La intensidad de las nevadas y los récord de temperaturas mínimas convierten la borrasca Filomena en un temporal "histórico" que será recogido "en los anales de los eventos meteorológicos extremos" ocurridos en España.

Esta es la opinión del presidente de la Asociación Española de Geografía (AGE) y director del Laboratorio de Climatología de la Universidad de Alicante, el catedrático Jorge Olcina, quien ha destacado en declaraciones a Efe que el valor recogido el día 7 por estaciones meteorológicas no oficiales de -35,8 grados centígrados en Vega de Liordes (León) supera al anterior de -32 del Estany Gento (Lleida), de hace más de medio siglo (1956).

En el caso de Madrid, el presidente de los geógrafos españoles ha asegurado que se trata de un temporal histórico en el que "no se encuentran antecedentes que puedan ser comparables".

Esto es así en primer lugar, según Olcina, porque Madrid tenía menos población y menos superficie urbanizada en las grandes nevadas anteriores, "de manera que en la actualidad la ciudad tiene un grado de exposición y vulnerabilidad ante este tipo de episodios mucho mayor".

"Se compara con las nevadas ocurridas también en la capital en las navidades de 1970-71, de febrero de 1963 o de noviembre de 1904, pero esta nevada de enero de 2021 ha sido mayor", ha subrayado.

En los últimos años el número de "borrascas enérgicas significativas", que desde 2017 se denominan por un nombre, ha ido al alza, lo que refleja que este tipo de eventos extremos son cada vez "más frecuentes e intensos" en la península Ibérica.

Para el experto, "es uno de los efectos del calentamiento climático que está alterando ya la propia circulación atmosférica" y que tiene como resultado que afectan con más frecuencia situaciones con llegada de masas de aire frío en las capas altas que dan lugar, a su vez y según la época del año, a lluvias torrenciales, temporales marítimos o nevadas intensas como en esta ocasión.

"La sociedad española debe aprender que cuando se decreta una "alerta roja" meteorológica como principio general no se puede salir de casa", ha recalcado antes de proseguir que la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) ha actuado "impecable, como ya lo hizo en septiembre de 2019 con la gota fría que causo las inundaciones en la Vega Baja del Segura", al sur de la Comunidad Valenciana.

Tras hacer hincapié en que "con este tipo de alertas se salvan vidas", ha considerado que España debe aún avanzar en el desarrollo de sistemas de alerta directa a la población a través de mensajes en los teléfonos móviles, al igual que sucede ya en otros países desarrollados.

"Estos avisos deben proceder de agencias gubernamentales para garantizar la veracidad de los mismos, pero es necesario poner en práctica este procedimiento de comunicación del riesgo a la población española" porque, ha subrayado, "una sociedad bien informada es más segura", especialmente ante situaciones de riesgo.

El presidente de AGE ha advertido de que a pesar de que en este tipo de episodios de frío los "negacionistas" pueden encontrar argumentos para ir en contra del proceso actual de calentamiento climático, precisamente estas borrascas son una manifestación más de las alteraciones que está ocasionando la subida de temperatura de la atmósfera terrestre en la circulación atmosférica.

"Por tanto, debemos prepararnos (adaptarnos) a vivir extremos atmosféricos de forma más frecuente en nuestro país en los próximos años y décadas", ya que "el clima de España tiende a ser menos confortable térmicamente hablando y con manifestaciones meteorológicas extremas más frecuentes".