«Uno de los problemas asociados a la epidemia por Covid-19 es que estamos viendo en consultas un número notable de pacientes con síntomas persistentes como disnea, palpitaciones o molestias torácicas tras haber superado aparentemente de forma exitosa la enfermedad. Este problema clínico nos está llevando a definir una enfermedad post-covid e incluso a crear consultas específicas para el manejo de estos pacientes», aseguraba recientemente en el blog de la Sociedad Española de Cardiología (SEC) un grupo de expertos en corazón. Quizás fuera una de las primeras llamadas de atención sobre una secuela (más) de la dolencia.

Tras los primeros resultados en pacientes que sufrieron la enfermedad de ‘riesgo bajo o intermedio’, la alarma prosiguió: «Una resonancia magnética es capaz de detectar alteraciones cardiacas en casi el 80% de los pacientes recientemente recuperados de Covid-19 y encontrar alteraciones sugestivas de inflamación miocárdica activa en un 60 % sin clara relación con la presencia de factores de riesgo de base, de la gravedad de la enfermedad aguda o el tiempo tras el diagnóstico», indicaban.

Es decir, que había alteraciones cardiacas que antes no existían. Y en personas sin factores de riesgo. Eso sí, aún eran pocos los pacientes analizados –100 pacientes con enfermedad superada reciente y confirmada con test PCR– a los que realizaron un estudio cardiaco completo con un equipo de resonancia magnética. «El estudio aporta una información inquietante sobre lo que ocurre en el corazón en la fase de convalecencia precoz de la enfermedad».

Era la impactante conclusión hace tres meses a la que llegaba el doctor del Instituto Cardiovascular, José Juan Gómez de Diego: «Sería perfectamente plausible que pudiéramos encontrar patrones de afectación todavía más extensos en pacientes con enfermedad grave», añadía. Sabemos que el cuadro clínico incluye la afectación cardiovascular en una proporción importante de pacientes, pero en realidad todavía se desconoce cuál es el impacto global de la enfermedad sobre el corazón, reflexionaban. Estos resultados se extienden ahora con nuevos estudios.

Acaba de darse a conocer el mayor proyecto en España, a través del que se analizarán, con datos de 400 pacientes que se contagiaron durante la primera fase de la pandemia, las implicaciones cardiovasculares de la Covid-19. Se realizará por el equipo de Cardiología del Hospital Gregorio Marañón, de Madrid.

Es, además, el primero en el mundo que analiza las potenciales secuelas (tardías) sobre el corazón, ya que previamente ha habido análisis de estas características, pero centradas en la fase aguda de la enfermedad. «Buscamos enfermedad cardíaca en pacientes post-Covid-19, intentando determinar si la infección ha originado lesiones a estos pacientes que previamente al contagio no tenían cardiopatías», explicaron los doctores a Diario Médico. «Es esencial, pues es factor de riesgo y de pronóstico de la infección. Sin embargo, aún no se ha concretado su alcance: qué secuelas pueden quedar en el corazón de estos pacientes es un aspecto que todavía se desconoce. Por ello, buscar afectación cardíaca, y conocer su prevalencia, en pacientes que padecieron Covid-19 en la primera ola de la pandemia es primordial para la evolución de los afectados», aseguraba Javier Bermejo Thomas, jefe de Sección y coordinador de Cardiología no Invasiva e Imagen Cardiaca, del Servicio de Cardiología del Hospital Gregorio Marañón, de Madrid. Añade que, aunque no se ha concretado, se sospecha de que el síndrome inflamatorio sistémico puede estar relacionado con un daño miocárdico secundario, más aún teniendo en cuenta que hay casos descritos en Estados Unidos de muerte súbita y arritmias graves, sobre todo en personas jóvenes deportistas, «en los que hay que determinar si podrían estar relacionados con afectación a largo plazo de la Covid-19 en el corazón».

Este proyecto intentará además concretar si una mayor gravedad cardíaca derivada del SARS-Cov-2 se correlaciona con más impacto cardiovascular global, según señalaban también los firmantes del estudio de la SEC.

La relación no es desconocida tampoco para los cardiólogos gallegos que cada día ven casos. El doctor Ramón Mantilla González, responsable de la clínica de cardiología y rehabilitación cardíaca Corazón Azul, en Vigo, así lo indica. «Se sabe hasta el momento que el Covid se asocia a incremento de fenómenos trombóticos, miocarditis y pericarditis», enlaza.

De hecho, en su consulta ha visto «una miocarditis y un infarto en pacientes jóvenes»; uno durante la enfermedad y, el otro, inmediatamente después. «Se trata de fenómenos que pueden disminuir la función contráctil del corazón», prosigue el experto. Para el doctor Mantilla, esta clase de coronavirus «puede generar una reacción inflamatoria exagerada», que afectaría al corazón.