El fin del mundo podría llegar la próxima semana. Concretamente, el domingo. Y, en principio, la pandemia de coronavirus no sería la culpable. Esto es lo que pronostican algunos teóricos de la conspiración, que se basan en el hecho de que, al introducir el calendario gregoriano en el año 1582, se perdieron 11 días del año para reflejar con más precisión el tiempo que tarda la Tierra en orbitar el Sol.

En total, el paso al calendario gregoriano habría dejado de sumar casi 3.000 días. Exactamente, 2.948, lo que equivale a ocho años. Por ello, los teóricos aseguran que deberíamos estar en el año 2012, época en la que los mayas fijaron el fin del mundo.

El científico estadounidense Paolo Tagaloguin fue quien percibió el supuesto error de cálculo. Con el cambio de calendario se dejaron se sumar 11 días por año, lo que multiplicado por los 268 que se lleva utilizando el modelo actual, dan como resultado los 2.948 días citados. Esto, en su opinión, se traduce así: lo que se conoció como 21 de diciembre de 2012, día en el que los mayas fecharon el fin del mundo, equivaldría al 21 de junio de 2020. Por lo que el fin del mundo se produciría a finales de esta misma semana.

La NASA, por su parte, afirma que “no hay evidencia creíble que respalde estas teorías”.

No es la primera vez que se predice el fin del mundo. La aproximación a la Tierra de un planeta descubierto por los mayas fue el origen de tal vaticinio y se fechó en el año 2000. Después se habló de 2003, de 2006 y finalmente de 2012.