Este viernes 1 de noviembre se celebra Todos los Santos, una de las festividades más señaladas en el calendario de la Iglesia. Esta fiesta de significación religiosa está rodeada de costumbres y tradiciones arraigadas desde hace siglos en nuestro país.

Así, a lo largo de esta jornada festiva los cementerios se llenan de flores y de personas que aprovechan esta festividad para visitar y adornar las tumbas y recordar a sus seres queridos ya fallecidos. Ahora bien, ¿qué se celebra el Día de Todos los Santos y por qué?

Se trata de una festividad dedicada a todos los que después de haber muerto, ya han alcanzado el cielo. El origen histórico del Día de Todos los Santos se remonta al siglo IV.

Esta festividad fue instaurada por la Iglesia Católica a raíz de la Gran Persecución liderada por Diocleciano. En este sentido, en aquel periodo eran tantos los mártires provocados por el Imperio Romano entre los fieles cristianos que la Iglesia quiso establecer un día común para recordarlos y tenerlos presentes en la memoria.

Aunque inicialmente no se fijó una fecha fija para rendir tributo y homenaje a estos mártires, finalmente con la llegada del Papa Gregorio III, en el siglo VIII, se acordó que el 1 de noviembre sería el Día de los Difuntos, en respuesta a la celebración pagana del Samhain o Año Nuevo Celta, que se celebra la noche del 31 de octubre.

Posteriormente, durante el papado de Gregorio IV en el siglo IX se consolidó definitivamente esta celebración, una festividad que hoy en día sigue muy presente entre los fieles cristianos que cada año llenan los cementerios para recordar a sus seres queridos ya fallecidos.