Un equipo de investigadores de la Universidad de Oviedo, encabezado por el catedrático de Explotación y Prospección de Minas, Javier de Cos, junto con científicos del Instituto de Astrofísica de Canarias han descubierto y caracterizado un exoplaneta de tipo Supertierra, bautizado como K2-286, orbitando en el límite interior de la zona de habitabilidad de una estrella enana roja de tipo M0, muy poco activa, lo que facilita que pudiera existir algún tipo de actividad biológica.

El planeta tiene 2,1 veces el radio de la Tierra, un período orbital de 27,36 días y una temperatura de equilibrio que podría rondar los 60 ºC, de modo que, bajo las condiciones adecuadas, podría mantener agua líquida en su superficie, requisito indispensable para el desarrollo de la vida tal como la conocemos. Para este hallazgo se han empleado datos de la campaña número 15 del telescopio espacial Kepler (de ahí la denominación K2), diseñado para descubrir exoplanetas mediante el método de tránsitos.

Para el grupo de De Cos se trata de uno de los hallazgos "más relevantes" habida cuenta que el pasado año ya fueron elegidos por la Agencia Sinc entre los '21 momentazos de la Ciencia Española' por el descubrimiento de dos nuevos sistemas planetarios, uno de los cuales albergaba tres planetas con un tamaño similar a la Tierra, en un trabajo que también desarrollaron al alimón investigadores de la institución académica asturiana, liderados por el catedrático de Explotación y Prospección de Minas, junto a miembros del Instituto de Astrofísica de Canarias.

El K2-286 se pondrá, según Javier de Cos, a la cabeza en el interés en observación planetaria por la cantidad de información que puede aportar. Su estrella, una de las más brillantes, permitirá caracterizar su atmósfera. "Dará un montón de información sobre la formación planetaria", añade el catedrático pues hasta ahora no se habían observado astros con un radio de dos veces la Tierra, sí por encima de dos o por debajo de 1,5 pero nunca de dos. "Se encuentra en la frontera entre aquellos planetas como Júpiter -uno de los gigantes gaseosos del sistema solar- u otros que son más de tipo rocoso", continúa Javier de Cos.

Hasta ahora, sólo científicos del Instituto Goddard de Estudios Espaciales de la NASA habían logrado determinar que otro sistema planetario pudiera contener enormes áreas de agua en estado líquido en su superficie, lo que aportaba pruebas, como ahora han logrado los investigadores de la Universidad de Oviedo y el Instituto de Astrofísica de Canarias, acerca de sus condiciones de habitabilidad. En ese caso, el exoplaneta, bautizado como Proxima Centauri b y situado a 4,2 años luz de la Tierra, orbitaba alrededor de Proxima Centauri, la estrella más cercana a la Tierra después del Sol.

Aún a la espera de la caracterización de su masa, el exoplaneta hallado por los investigadores asturianos y canarios es de especial interés no sólo por estar situado en la zona de habitabilidad de su estrella sino por encontrarse entre los más adecuados para caracterización atmosférica con el futuro telescopio espacial James Webb así como para seguimiento desde tierra que permita determinar su masa con precisión.

"Hemos comprobado que la actividad de la estrella es moderada comparada con otras estrellas de similares características lo que incrementaría las posibilidades de que el planeta fuera habitable", coinciden Javier de Cos y Enrique Díez, miembros del equipo de investigación de la Universidad de Oviedo que completan Sergio Suárez, Carlos González, Laura Bonavera y Joaquín Carballido y que han trabajado codo con codo con el grupo que encabeza Rafael Rebolo en el Instituto de Astrofísica de Canarias.

La estrella de este planeta que duplica el radio de la Tierra está situada en la constelación de Libra a una distancia de 244 años luz y su temperatura efectiva es de 3650ºC. Con esas características, los investigadores sostienen que podría considerarse una estrella "amigable" por las condiciones de habitabilidad que aporta al planeta que orbita a su alrededor. Esa estrella podría tener una edad de unos mil millones de años.