Quien más quien menos, todo el mundo observa con cierta frecuencia las estelas que dejan los aviones en el cielo. Se trata de un fenómeno habitual que ocurre al congelarse el vapor de agua resultado de la combustión del carburante de los aviones. Por eso se las conoce como estelas de condensación, muy perceptibles en los días despejados y cuando el nivel de humedad es también más elevado.

Se trata de un fenómeno parecido al que ocurre cuando exhalamos aire en un día de frío y humedad, cuando el aire que expulsamos de nuestros pulmones forma una nube que se desaparece apenas pasados unos pocos segundos.

Lo que no todo el mundo sabe es que estas estelas pueden ser un indicador del tiempo que se avecina. Y es que en función de parámetros como la altitud a la que vuelve un avión o de la humedad y la temperatura de la atmósfera, las características de las estelas -duración, grosor, extensión...- nos pueden dar pistas sobre la previsión meteorológica.

Así, por ejemplo, si la estela es corta y desaparece rápidamente, esto nos indica que existe poca humedad en el aire a gran altitud, lo que indica que el tiempo será bueno.

Al contrario, un surco espeso y duradero indica un elevando nivel de humedad a gran altura, lo que puede ser indicativo de la llegada de tiempo inestable y la aparición de tormentas. Y es que cuando el aire está bien nutrido con vapor de agua, es más probable que se formen nubes consistentes y cargadas de agua.

Por otra parte, un avión que deja una estela que se agranda puede indicar que se avecinan lluvias.