El recuerdo de las primeras semanas de la pandemia y de los miles de desplazamientos de ciudadanos a las segundas residencias se despertó este miércoles en las mentes, y en los móviles, de muchos ante una supuesta nueva huida por Semana Santa, pero en realidad los desplazamientos han sido minoritarios.

Así lo atestiguan los alcaldes de localidades que suelen recibir importantes flujos de visitantes durante los fines de semana o períodos vacacionales, muchas de los cuales se habían blindado ante una posible nueva invasión. "Casos aislados", es la respuesta más común entre los alcaldes consultados por Efe.

El mensaje coincide con el de la Dirección General de Tráfico (DGT), que tanto este miércoles como este jueves ha subrayado que no hay desplazamientos masivos, ni siquiera relevantes, a las segundas residencias.

Lo que ha habido ambos días han sido retenciones en autovías motivadas por los controles de Tráfico, intensificados precisamente para evitar esos desplazamientos. Este miércoles, la Guardia Civil impuso 3.090 sanciones, aunque no se ha especificado cuántas de ellas castigaban los viajes a otras localidades.

Ese incremento de controles se ha replicado en cada uno de los ayuntamientos donde temían la llegada de foráneos, en algunos de los cuales incluso se organizaron patrullas vecinales, como en Bogarra (Albacete); se bloquearon accesos, como en Las Navas del Marqués (Ávila), o se cortaron caminos.

Las imágenes de los atascos que volaron este miércoles de teléfono en teléfono por redes sociales han ayudado a incrementar el temor y la alarma. Este jueves, el consejero de Sanidad de Castilla-La Mancha, Jesús Fernández Sanz, rogaba en rueda de prensa que se respetara el confinamiento, consciente de la influencia que ha tenido el tránsito de madrileños en la expansión del coronavirus en su comunidad.

Un mensaje parecido al que ha enviado el vicepresidente y portavoz de la Junta de Castilla y León, Francisco Igea. Más allá han ido en Torrox (Málaga), donde, según su alcalde, incluso pretendían movilizar a la UME para sellar la localidad.

También ha alertado el presidente del Principado de Asturias, Adrián Barbón, quien ha asegurado que al Gobierno autonómico no dejan de llegarle mensajes de vecinos de los municipios más turísticos denunciando "la llegada de personas de fuera de Asturias".

Y desplazamientos ha habido. En Alicante han localizado a personas recién llegadas de Madrid, Guadalajara, Valladolid e incluso de Alemania. Pero son decenas, no miles.

Más alboroto ha organizado un hombre que en Torrevieja se ha grabado en vídeo asegurando que había viajado de Madrid como otros 4.000 turistas más y que estaba infectado con la COVID-19. En realidad, lleva viviendo desde enero en esa localidad y, tras ser detenido, ha afirmado que todo era una broma.

Tampoco en las zonas costeras de Valencia o de Castellón ha habido invasión. Sí que ha llegado gente y se han impuesto sanciones, pero no de manera "masiva ni alarmante", según han comunicado responsables municipales de municipios como Cullera, Oliva, Tavernes de la Valldigna, Benicàssim, Almassora o Burriana, entre otros.

En Murcia, la autonomía que más se quejó al inicio de la pandemia de la llegada de turistas a sus costas trayendo consigo los primeros contagios, apenas ha llegado gente estos días a sus segundas residencias del Mar Menor, Mazarrón o Águilas, según han confirmado diversos alcaldes de la zona.

Tampoco en Noja o en Laredo, localidades cántabras con múltiples segundas residencias, muchas de ellas de ciudadanos vascos, se ha detectado esa llegada. La consejera de Seguridad del Gobierno Vasco, Estefanía Beltrán de Heredia, ha informado este jueves de que este miércoles se interceptaron en los controles policiales 6.000 vehículos y se identificaron a 2.000 personas.

En otro de los tradicionales focos de grandes desplazamientos, la sierra de Madrid, tan solo en Miraflores, Guadarrama o Cercedilla perciben más movimiento en supermercados o más coches aparcados, porque en la carretera no se ha apreciado un tránsito mayor y las calles siguen vacías.

Los controles establecidos en las carreteras en enclaves de las Rías Baixas y la Mariña lucense, donde suele producirse un flujo importante de visitantes en época vacacional y por la existencia de segundas residencias, constataron que los conductores son mayoritariamente gente que reside en esas zonas.

Y en Chiclana (Cádiz) solo siete de los 350 vehículos interceptados por la policía local de Chiclana (Cádiz) han sido denunciados por dirigirse a segundas residencias, con lo que también en este caso el Ayuntamiento ha descartado que se esté produciendo la llegada masiva de turistas estos días de Semana Santa.