El Papa Francisco recordó este domingo a la Unión Europea (UE) que en estos momentos de pandemia se encuentra ante un desafío único y que hay que demostrar solidaridad con, si es necesario, soluciones innovadoras, en su mensaje de Pascua en el Domingo de Resurrección.

Desde el interior de la basílica de San Pedro y no asomado al balcón de la logia central como es habitua,l ya que la plaza está cerrada por la pandemia, Francisco dedicó su mensaje sobre todo a todos aquellos afectados por el coronavirus.

Pero explicó que este periodo no puede ser "tiempo de divisiones" y exhortó a que se relajen además las sanciones internacionales de los países afectados y se reduzcan, o incluso condonen, la deuda que pesa en los presupuestos de aquellos más pobres.

También se dirigió a Europa al considerar que "es muy urgente, sobre todo en las circunstancias actuales, que las rivalidades no recobren fuerza, sino que todos se reconozcan parte de una única familia y se sostengan mutuamente".

"Hoy, la UE se encuentra frente a un desafío histórico, del que dependerá no sólo su futuro, sino el del mundo entero. Que no pierda la ocasión para demostrar, una vez más, la solidaridad, incluso recurriendo a soluciones innovadoras".

"Es la única alternativa al egoísmo de los intereses particulares y a la tentación de volver al pasado, con el riesgo de poner a dura prueba la convivencia pacífica y el desarrollo de las próximas generaciones", aseveró.

Recordó que "este no es tiempo de la división" y reiteró su llamamiento para que se produzca "un alto el fuego global e inmediato en todos los rincones del mundo".

"No es este el momento para seguir fabricando y vendiendo armas, gastando elevadas sumas de dinero que podrían usarse para cuidar personas y salvar vidas".

En su repaso por los conflictos del mundo citó las emergencias humanitarias en Asia y África, como en la Región de Cabo Delgado, en el norte de Mozambique y también los conflictos en Siria y Ucrania, entre otros.

Pide facilitar ayuda internacional a Venezuela

Por otra parte, el pontífice pidió que se permita facilitar la ayuda internacional "a la población que sufre la grave coyuntura política, socioeconómica y sanitaria" en Venezuela.

"Este no es tiempo del olvido. Que la crisis que estamos afrontando no nos haga dejar de lado a tantas otras situaciones de emergencia que llevan consigo el sufrimiento de muchas personas", señaló.

Y entonces pidió que se "permita alcanzar soluciones prácticas e inmediatas en Venezuela, orientadas a facilitar la ayuda internacional a la población que sufre a causa de la grave coyuntura política, socioeconómica y sanitaria".

"Este no es tiempo de la división. Que Cristo, nuestra paz, ilumine a quienes tienen responsabilidades en los conflictos, para que tengan la valentía de adherir al llamamiento por un alto el fuego global e inmediato en todos los rincones del mundo", aseveró.

Y espero que sea "en cambio el tiempo para poner fin a la larga guerra que ha ensangrentado a Siria, al conflicto en Yemen y a las tensiones en Irak, como también en el Líbano" y el tiempo en que "los israelíes y los palestinos reanuden el diálogo, y que encuentren una solución estable y duradera que les permita a ambos vivir en paz".

"Que acaben los sufrimientos de la población que vive en las regiones orientales de Ucrania. Que se terminen los ataques terroristas perpetrados contra tantas personas inocentes en varios países de África", exhortó.

Y pidió que no se dejen de lado tantas otras situaciones de emergencia que llevan consigo el sufrimiento de muchas personas "como en Asia y África que están atravesando graves crisis humanitarias, como en la Región de Cabo Delgado, en el norte de Mozambique".

Y también suplicó que se "reconforte el corazón de tantas personas refugiadas y desplazadas a causa de guerras, sequías y carestías. Que proteja a los numerosos migrantes y refugiados -muchos de ellos son niños-, que viven en condiciones insoportables, especialmente en Libia y en la frontera entre Grecia y Turquía".