Julia Silla

, conocida artísticamente como Julieta XLF es una artista urbana especializada en grafiti. Pertenece al grupo valenciano de artistas XLF (Por La Face). Su obra, efímera, está marcada por colores vivos, naturaleza y niñas inspiradas en el kawaii japonés

¿Qué significa para ti haber ganado el premio eWoman a Arte digital y Redes Sociales?

Significa tener la oportunidad de sentarme delante de otras mujeres y poder comunicar mis inquietudes y un poco los valores por los que yo trabajo y en los que yo creo. Además del reconocimiento al esfuerzo, al trabajo y a la dedicación.

¿Qué crees que ha tenido en cuenta el jurado para concederte el premio?

No tengo ni idea porque no me lo esperaba. En realidad, mi trabajo está en la calle. Supongo que lo que han tenido en cuenta es querer visibilizar mi trabajo y valorar mi perseverancia ya que estoy en la sombra.

¿Qué influencias artísticas tienen tus obras?

Un montón, aunque últimamente me inspiro muchísimo en la naturaleza, que es arte puro. También en culturas exóticas que me atraen, desde otros artistas como la bailarina Pina Bausch u otras disciplinas como las performances de Marina Abramovic. Son referencias que no se ven directamente sobre el estilo de mi trabajo, pero que a nivel de esencia están ahí.

¿Te preocupa que tu obra sea efímera?

Me encanta que sea efímera. Cuando empecé a estudiar bellas artes lo que más me interesaban eran las disciplinas que tenían que ver con espacios que no generaban un residuo. Eran más el momento, el happening, el ahora... Pintar en la calle me ha ayudado mucho a trabajar el desapego. Es súper interesante para entender la vida porque no somos eternos, las personas también nos vamos deteriorando. Me gusta que desaparezcan, que haya cosas nuevas, que la ciudad cambie.

Antes de empezar una obra, ¿tienes claro lo que pretendes transmitir?

No. Cada vez más, si voy a ir a una ciudad concreta, sí que me inspiro por ejemplo en la flora y la fauna. Pero hasta que empecé a trabajar así, digamos que lo hacía de una forma más instintiva, sin pensar “quiero transmitir esto”. Primero fluía y después venían las explicaciones y las interpretaciones, más por parte de los que ven el trabajo que por mí.

De tus obras, ¿con cuál sientes un vínculo especial?

Quizás con uno de los últimos trabajos que he hecho. Es sencillo a nivel técnico y a nivel de color, pero la imagen es muy impactante. Lo pinté hace poco en Barcelona en colaboración con una ONG que ayuda a los refugiados y el dibujo es de una niña haciendo un barquito de papel lleno de personitas y su pelo se convierte en un mar de donde salen manos y barcos de papel que se están hundiendo. Mientras lo pintaba me daban ganas de llorar porque es una realidad muy dura.

¿Cómo vives ser mujer dentro del arte urbano?

Yo creo que, en realidad, es cómo vives ser mujer dentro del mundo porque ya sabemos qué es un mundo, hecho por y para hombres y al final da igual que sea dentro del arte urbano o de lo que sea. Tenemos que pelear 20 veces más para conseguir la mitad y ayudarnos un montón entre nosotras, ser perseverantes e inconformistas.

¿Cómo valoras la iniciativa de los premios eWoman?

Lo que no se comunica es como que no existe y es importante visibilizar el trabajo de las mujeres porque en realidad estamos en la historia, estamos en todas partes, pero no se nos conoce. Parece que no hemos existido, que la historia se ha creado solamente con el trabajo de los hombres.