Cambio de actitud

Los obispos se enmiendan y abren una “nueva etapa” ante los abusos: “Queremos esclarecer”

La auditoría encargada por la Conferencia Episcopal a una firma de abogados investigará el pasado y el presente, propondrá indemnizaciones e incluirá a las órdenes religiosas

La Conferencia Episcopal está dispuesta a llegar hasta el final con la auditoria de la pederastia.

Agencia ATLAS

Juan Ruiz Sierra

Después de años evitando encarar con firmeza el drama de los abusos sexuales a menores, asegurando que ya estaba haciendo todo lo que podía hacer y rechazando cualquier otra nueva iniciativa externa para esclarecer estos hechos, la Conferencia Episcopal Española (CEE) ha admitido este martes que no podía continuar así. Durante la presentación de la auditoria que han encargado al despacho Cremades & Calvo Sotelo sobre estos delitos, el presidente de los obispos y arzobispo de Barcelona, el cardenal Juan José Omella, ha pronunciado frases contundentes, que denotan un presunto propósito de enmienda ante su comportamiento anterior. “Lo importante es estar cerca de las víctimas. Queremos acompañarlas y esclarecer estos hechos. A nosotros nos lleva un tiempo reflexionar y tomar una decisión. Lo importante no es mirar al pasado, sino mirar al futuro. Estamos decididos”, ha dicho.

Según el presidente del bufete de abogados que llevará a cabo la auditoría, Javier Cremades, miembro del Opus Dei, se investigarán tanto los abusos pasados como los presentes, el trabajo dará pie a indemnizaciones a las víctimas, incluirá a las órdenes religiosas y tendrá 12 meses de duración. Ya hay un correo electrónico en el que se puede denunciar: denunciaabusos@cremadescalvosotelo.com. Habrá al menos 18 personas trabajando en esta investigación (muchos de ellos exmagistrados del Constitucional y el Supremo, como Encarnación Roca, Rafael Fernández Montalvo y Juan Saavedra), y cuando termine hará públicas las conclusiones de su informe, que supondrá una tarea “complementaria” a la que lleven a cabo las autoridades públicas, en principio a través de la comisión independiente que propone el Gobierno, liderada por el defensor del pueblo, Ángel Gabilondo.  El propio Cremades se puso en contacto con el exministro socialista el lunes, tras conocerse la noticia de la auditoría.

Aun así, la participación de la Iglesia española en la comisión de Gabilondo, que aún no ha sido aprobada por el Congreso de los Diputados, continúa siendo una incógnita. Fuentes del Gobierno aseguran que la CEE se acabará sumando, porque no le queda más remedio, pero los prelados mantienen su silencio sobre cuál será la respuesta oficial. Este martes, el propio Omella ha eludido contestar a una pregunta directa en este sentido. En todo caso, la auditoría viene a adelantarse a los esfuerzos de los poderes públicos y fija una fecha clara, doce meses, para difundir la investigación. La Iglesia Católica, hasta ahora a la defensiva, toma aquí la iniciativa, en un movimiento que va en una dirección muy distinta a la seguida hasta ahora.

Un "cauce" distinto

La convocatoria de este martes, en la sede del despacho de abogados, que ocupa tres pisos de un edificio situado en la mejor zona del barrio de Salamanca, con las escaleras repletas de fotografías de personalidades como Felipe González, Donald Rumsfeld y Shimon Peres, ha sido abundante en mensajes sobre el cambio en la Iglesia Católica española y el “nuevo cauce” que ahora abre. 

“La CEE quiere dar un paso más en su obligación de transparencia social, de ayuda y reparación a las víctimas y de colaboración con las autoridades. Por eso el encargo al despacho de abogados de una investigación independiente. Nos parece que tenemos que dar un paso más al frente. Nuestro principal objetivo es la ayuda a las víctimas y su reparación. La Conferencia Episcopal quiere asumir su responsabilidad”, ha señalado Omella. “Afrontamos este trabajo sin ninguna frontera ni límite”, ha añadido Cremades. Dentro de un año se sabrá si es verdad. Las víctimas, de momento, observan el anuncio con "desconfianza".