Consecuencias de la riada

Un afectado por la DANA: "Estoy de baja porque no paro de revivir las imágenes y los gritos de auxilio"

Un vecino de Montroi sufre ansiedad y no puede acudir al trabajo desde el 29 de octubre: "No puedo dormir. Me tengo que medicar y esto no es vida"

Vivienda en la que reside Manuel Contreras en Montroi.

Vivienda en la que reside Manuel Contreras en Montroi. / L-EMV

Saray Fajardo

Alzira

Las trágicas imágenes de la DANA del pasado 29 de octubre quedarán grabadas en la retina del colectivo valenciano durante mucho tiempo. Los rescates, los gritos de socorro o las inundaciones que cubrieron decenas de pueblos en cuestión de horas fueron difundidas a través de las redes sociales y los distintos medios de comunicación. Aunque una gran parte de la sociedad vivió la tragedia a través de la pantalla, muchos damnificados se enfrentaron al agua y al lodo en primera persona, lo cual ha provocado daños, que todavía siguen presentes, en la salud mental de muchos de ellos. 

Manuel Contreras, vecino de una urbanización situada en Montroi, no ha dejado de revivir aquella trágica jornada en su cabeza desde hace cuatro meses. "No dejo de revivir las imágenes y los gritos de las personas que pedían auxilio", recuerda este vecino, que consiguió llegar a su vivienda cuando el agua le llegaba a la altura de la rodilla. Contreras se introdujo inmediatamente en el inmueble, situado en altura, cuando se produjeron las inundaciones. Él vio como muchos vehículos y conductores eran arrastrados por el agua ante sus ojos sin que él pudiera hacer nada para ayudarles. "Me metí en casa y me senté en el sofá a esperar que pasara lo que tuviera que pasar. Llegué a despedirme de mi familia", recuerda con la voz entrecortada. Para él, sin duda, ha sido "el momento más duro" al que se ha enfrentado.

Además, Contreras conocía a Francisco Ruiz, vecino de la localidad y uno de los tres desaparecidos que todavía siguen buscando desde ese día. "No dejo de pensar en él y en sus nietos", lamenta. 

El damnificado vive con el miedo en el cuerpo durante los últimos cuatro meses. Revivir esos momentos le genera numerosas crisis de ansiedad, por lo que ha decidido pedir una baja médica en la empresa de limpieza en la que trabaja en Cheste. Además, Contreras se está medicando por prescripción médica para poder controlar estos ataques y, sobre todo, para poder descansar durante las noches. "No puedo dormir porque me vienen los gritos a la cabeza. Me dicen que lo intente borrar porque ya ha pasado, pero es imposible. Ellos no vieron lo que yo vi", reitera. El temor es tan grande que no le permite salir a la calle cuando acude al municipio. "Vengo aquí y no tengo ganas de salir de casa. Quería ayudar y no podía hacer nada. Aquí ya no hay vida desde ese día", señala.

Esta pareja ha decidido que sus hijos residan en casa de sus suegros hasta que la situación mejore. "La casa está agrietada por la humedad. Tenemos miedo de que termine cayendo porque cada día aparecen más", concluye el afectado, que espera poder recuperar la normalidad lo más pronto posible.

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