Luis, jefe de estación de Metro de Madrid, es un hombre tranquilo que desde hace muchos años resuelve los incidentes que surgen en andenes, vestíbulo y vagones del suburbano madrileño. Prefiere no pensar en el riesgo de contagiar a su bebé y mujer cuando llega a casa y confía en que "de todo este desastre puedan salir cosas buenas".

Este responsable de Metro, que se encarga del buen funcionamiento de distintas estaciones, lamenta mucho la sensación de improvisación que dice reinar en su compañía: "Parece superada por las circunstancias".

"No sé si la empresa tiene la capacidad, supongo que la voluntad sí porque no creo que nadie deje a su suerte a sus trabajadores de forma voluntaria, pero no creemos que esté haciendo todo lo que se debe hacer", añade el trabajador, que prefiere guardar el anonimato y que no se utilice su nombre real.

Entre las propuestas que él y sus compañeros han trasladado a los sindicatos para minimizar las cadenas de contagio del coronavirus, Luis subraya la de abrir los torniquetes de acceso, las puertas de la estación y desconectar las máquinas de venta de billetes.

Sería la manera de que los usuarios "no tuvieran que tocar los mismos elementos de la estación uno tras otro, entrarían y saldrían de la estación directamente, el contacto se minimizaría de una manera muy grande".

Tampoco cree necesario mantener los actuales horarios, porque hay franjas horarias "en las que se mueve muy poca gente", explica a la Agencia Efe mientras su hijo de corta edad intenta encaramarse a sus piernas. El niño ya de por sí es un "torbellino" y con el confinamiento en casa es el "demonio de Tasmania" de los dibujos animados, agrega Luis con humor durante la conversación telefónica.

Cambio de actitud en los viajeros

En los viajeros de Metro "por supuesto también hay miedo". "Ves que el trato no es de la misma manera, pero supongo que es algo lógico", agrega.

Acerca de si se esfuerzan por no transmitir nerviosismo a los usuarios, explica que su trabajo conlleva "momentos complicados y al final tienes muchas tablas. Tratas con perfiles muy distintos y los problemas con los viajeros a veces se van de madre, desde agresiones a compañeros a insultos, aunque ahora ya no porque la gente no está para eso".

Luis considera que de "todo este desastre pueden salir cosas buenas", entre ellas que la ciudadanía se dé cuenta de quiénes "son los pilares de esta sociedad, de quién realmente lo está sosteniendo: los trabajadores de a pie".

Espera que esta emergencia conduzca a una sociedad "mucho más solidaria" y le sorprende comprobar "cómo nuestro sistema se puede tambalear con algo, en un primer momento, tan pequeño y cómo se va haciendo esta bola. Tenemos que ser conscientes de todo esto".

Luis prefiere no pensar demasiado en un posible contagio, porque entonces no viviría", y echa mucho en falta a amigos, familia y hacer deporte al aire libre. Ahora, él y su mujer -que acaba de sufrir un ERTE- hacen muchas más videollamadas e incluso cuenta que sus padres han tenido que aprender a hacerlas "si querían ver a su nieto". "Como esto se alargue mucho en el tiempo no sé qué a va a ser de nosotros", dice.

Medidas de Metro

Más de cien trabajadores de Metro de Madrid están contagiados con coronavirus, lo que representa más del 1% de la plantilla, y según CCOO hay tres fallecidos, aunque sólo uno de ellos seguía trabajando presencialmente en el suburbano.

Desde el inicio de la alerta sanitaria, Metro de Madrid ha reducido el personal que trabaja en el suburbano, de manera que en la mayoría de las estaciones sólo cuentan ya con una persona.

Además, tras la realización de esta entrevista, Metro ha adoptado otras medidas como el adelanto del horario de cierre de la red, de forma que el último servicio sale a las 0.00 frente a las 1.30 habituales. Por otro lado, la oferta de los días laborables se sitúa en niveles similares a los existentes en un fin de semana.

La compañía también está aplicando medidas extraordinarias de limpieza y desinfección y ha establecido la apertura automática de puertas en todos los modelos de trenes en los que es posible para que los usuarios no tengan que tocar el dispositivo de apertura. Y en todas las estaciones de Metro se está manteniendo siempre una puerta abierta para el acceso y otra para la salida, evitando también que los usuarios tengan que tocar las puertas.