esta violencia supone la manifestación "más extrema" de la desigualdad de género y la "más grave" violación de los derechos humanos de las mujeres que padece cualquier sociedad.

Según Naciones Unidas, la violencia de género es la principal causa de muerte entre las mujeres de entre 15 y 44 años en todo el mundo, por delante de la suma de las muertes provocadas por el cáncer, la malaria, los accidentes de tráfico y las guerras.

Además, la ONU asegura que más de 650 millones de mujeres y niñas se casaron antes de cumplir los 18 años, sufriendo sus graves consecuencias como embarazos precoces, aislamiento social, la interrupción de la escolarización y el aumento del riesgo de sufrir violencia doméstica.

De las violencias que sufren las mujeres y niñas, una de sus expresiones más graves es la mutilación genital femenina, ya que al menos 200 millones de mujeres y niñas que viven actualmente han sufrido la mutilación genital femenina, la mayoría de ellas antes de cumplir los cinco años. Estas formas de violencia hacia las niñas provocan en ellas graves secuelas psicológicas, físicas y sociales que las marcan para siempre, y las aleja de la escuela, de su infancia y de sus oportunidades.

Junto a esta realidad de discriminación, las niñas y mujeres son también víctimas de la desigualdad económica y política. Precisamente, las mujeres producen el 70% de alimentos, pero tan sólo poseen el 2% de la tierra cultivable. Además, su representación política en los parlamentos del mundo no llega al 20% y su vulnerabilidad se acrecienta exponencialmente en contextos de crisis.

Entreculturas trabaja en la denuncia de esta lacra, en su prevención y en la atención a víctimas de violencia sexual y de género en países como República Democrática del Congo, donde más de 250.000 mujeres y niñas han sido víctimas y supervivientes de violencia sexual desde que comenzó el conflicto armado en 1996; o en Chad, uno de los peores países del mundo para ser mujer o niña, dónde el 44% de mujeres sufrieron mutilación genital siendo niñas.

"La violencia contra las niñas les impide disfrutar y ejercer sus derechos humanos: el derecho a la educación, el derecho al juego, el derecho a la salud, o derecho a la expresión de opinión, entre otros", ha señalado la coordinadora de Protección a la Infancia de Servicio Jesuita a Refugiados en Chad, Sifa Kaite.

La ONG, consciente de que las niñas libres de violencia hoy "son mujeres con derechos en el futuro, combate esta realidad, junto al Servicio Jesuita a Refugiados, a través del programa 'La Luz de las Niñas' que realiza la prevención y respuesta desde 2012 en quince países, abriendo oportunidades para que "la luz de las niñas brille".

Desde la creación del Programa La Luz de las Niñas se ha atendido a 32.747 niñas en República Democrática del Congo, República Centroafricana, Sudán del Sur, Chad, Kenia, Guatemala, Nicaragua, Haití, El Salvador, Honduras, Perú, Bolivia, Camerún, Angola y Sudán. En 2018, están participando en el programa 12.700 niñas.