La crisis por la COVID-19 dibujará en España una nueva estampa atípica como la del Día de la Madre de este domingo, sin salidas a restaurantes y con tan solo algunas flores y plantas pedidas por internet o compradas en el súper, dado el cierre actual de las floristerías.

El Día de la Madre se suma así a la catástrofe que para el sector español de la producción y distribución de flor cortada y planta ornamental ha supuesto la cancelación de la celebración de las Fallas, Semana Santa, Sant Jordi y Cruces de Mayo, así como de comuniones y bodas por la crisis del coronavirus, al igual que ha ocurrido con la floricultura de otros países productores de importancia mundial, como Holanda, Colombia y Ecuador.

440 millones de pérdidas en la producción

Las pérdidas de los productores, viveristas y centros de jardinería españoles superan los 440 millones de euros, y se han tenido que destruir en campos e invernaderos miles y miles de flores, según ha confirmado a Efe el presidente del Comité de Flor y Planta de Fepex, Juan Daniel Marichal.

"La producción de la flor ha sido con diferencia el sector agropecuario más afectado" por los efectos de esta pandemia, ha asegurado Marichal.

El responsable de Flor Cortada de COAG Andalucía, Luis Manuel Rivera, lanzaba esta semana una llamada de socorro del sector: "Regalen flores por el Día de la madre".

Marichal se queja de que el paquete de ayudas extraordinarias que ha aprobado la Comisión Europea para el sector "aún no se ha concretado" y recuerda el apoyo financiero directo de los gobiernos de Holanda, Italia o Alemania a sus productores.

Y es que la paralización ha sido en "los peores meses del año, los de más actividad para la flor; esperemos que las administraciones no nos dejen en la cuneta, porque no estamos tocados, sino hundidos, y sin ayudas el sector, que da empleo a 40.000 personas, está muerto", afirma.

Cuando en diciembre comenzó la programación de esta campaña, no podían pensar que la producción, lista para primavera, "iba a terminar en la basura".

Lo peor, se lamenta, es que "aún todo sigue en el aire, sin un horizonte para la próxima campaña, sin hacer un euro de caja pero con costes fijos de mantenimiento".

Fuentes del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA) han subrayo a Efe que un reglamento de la UE permitirá a los productores, asociaciones y organizaciones de flores y plantas la posibilidad de realizar acuerdos para promociones, planificaciones temporales y retiradas del mercado durante 6 meses.

Además, el Real Decreto Ley 8/2020 para hacer frente al impacto económico y social de la COVID-19 en España "detalla numerosas medidas a las que se puede acoger este sector" como el artículo 29 sobre "avales para favorecer la liquidez de las empresas mediante el Instituto de Crédito Oficial" (ICO).

Sus últimos datos oficiales (Avance del Anuario de Estadística 2019) apuntan a que España produjo en 2018 un total de 109 millones de docenas de flores, 265 millones de docenas de plantas ornamentales y 116 millones de docenas de esquejes.

El sector mayorista tampoco atraviesa un buen momento; Mercabarna Flor se ha mantenido cerrado desde el inicio del estado de emergencia y, según una portavoz, los únicos encargos de minoristas han sido atendidos a la carta, "por teléfono o internet", y el merca ha condonado los alquileres durante este periodo.

Venta online y flexibilidad de ERTE

La directora de la Asociación Española de Floristas (AEFI), Olga Zarzuela, señala que los efectos en las más de 5.000 floristerías del país "han sido brutales, con pérdidas de mercancía", pese a que han estado "recibiendo pedidos por teléfono y online".

"Se ha recurrido a la figura del Expediente de regulación de empleo temporal (ERTE) y nos hubiera gustado que las tiendas hubieran abierto para el Día de la madre, porque habría sido un balón de oxígeno ante esta situación", remarca a Efe.

Ahora, lo que más le preocupa al sector minorista es que haya herramientas para que se pueda flexibilizar la salida de los ERTE en los meses de menos demanda de flor, como los que vienen, y que se despejen las incertidumbres sobre las medidas de distanciamiento, seguridad e higiene que haya que adoptar.

Eso sí, deja claro que la COVID-19 ha demostrado que el negocio de la floristería "se tiene que reinventar" porque "la digitalización es muy importante".

Internet, ¿una gota de agua en un océano?

En este sentido el presidente del Comité de Flor y Planta de Fepex cree que el canal online supone aún "una gota de agua en un océano", pero que las mayores operadoras de ventas por internet han "aguantado el tipo" en tiempos de coronavirus.

Interflora, que se apoya en la red de floristerías, informaba hace una semana de que habían aumentado un 350 % los pedidos online de ramos para cumpleaños.

Su director, Eduardo González, detalla a Efe que sus ventas se han duplicado durante el confinamiento y los envíos para el Día de la madre son mayores que las de otros años.

Pérdidas globales

En el caso de la producción de Países Bajos -que factura 7.000 millones de euros, 6.200 millones de ellos de las exportaciones, y supone un tercio del comercio mundial de flores y plantas- la venta de flores se ha derrumbado especialmente por la cancelación de grandes eventos y porque muchos ciudadanos dedican ahora sus presupuestos a la compra de productos de primera necesidad.

Desde marzo, se han destruido varias toneladas de flores en Holanda y solo el 10 % de las flores cultivadas se está vendiendo a precios muy inferiores, por lo que el Gobierno ha otorgado 600 millones de apoyo financiero, medidas que el sector considera insuficiente, ya que los mayoristas calculan 2.000 millones de euros de pérdidas hasta junio.

En Colombia, otro de los grandes del sector, "la floricultura está seriamente afectada, prácticamente todos los mercados han disminuido sus órdenes, desde Japón, Corea, Australia, Oriente Medio, Europa toda, y aún los Estados Unidos y Canadá han disminuido sus órdenes dramáticamente", dijo a Efe el presidente de Asocolflores, Augusto Solano.

El sector colombiano genera más de 130.000 empleos directos y exporta 250.000 toneladas anuales de flores a más de cien países, de los cuales el principal mercado es Estados Unidos, que representa el 78 %; España se sitúa en el número 16 como comprador, con 104,6 millones de dólares (alrededor de 95 millones de euros) con los últimos datos disponibles, de 2018.

En la pandemia, Colombia se ha abierto camino para seguir atendiendo a sus principales clientes en Estados Unidos, Europa y Asia con un producto relativamente nuevo, las flores preservadas de exportación, que solo en enero y febrero aumentaron sus ventas al exterior en un 40 %, hasta los 3,4 millones de dólares (3,1 millones de euros), sobre todo a Estados Unidos, España y Japón.

Por su parte, el sector de Ecuador ha sido uno de los más castigados por la pandemia, dada su orientación a la exportación y la relativa ausencia de vuelos para realizar el traslado de flores.

El presidente ejecutivo de Expoflores, Alejandro Martínez, explicó a Efe que el panorama que tienen en aquel país es incierto, de absoluta incertidumbre, pese a que han experimentado una ligera recuperación por el Día de la Madre en EE.UU. y Europa, pero a partir de ahora es todo incertidumbre".

De acuerdo a sus datos, el sector opera al 11,73 % de su capacidad y la caída operativa ronda el 90 %, con pérdidas hasta ahora de 63 millones de dólares (57,4 millones de euros).

Canadá, Alemania, Holanda, Italia, Rusia y Estados Unidos son los principales destinos de las flores ecuatorianas, mientras que España apenas representa un 6 % en el volumen de exportaciones.