El TDAH es un trastorno que padecen entre un 5 y un 7% de los niños y adolescentes españoles. Atendiendo a este dato, si hacemos un cálculo rápido, podemos decir que en cada clase hay, por lo menos, un niño que padece este trastorno. Sin embargo, son niños que soportan un gran estigma social. De hecho, hay estudios que dicen que un 70% admite no tener un mejor amigo. El psicólogo y experto en TDAH Rafa Guerrero, convencido de que el primer paso para librarles de este estigma es entendiéndoles, acaba de publicar 'La mirada de José Luis. Cuento para comprender a los niños con déficit de atención, hiperactividad y/o impulsividad'.

-Rafa, ¿Este cuento a quién va dirigido? ¿A adultos o niños? Porque es cierto que la falta de comprensión viene de ambas partes€

-Este cuento va dirigido a niños de entre 4 y 8 años pero también va dirigido a los adultos. A mamás, papás y docentes. Lo que he pretendido escribiéndolo no es tanto mostrar los síntomas de niños con TDAH (que ya todos conocemos) sino poner sobre la mesa la importancia que tiene que el adulto se haga cargo de la dificultad que tiene el niño para, de esta forma, poder ayudarle.

-Has dicho en alguna ocasión que, si entendiéramos el cerebro de un niño con TDAH, inmediatamente dejaríamos de estigmatizarlo ¿Por qué nos cuesta tanto entender a un niño TDAH y no pasa lo mismo con otros trastornos, como puede ser el autismo?

-Ese es el problema del TDAH, que cuesta identificar a una persona con este trastorno, pero esto no ocurre con otros trastornos. Pero es que además hay muchos mitos en torno a él, como que los TDAH son unos vagos, unos maleducados o incluso que el TDAH no existe. Estos niños son continuamente señalados, castigados, expulsados de clase... algo que no haríamos con niños con otros trastornos. Los TDAH no reciben el apoyo que necesitan, se entiende que es un problema del niño, y no es para nada así. No es una cuestión de una mala educación, lo que ocurre es simple: estos niños tienen un trastorno del neurodesarrollo.

-Rafa, quiero que hagamos ese trabajo hoy, que todas las personas que leamos esto entendamos cómo funciona el cerebro de un niño con TDAH.

-Lo primero que debemos tener claro que el TDAH es un trastorno del neurodesarrollo. Lo que implica que el desarrollo del cerebro es más lento que lo que consideramos normal estadísticamente. El desarrollo del encéfalo suele ser un 30% más lento. Esto quiere decir que un chaval de 15 años tiene un desarrollo cerebral correspondiente a un chaval de 11 años. Esto no quiere decir que este adolescente tenga una inteligencia equivalente a un niño de 11 años. No hablamos de inteligencia, sino de desarrollo del cerebro.

-Y supongo que los síntomas que experimentan se derivan de este desarrollo más lento...

-Claro, la última parte del cerebro que se desarrolla es la corteza prefrontal, que es la que se encarga del control de impulsos, se encarga de la concentración, se encarga de la planificación.... Esto explica que estos niños tengan tantos problemas para estarse quietos, concentrarse, estudiar, controlar sus emociones, controlar sus impulsos, automotivarse...

El problema es que tendemos a pensar que esta falta de concentración es dejadez, vaguería, que no poder estarse quieto es un problema educativo... Si somos capaces de entender qué es el TDAH, podremos ayudarles. Pero tenemos que entender que cuando no se concentran en una tarea, no es porque no quieran hacerlo, es que no pueden.

-Según estudios, un 70% de los niños con TDAH admite no tener un mejor amigo€ ¿habría que tratar este tema en las escuelas para fomentar su aceptación por parte de los demás niños?

-Claro, este es un trabajo que tenemos que hacer las madres y padres, los docentes y toda la sociedad. Y, por supuesto que se debería tratar en las escuelas, para que estos niños empiecen a ser entendidos por sus compañeros y, en consecuencia, no estigmatizados.

-Rafa, como bien dices, el papel de las madres, padres y docentes es fundamental en estos casos. Tú siempre hablas, en este sentido, de la metáfora de la muleta. ¿Podrías contarla?

Las muletas tienen una función: servir de apoyo. Los TDAH necesitan de esas muletas simbólicas para sostenerse. Necesitan apoyo para concentrarse en una tarea, para planificarse, para controlarse... Esto es justo lo contrario a lo que muchas veces hacemos, pretendiendo que sean ellos los que se esfuercen. Tenemos que ayudarles, sostenerles... Cambiar la perspectiva, dejar de poner el foco en él y ponerlo en nosotros.

Algunas claves para entender el TDAH

-El TDAH es un trastorno del neurodesarrollo, lo que implica que el cerebro de las personas con este trastorno se desarrolla de una forma más lenta. Este retraso en el desarrollo es del 30-35%, por tanto, los niños de 15 años que padecen TDAH tienen un cerebro con un desarrollo equivalente a un niño de 10 años. El problema es que tendemos a exigirles en función de la edad que tienen, sin tener en cuenta que su desarrollo cerebral es significativamente bastante más lento. Por tanto, les ponemos objetivos que no pueden alcanzar y, cuando no los cumplen, les culpamos de no conseguirlos.

-El TDAH afecta a un área concreta del cerebro, a la corteza pre frontal (estructura que se ubica en la frente). Es en la corteza pre frontal donde está la sede de las funciones ejecutivas: la capacidad de concentrarnos, la capacidad de planificarnos, la capacidad de controlar nuestras emociones e impulso, la capacidad de regular nuestras emociones.

-Los síntomas son prácticamente conocidos por todos:

  1. Impulsividad
  2. Hiperactividad
  3. Dificultad para concentrarse en una tarea
  4. Dificultad para controlar sus emociones

-No existe el 'test del TDAH'. No existe ningún trastorno en el que podamos hacer una prueba para detectar si lo padecemos o no. "El profesional tiene que evaluar muchos ámbitos: emocional, social, funciones ejecutivas, conducta€.Y una vez que se hayan evaluado todos estos ámbitos, podremos determinar si una persona padece TDAH o no".

-Las causas del TDAH son sobre todo genéticas y el TDAH es un trastorno crónico.

-Vagos, tontos, inmaduros, despistados, inquietos... son algunas de las etiquetas que se les ponen a estos niños. Etiquetas que, como recuerda Rafa Guerrero, "les condicionan y les impiden avanzar y que, por supuesto, no tienen ningún fundamento. Por ejemplo, las pruebas de inteligencia de personas con TDAH demuestran que tienen un cociente intelectual en la media o incluso por encima de la media".

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